Aunque el departamento no ha estado exento de las múltiples crisis y problemas que ha tenido el sistema de salud, en estos últimos 30 años se preció de alcanzar más del 90% en la cobertura de afiliación al Sistema General de Seguridad Social, vio nacer a la EPS que durante buena parte de las últimas tres décadas sirvió como modelo de gestión y funcionamiento y también vio gestarse una ambiciosa alianza público-privada para crear una EPS mixta que aún varios expertos en salud del país consideran como una propuesta replicable.
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Pero ahora una bola de nieve parece arrastrar el sistema de salud del departamento, con sus aciertos y sus falencias, luego de conocerse la decisión de la EPS Sura el pasado martes de solicitar el retiro voluntario a la Superintendencia y desaparecer luego de 30 años ininterrumpidos de funcionamiento.
La noticia sacudió el panorama nacional por los 5,42 millones de usuarios que ahora están en el limbo. Pero en Antioquia, particularmente, fue un baldado de agua fría porque 3 millones de personas están afiliadas a la EPS. Representa el 44% de los casi 7 millones de afiliados reportados en el departamento. No en vano, de manera coloquial, en Antioquia dicen que es más fácil encontrarse a un conocido en una cita en Sura que en cualquier otra parte.
La decisión de Sura fue el último empujón de esa avalancha que estaba latente desde hace meses. A sus 3 millones de afiliados que ahora deberán esperar qué decide la Supersalud en los próximos dos meses, se suman los 1,6 millones de usuarios de Savia que padecen el deterioro de la atención de la EPS mixta tras la intervención de la Supersalud desde hace casi un año; las 968.136 personas que están en la también intervenida Nueva EPS y los 146.865 de Sanitas, cobijada por igual medida de la Superintendencia el pasado mes de abril. En tanto que Compensar, que cierra el listado de las ocho EPS principales en Antioquia, también pidió su liquidación voluntaria dejando en zozobra a casi 7.000 personas en el departamento. Es decir, más de 5,8 millones de antioqueños tienen su atención en salud en vilo.
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Si bien el superintendente de Salud, Luis Carlos Angarita, reiteró a los afiliados que todo seguirá igual y que durante los 65 días que tiene la entidad para estudiar la solicitud de Sura la EPS tiene la obligación de continuar prestando todos los servicios de salud de forma integral, este es poco consuelo a mediano plazo para los millones de afiliados pues todos los panoramas que plantea esta decisión parecen ser adversos para el departamento. Acá desglosamos algunos.
1. Las dimensiones del hueco que deja Sura en Antioquia
La partida de Sura deja un hueco enorme en todo el andamiaje de salud del departamento. Y es que tal como lo señaló el profesor Jairo Humberto Restrepo Zea, de la Facultad de Ciencias Económicas UdeA, el éxito de Sura fue concentrarse en los grandes centros urbanos para lograr allí una cobertura significativa de afiliados y a partir de ahí distribuir su red hacia otras zonas con inversiones en tecnología, en sistemas de información y con un modelo de atención que incluía, además de la vasta red de prestadores, una red propia de servicios, según detalló el profesor.
Las cifras lo dejan bastante claro. Sura opera actualmente en 41 municipios, en seis de las nueve subregiones. Ofrece servicios en 41 IPS básicas en 17 municipios. Tiene cobertura de urgencias médicas a través de 29 instituciones en 18 municipios y cobertura en 188 clínicas y hospitales en 27 municipios para direccionamiento por la línea del prestador o la oficina regional. Su red de ayudas diagnósticas cubre 82 instituciones en nueve municipios y 128 distribuidores de medicamentos.
Según la Secretaría de Seccional de Salud, Sura ha sido modelo en cuanto a su estrategia de priorización de población de riesgo. Esto le permitió, entre otras cosas, tener entre su población afiliada una tasa de mortalidad materna 1,3 veces por debajo a la del país, una tasa de sífilis de 0,38 por 1.000 pacientes cuando el país todavía se esfuerza por llevar esa tasa a 2,7 por 1.000 pacientes. Este modelo también sirvió para avanzar exitosamente en la detección del cáncer de mama en estadios I y II. Según señaló en su último balance la EPS, estos resultados le han permitido a su población atendida tener una esperanza de vida de 80 años, cuatro años más que la esperanza de vida general del país.
