Ad portas de cumplir tres años de la contingencia que lo puso en jaque, el mayor proyecto hidroeléctrico en la historia de Colombia entró en la recta final para encender, al fin, sus generadores y cumplir antes de cuatro años la promesa de suplir el 17 % de la demanda energética nacional.
Con 82 % de avance (el 28 de abril de 2018, cuando se registró el colapso de la Galería Auxiliar de Desviación, GAD, alcanzaba 87 % de su construcción) y la obra civil adelantada, los esfuerzos de los contratistas constructores se centran en la instalación de las unidades generadoras y los equipos eléctricos y mecánicos de la casa de máquinas.
Los primeros megavatios (el proyecto tiene capacidad instalada para generar 2.400 con sus ocho unidades) entrarán al sistema interconectado cuando el indicador llegue al 90 % de ejecución.
William Giraldo Jiménez, vicepresidente de Proyectos de Generación de Energía de EPM, le confirmó a EL COLOMBIANO el cronograma presupuestado para la generación en Hidroituango: las primeras dos unidades están previstas para encenderse en el primer semestre de 2022, dos más para 2023, tres en 2024 y la última en 2025. Pero revisemos con detalle cuál es el estado de cada uno de los frentes.
Zona de montaje
Primero tomemos como referencia el gráfico que acompaña esta nota para recordar la estructura de la casa de máquinas. En la caverna principal, marcada con el número dos, se alojan las ocho unidades de 300 megavatios de potencia nominal.
Cada unidad tiene la dimensión de un edificio de cuatro pisos y en cada planta se alojan sus componentes: las turbinas tipo Francis, los generadores sincrónicos, los equipos auxiliares electromecánicos y de control y los tubos de aspiración por donde sale el agua una vez generada la energía.
El faltante en la obra civil es la adecuación de los concretos donde irán alojadas las ocho unidades. Una vez se cerró el paso de agua por la casa de máquinas durante la fase crítica de la contingencia (ante el colapso de la GAD el cauce del río Cauca se desvió por las cavernas entre el 10 de mayo de 2018 y el 5 de febrero de 2019), la tarea fue estabilizar y rellenar las socavaciones que dejó el tránsito de las aguas.
“Hoy buscamos estabilizar y regularizar el concreto donde van los tubos de aspiración de las unidades uno y dos. Una vez puestos los tubos, seguirán los concretos y continuaremos montando ese edificio de cuatro pisos que tienen las turbinas, el extractor y los generadores en el piso principal”, explicó Giraldo Jiménez.
Esas dos unidades (la uno y la dos) son las que se pondrán en servicio en el primer semestre de 2022 para cumplir con el compromiso vigente ante la Comisión de Regulación de Energía.
Para avanzar en el montaje de las dos primeras unidades se amplió la zona de operaciones sobre los espacios de los generadores cinco y seis. Hoy avanza la armazón de los tubos de aspiración para instalar las abducciones iniciales.
Seguirán en la fila las unidades tres y cuatro que entrarían en 2023. En esta zona avanza la demolición del primer edificio que se armó porque la presión del agua afectó su estructura y, según Giraldo, era improbable que funcionarán los generadores con esos concretos desgastados. La recomendación del fabricante fue poner los equipos nuevos.
Las demoliciones van en la cota 210 metros sobre el nivel del mar y deben llegar a los 192, por lo que aún faltan 18 metros para regularizar el terreno. Luego se edificará la estructura desde cero y se repetirá el proceso de montaje de cada unidad.
¿Y la segunda fase? El costado sur de la caverna principal, donde se alojan las unidades cinco a la ocho, fue la más afectada mientras se desvió el agua por la casa de máquinas. Allí continúa la estabilización de los terrenos y, contó Giraldo, el macizo se ha comportado de buena manera. El directivo dijo que estas cuatro unidades no están siendo exigidas por la Creg para la entrada en servicio, por lo que están al final del cronograma: tres en 2024 y la última en 2025.
Arribo de equipos
En diciembre empezaron a llegar, procedentes de Brasil, los primeros equipos de reposición destruidos tras la contingencia. Se logró el ingreso a la casa de máquinas de las primeras virolas de acero de los tubos de aspiración, con un peso aproximado de siete toneladas. Las piezas llegaron en barco y luego en camabajas hasta ingresar a las cavernas.
