Los pequeños tapabocas no impiden ver las sonrisas. Sombreros, ponchos y carrieles anunciaron una fiesta, un juego de roles, casi un ritual. Decenas de niños se vistieron como sus abuelos y bisabuelos silleteros, jugando a ser ellos y a vivir la misma experiencia de cuando los grandes bajaban hasta la Plaza Guayaquil en Medellín a vender frutas y flores en busca del sustento familiar.
Son los silleteritos, que cargan silletas miniatura para honrar su labor.
Se trata de la versión 23 del Desfile de Silleteritos en Santa Elena, un evento que año tras año da cuenta del rol que los más pequeños cumplen en la tradición de floricultura del corregimiento.
Durante época de feria, los niños se dedicaban a ayudar en casa con la elaboración de silletas y las escuelas quedaban vacías, así que decidieron crear un evento especial para ellos, narra Patricia Atehortúa, de la Corporación de Silleteros de Santa Elena.
Hoy en día el evento continúa congregando a niños y jóvenes que honran el pasado con la promesa de darle continuidad a una de las tradiciones más importantes de la ciudad, como lo expresa Luciana Atehortúa, silleterita de 13 años: “Es una felicidad saber que soy silletera y que voy a serlo durante toda mi vida. Es el orgullo de lo que somos”.
Así se dio inicio la fiesta de las flores en Santa Elena.