En teoría, la compañía Sura podría mantener los servicios que hacen parte de su integración vertical, es decir, las clínicas, consultorios, ayudas diagnósticas para atender a usuarios de otras EPS o a través de atención particular, así como los de sus programas de salud. Sin embargo, es muy probable que Antioquia resienta su ausencia en cuanto a experiencia y la capacidad que logró su modelo de atención, sobre todo sabiendo que el departamento tiene tendencia al aumento de enfermedades como las renales y algunos tipos de cáncer, como la leucemia, por encima de la tendencia nacional. Hasta 2023, Sura atendía a más de 10.000 pacientes con VIH, más de 100.000 personas con diabetes, 50.000 con enfermedad renal crónica, 40.000 con cáncer y 30.000 pacientes con enfermedades autoinmunes.
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Gustavo Campillo, vocero de Pacientes Colombia, señaló que siempre en ese tira y afloje entre EPS y Gobierno los pacientes – y sobre todo los de enfermedades crónicas– son los que quedan en el medio recibiendo los peores impactos. Aseguró que los traslados de EPS siempre generarán interrupciones y traumatismos en tratamientos que son vitales.
2. ¿Para dónde irán esas 3 millones de personas?
Esa es tal vez la gran pregunta que se hacen en este momento los afiliados a Sura. El asunto es que, por ahora, no existe una respuesta a ese gran interrogante. Aunque las miradas apuntan hacia Nueva EPS, la segunda con más usuarios del régimen contributivo, para Luis Hernán Sánchez, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Sociales de Antioquia –Aesa–, esto está difuso, pues apunta que la normativa actual es clara y restringe que las EPS bajo intervención puedan recibir usuarios de otras en liquidación.
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Según el directivo, en el escenario de que la Súper apruebe el retiro de Sura y aplique la normativa para el traslado de usuarios tal como está actualmente, quedarían en escena Salud Total (tiene actualmente el 7,6% de los usuarios en Antioquia) y Coosalud (con el 6,5%), además de que aumentaría la presión de afiliados del régimen subsidiado en Savia. El presidente del Colegio Médico de Antioquia, Carlos Valdivieso, aseguró que actualmente no existe ninguna EPS en el departamento que tenga la capacidad de recibir el alto flujo de usuarios que migrarían y garantizarles, al menos, estándares de atención parecidos a los que han tenido en Sura.
Sin embargo, el directivo de Aesa señaló que el paso lógico para evitar un mayor caos en el departamento sería que el Gobierno Nacional permita que Nueva EPS asuma gran parte de esa población de 3 millones de personas, sobre todo los 1,6 millones que se encuentran en Medellín.
3. Golpe tras golpe a pacientes y usuarios
Precisamente esta semana, miles de usuarios y pacientes de Savia protagonizaron una jornada caótica en medio de la escasez del servicio farmacéutico que atraviesa la EPS mixta, actualmente intervenida por la Supersalud. Este panorama, no solo desolador sino grave para la vida de miles de personas, se volvió frecuente en el departamento, y aunque los problemas de funcionamiento y financieros de Savia eran crónicos desde hace más de cinco años, tras la intervención de la Supersalud varios de esos factores se han agudizado.
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En febrero pasado la Personería y la Secretaría de Salud de Antioquia alertaron las recurrentes fallas en la entrega de medicamentos para tratar el cáncer, VIH, diabetes, hipertensión y trastornos psiquiátricos por parte de la segunda EPS con más afiliados en Antioquia y la única que hace presencia en los 125 municipios.
“La no entrega de medicamentos afecta al 43% de los afiliados a la EPS y representa un riesgo para 727.000 usuarios de Savia Salud EPS en los municipios del Valle de Aburrá, especialmente a los pacientes denominados de ‘alto costo’ que tienen hemofilia, VIH y enfermedades psiquiátricas”, se advirtió entonces desde la Seccional de Salud de Antioquia.