Las virolas, las primeras partes de las unidades de generación que iniciaron su instalación, son ductos en láminas de acero para los tubos de aspiración. Deben ser empotradas en concreto luego de su instalación. Su función primordial es evacuar el agua turbinada, tras la generar energía, que posteriormente pasa a la caverna de la almenara (número tres en el gráfico) para que finalmente retorne al cauce del Cauca.
Para marzo está prevista la instalación del puente grúa de 300 toneladas que permitirá mover los equipos dentro de la casa de máquinas. Asimismo, este semestre quedarán listos, añadió Giraldo, los seis transformadores de potencia instalados en donde van las unidades uno y dos (son tres transformadores por cada unidad). La mayoría de equipos se encuentra en una bodega en el municipio de Tarazá. Este año se esperan 12 transformadores que se fabricaron en China, y el resto de equipos son de fabricación nacional —tableros de control y servicios auxiliares—.
“Vamos amueblando la casa de máquinas, en el segundo semestre instalaremos los servicios auxiliares y también empezaremos la instalación de los cables de potencia que sacarán la energía de los transformadores hasta la subestación”, amplió Giraldo.
Los faltantes
A pesar de que en 2020 la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) ajustó la interpretación de la resolución 820 (la cual suspendió las actividades relacionadas con la etapa de construcción regular del proyecto desde 2018 mientras se cumplían ciertos requisitos) y habilitó la continuidad de las obras para disminuir los riesgos aguas abajo, esta sigue vigente hasta tanto EPM contrate peritos que emitan un dictamen sobre las condiciones de estabilidad de las obras principales.
El informe está siendo realizado por la firma suiza Pöyry y, según Giraldo, no se ha entregado aún porque el contratista pidió una prórroga. “Se entregaría este primer trimestre y ya depende del análisis de la Anla para emitir un veredicto final”, respondió Giraldo.
El vicepresidente ponderó, de otro lado, los avances en la estabilización del derrumbe de Romerito, en la montaña donde se encuentra el proyecto, donde alcanzaron la cota 550 metros sobre el nivel del mar. “Hemos mejorado pero queremos seguir avanzando para tener definida esa zona”, dijo.
Sobre la instalación de la tubería metálica en las ocho conducciones de captación (los tubos que llevarán el agua del embalse hasta la casa de máquinas), Giraldo reportó que la firma italiana que está a cargo instaló una zona industrial para comenzar el montaje de estos blindajes. Son tubos de tres metros de longitud, por seis metros con cinco metros de diámetro, que se van soldando e introduciendo.
Luego se hará un refuerzo con concreto para que queden adosados a la rosa. Su implementación comenzaría en el segundo semestre.
Otro de los frentes de obra es el pretaponamiento y taponamiento definitivo del túnel derecho de desviación, el cual se encuentra derrumbado en un área de cerca de 400 metros. Cabe recordar que este túnel se destaponó de forma no controlada durante cuatro horas el sábado 12 de mayo de 2018, lo que generó una creciente de casi tres veces el volumen habitual del río Cauca que se llevó dos puentes y dejó 600 damnificados aguas abajo.
Giraldo reportó que están terminando los 58 micropilotes (elementos para las cimentaciones que son resistentes a los esfuerzos de la estructura) y las esferas que harán las veces de un “bypass” para garantizar la conducción de un caudal mínimo (que no supere los 10 metros cúbicos/segundo).
“Posiblemente este segundo trimestre empezaríamos a lanzar las esferas y gravas para ver el funcionamiento del pretapón. Otros trabajos se harán en el pretapón aguas abajo. No está en la ruta crítica para la generación”, dijo.
En el proyecto esperan que el caudal del Cauca continúe su descenso en esta temporada seca para realizar el mantenimiento del canal derecho del vertedero. Los reportes de esta estructura son positivos, concluyó Giraldo
$4,8
billones de sobrecostos tiene la obra como consecuencia de la contingencia de 2018.
240,1
metros de longitud tiene la caverna principal de la casa de máquinas del proyecto.