Los habitantes del corregimiento Puerto López, en jurisdicción del municipio de El Bagre, subregión del Bajo Cauca, continúan entre la espada y la pared. Ante la situación de desabastecimiento al que los llevó el bloqueo por los grupos armados que se disputan su territorio, este martes las comunidades definieron asumir el riesgo y abrir sus negocios desde hoy; solo que el efecto ha sido mínimo y el hambre sigue acechando.
Esta zona fue dominada históricamente por el Eln y las Farc, pero con los acuerdos del 2016 que llevaron a la desmovilización de la guerrilla más antigua del país y con el inicio de los diálogos de la Paz total en la que está inmerso el Eln, al Clan del Golfo le quedó un espacio que decidió copar, pues este no solo es un corredor para transitar con armas y coca entre el centro y el norte del país sino un área rica en oro.
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En tiempos más recientes, el Eln y las disidencias del Estado Mayor Central (EMC) se unieron para frenar este avance y ahí es donde radica el origen de la situación actual que ha sido calificada por organizaciones sociales como una emergencia humanitaria.
Resulta que avanzado el mes de junio el EMC citó a la comunidad y en especial a los líderes a una reunión en un sitio específico. Solo que no acudieron porque el frente Uldar Cardona del Ejército Gaitanista de Colombia -como también se autodenomina el Clan del Golfo- se dio cuenta y los amenazó con convertirlos en objetivo militar si les obedecían a las disidencias.