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En Briceño, las disidencias de las Farc citan a candidatos y reina el silencio: crónica de un pueblo acorralado

El clima preelectoral es tenso en el pueblo luego de que los frentes 18 y 36 les pidieron $100 millones a los aspirantes a la alcaldía. Hasta suspendieron las Fiestas del Agua y la visita del Show de las Estrellas.

  • En Briceño, las disidencias de las Farc citan a candidatos y reina el silencio: crónica de un pueblo acorralado
  • El Ejército está en la zona urbana del municipio, un espacio pequeño de apenas unas cuadras. Foto: Manuel Saldarriaga
    El Ejército está en la zona urbana del municipio, un espacio pequeño de apenas unas cuadras. Foto: Manuel Saldarriaga
En Briceño, las disidencias de las Farc citan a candidatos y reina el silencio: crónica de un pueblo acorralado
22 de julio de 2023
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La gente tiene tanto miedo en Briceño que si un desconocido llega preguntando demasiado lo esquivan, convencidos de que las paredes oyen y de que si acaso algún detalle de la cotidianidad o de la vida política local termina sabiéndose por fuera les puede hasta costar la vida.

En plena época preelectoral, en ese municipio del norte de Antioquia al que uno se puede gastar en promedio cinco horas o cinco horas y media para llegar desde Medellín, las disidencias de las extintas Farc llamaron a dar cuentas a los aspirantes a la Alcaldía y les pusieron varias condiciones. Una de ellas era el pago de cien millones de pesos, un cobro que tendría como fin sacarlos del camino porque la mayoría, sino todos, no podría reunir esa cantidad.

En cualquier caso, lo que se demuestra es algo que ya se veía, y es que las disidencias, que están en un proceso de acercamiento con el gobierno nacional, por otro lado tratan de ganar incidencia política.

En los últimos días de junio, Briceño fue noticia también porque los pobladores del corregimiento Las Auras presionaron para que el Ejército abandonara el poblado, ante lo cual el gobernador Aníbal Gaviria aseguró que no era una expresión comunitaria sino de instrumentalización y constreñimiento del Frente 36 para obligar al retiro de las tropas del Batallón de Artillería No. 4, adscrito a la Cuarta Brigada.

Previamente, el mismo Gaviria había señalado que las cerca de 3.300 personas que marcharon el 9 de junio en apoyo a la política de “paz total” de Gustavo Petro, en municipios del norte del departamento y más concretamente en Briceño, Campamento y Angostura, habrían ido también porque las obligaron las disidencias. En ese momento, anunció que mantendría una estricta vigilancia en esas tres poblaciones igual que en Yarumal y Guadalupe.

¿Qué tan cierto es lo que dijo Gaviria? De eso no se habla en Briceño, porque parecen temas prohibidos, al punto que cuando este medio trató de conocer la versión del alcalde Wilmar Moreno su teléfono móvil dio el sonido característico de estar inactivo y en su oficina de comunicaciones contestaron que este no se referiría al tema ni daría entrevistas.

Y el jueves 20 de julio, cuando viajamos a Briceño y tratamos de ubicarlo hallamos que, contrario a los que sucede en todos los pueblos, el desfile del Día de la Independencia no lo encabezaba él, la primera autoridad. El alcalde estaba ausente, como —según expresaron fuentes— ha ocurrido en los últimos dos meses, periodo en la gente no lo ha visto.

También la personera, Sara Londoño, rehusó contestar preguntas sobre la coyuntura local y en especial del ambiente preelectoral, más aún cuando se trató de saber si eran verdad o no las presiones de los frentes 18 y 36 hacia los aspirantes a puestos públicos locales.

Se limitó a informar que “a la Personería no han llegado las denuncias” y que, junto con la Registraduría estarían atentos para ver si se ventila algo en el comité de seguimiento que está previsto para la próxima semana.

El Ejército está en la zona urbana del municipio, un espacio pequeño de apenas unas cuadras. Foto: Manuel Saldarriaga
El Ejército está en la zona urbana del municipio, un espacio pequeño de apenas unas cuadras. Foto: Manuel Saldarriaga

Por lo pronto en ese comité no se ha percibido la necesidad de cerrar mesas de votación rurales, ni nada por el estilo, pero lo cierto es el pueblo sí se siente intranquilo. Por algo, por primera vez en 18 años no se celebraron las Fiestas del Agua, previstas para el fin de semana del 10 y 11 de junio, y hasta suspendieron la visita de Jorge Barón y su Show de las Estrellas. “Nunca se había vivido una situación como la de este año, ni siquiera en los tiempos de guerra”, le dijo a este diario un habitante.

“Ni si, ni no”, ¿y entonces?

Briceño había sido noticia en el gobierno de Juan Manuel Santos, en 2015, como municipio piloto para el desminado humanitario, y en 2016 porque las familias del pueblo se comprometieron con el plan de sustitución de cultivos de uso ilícito.

Su casco urbano solo tiene unas pocas cuadras, queda en una pendiente pronunciada y está encajonado entre montañas. El único pedacito medianamente plano es el parque, el eje de la vida social, que está adornado en el centro por dos samanes con barbas que delatan su avanzada edad, y, como suele ser en estos pueblos, la iglesia con su respectiva torre y la alcaldía de chambranas coloridas están en la parte más visible. El comando de policía se ubica en el vértice interior. También existen varias cafeterías y unos cuantos negocios de licores, abarrotes y ropa.

No es frecuente tampoco que lleguen carros particulares con turistas u otras personas de fuera. Lo único que rompe la cotidianidad es la entrada y salida de cinco buses de Coonorte y una “chiva” que atienden la ruta con Yarumal.

De manera que para cualquiera que se lo proponga es sencillo controlar con quién habla o se relaciona la población. Por eso, en Briceño se menciona como cierta seguridad, aunque oficialmente no se diga, que los cinco candidatos habrían sido citados el martes 4 de julio a la vereda El Roblal, distante unos 40 minutos en chiva de la zona central, por alias Leo y Primo Gay.

Fuera de la exigencia del dinero, otra condición habría sido no utilizar insultos o cosas negativas de los contendores.

Fuentes de la política local le dijeron a este medio que, tras ese encuentro, casi todos los candidatos llegaron a un acuerdo para no sucumbir ante la prohibición y adoptaron un pacto de no agresión.

En los establecimientos comerciales apenas un aspirante tiene fijados afiches, aunque no esté permitido hacerlo sino a partir del próximo 29 de julio, cuando vence el plazo para inscribir candidaturas.

Cuatro continuaron haciendo campaña con reuniones y visitas puerta a puerta, sin abandonar los recorridos por las veredas y corregimientos, justo las áreas donde ejercen un dominio más estricto las disidencias. Y es que sería virtualmente imposible alcanzar el triunfo sin el voto rural, toda vez que de los 8.105 habitantes de Briceño, hay 6.990 en edad de votar y de ellos el 65% reside en las veredas y corregimientos.

No obstante cuando se interrogó a una personas relacionada con una campaña si eso significa que pagaron, la respuesta fue: “No puedo decir ni que sí ni que no” y al contrapreguntarle si no teme que se asuma que en el caso propio sí lo hicieron, dijo: “nosotros no les hacemos caso a los comentarios, simplemente quienes nos conocen saben que no tenemos con qué pagar esa plata”.

Solo uno de los aspirantes habría frenado sus intenciones proselitistas pero no resultó posible confirmar si por el temor a los armados o por una presunta inhabilidad por haber contratado con el Municipio.

Por su parte, el secretario de Seguridad y Justicia de Antioquia, Oswaldo Zapata, informó que en su momento las autoridades buscaron determinar la veracidad de la supuesta cita clandestina del Roblal y al final el asunto se descartó.

Sin embargo, debido a todo lo que había ocurrido antes, la Gobernación le propuso a la Comisión de Seguimiento Electoral el pasado 30 de junio que incluya a Briceño dentro de los municipios que, por su riesgo, merecen un manejo especial de cara a la jornada del 29 de octubre y la idea la están analizando organismos de inteligencia y seguridad del orden nacional.

La lista de los que requieren atención la encabeza El Bagre, por ser un corredor estratégico que comunica el Bajo Cauca con el sur de Bolívar, que está en disputa entre el Eln, el Clan del Golfo y las disidencias. Y le siguen Cáceres, Tarazá, Caucasia, Nechí, Zaragoza, Remedios, Segovia, Yarumal, Anorí, Valdivia, Apartadó, Turbo, Medellín e Ituango.

En la idea de incluir a Briceño pesó también el pronunciamiento de alias Iván Mordisco en los últimos días de mayo, en el sentido de que las disidencias del Estado Mayor Central boicotearían el ingreso de candidatos a sus zonas de influencia. Briceño es una de ellas.

Vacío de Estado tras la paz

Un investigador de la Fundación Sumapaz explicó que los frentes 18 y 36 han tenido presencia histórica en el nordeste minero y en un corredor del norte donde están Campamento, Yarumal, Briceño e Ituango. Pero tras los acuerdos de paz con las Farc el Estado no llenó a tiempo el vacío que dejaron quienes entregaron armas y el puesto lo tomaron el frente 36 de alias Cabuyo –ya muerto- y el 18 de alias Ramiro. Ambas agrupaciones inicialmente hicieron parte de la llamada Segunda Marquetalia, de Iván Márquez, pero dada la debilidad de esta facción en el área se plegaron a la organización que lideró en principio alias Gentil Duarte –ya también abatido- y ahora, Iván Mordisco. Primero fue el 36 y desde hace cerca de un año se acercó el 18.

“Las disidencias de Mordisco tienen un plan y capacidad de recuperar las zonas donde antes hacía presencia las Farc. Por eso, por ejemplo, están ejerciendo control territorial con homicidios y otras acciones ya bien conocidas en el Magdalena Medio y el norte de Antioquia”, explicó el investigador, quien recordó los videos en los que aparecen integrantes de esta disidencia con armamento moderno y elementos costosos de logística, ostentando su poder de fuego. En otras imágenes, adoctrinan a jóvenes y niños en zonas rurales de Campamento y Yarumal.

“¿Qué necesitan hacer? No solo controlar territorios, corredores y sustancias de uso ilícito, sino el aspecto político y social de la población, y una forma es llegar con un candidato que pueda ser dominado fácilmente o que esté dispuesto a tener una relación directa con el grupo para que les facilite las condiciones”, añadió.

El otro interrogante, que deberían contestar el gobierno o las instancias encargadas de verificar los acuerdos de paz, si estos llegan, es si esta es una forma de hacerle “conejo” a la “paz total” o si por el contrario estarían preparando el escenario de actuación para un periodo posterior a una posible dejación de armas.

“Consideramos que Briceño debería ser un municipio de atención especial y recibir mayor capacidad de protección al votante y a los aspirantes a los cargos de elección popular”, afirmó Zapata. La Misión de Observación electoral (MOE) también tiene sus ojos puestos sobre este municipio (ver “Antioquia, segunda en acciones violentas”).

Otra fuente de Derechos Humanos con presencia en el norte le aseguró a este diario que el de Briceño no es un caso único sino que las disidencias estarían requiriendo a los candidatos en la mayoría de las áreas que dominan para alinearlos y exigirles cuotas económicas.

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