Tras la intervención a Savia, varios de los indicadores se terminaron por desplomar. Por ejemplo, en abril de 2023 el porcentaje de pacientes con diabetes controlada alcanzó casi el 55%, la más alta en los registros de la EPS, pero en enero de este año cayó hasta el 30%. Según David Berrío, director de Aseguramiento de la Secretaría de Salud de Antioquia, la intervención administrativa no ha logrado reducir ni el déficit financiero ni alcanzar el equilibrio presupuesto y mucho menos lograr una correcta gestión en la atención de los pacientes, que dicho sea de paso integran la población más vulnerable del departamento.
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La noticia de la solicitud de retiro de Sura no es más que la prolongación del suplicio para miles de personas. En el Oriente antioqueño, por ejemplo, la incertidumbre es total. En esta subregión son más de 300.000 los afiliados a Sura que no saben qué pasará con ellos. Allí ya habían sufrido el batacazo de la liquidación de Ecoopsos, que tras arrastrar durante años una situación insalvable por su mal funcionamiento, dejó a más de 22.000 usuarios del Oriente en el aire que fueron distribuidos en diferentes EPS, incluyendo Sura, por lo que ahora tendrán nuevamente que enfrentar otro cambio en poco más de doce meses. Uno de esos casos que conoció EL COLOMBIANO es el de Aristides Torres, un campesino de San Carlos con enfermedad renal crónica, quien dice que sus días se están apagando entre espera y papeleo mientras su enfermedad sigue sin ser tratada como corresponde.
4. Y los hospitales siguen en estado de coma...
Los hospitales públicos de Antioquia, la última trinchera de salud en el departamento, los que tienen a cargo atender a quien lo necesite independiente de qué pase con el sistema de salud en el país, siguen cuesta abajo financieramente.
Según Aesa, el 80% de los hospitales públicos tiene un roto en sus finanzas por los miles de millones que les adeudan las EPS. Son cerca de $800.000 millones, de los cuales, hasta finales de 2023, $300.000 millones le correspondían a EPS ya liquidadas.
Y la cosa podría incluso ponerse peor. Según el director ejecutivo de Aesa, Sura es la EPS más cumplida a la hora de los pagos con hospitales y clínicas. Sánchez señaló que la EPS siempre se caracterizó, en líneas generales, por honrar los compromisos de las fechas pactadas para los pagos bien fuera a 30 o a 45 días, lo que mitigaba en cierta forma las finanzas de los prestadores y a su vez generaba relaciones de confianza que le permitía a Sura tener una red de prestadores amplia.
Ahora, sin Sura en la ecuación, en el sector salud coinciden en que no asoma otra EPS que tenga tal reputación de cumplimiento en sus deudas. La facturación de decenas de IPS, hospitales y clínicas en Antioquia dependen, en buena medida, de los servicios prestados a Sura, por lo que la gran incógnita ahora es si las EPS que asuman esa carga de afiliados podrán mantener sólida esa extensa red de prestadores.
5. ¿Qué hará Medellín para mitigar los problemas de usuarios y pacientes?
El alcalde Federico Gutiérrez dijo que ante la situación del sistema de salud en el país, el Distrito fortalecerá la red pública de la ciudad y aseguró este miércoles 29 de mayo que se invertirían $4.000 millones en lo que queda de este 2024 para que de acá a diciembre la Unidad Hospitalaria de Buenos Aires pase de tener los cinco consultorios que tiene actualmente a tener dos quirófanos adicionales, 56 camas de hospitalización y más de 150 profesionales de la salud nuevos atendiendo a la comunidad.
Gutiérrez señaló que en lo que va de este año, desde el distrito se han invertido $76.000 millones en recuperar la red de salud pública que la pasada administración entregó en cuidados intensivos, con deudas y con entidades como el Hospital General al borde de la quiebra. Es precisamente al Hospital General donde más recursos se han girado: $31.300 millones y se anunció una nueva transferencia en los próximos días por $15.200 millones más. La situación del General sigue siendo compleja y este año continúan con problemas para cumplirle a proveedores y han tenido que despedir personal, mientras que cientos de profesionales contratados por sindicatos llevan meses sin recibir salario. Sin embargo, entre los signos de mejoría está la reapertura de servicios como 21 camas de hospitalización, siete camas de cuidados intensivos neonatales y dos quirófanos, según informó la administración.
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En cuanto a Metrosalud, la maltrecha red hospitalaria del distrito, Gutiérrez aseguró que se le han girado $17.500 millones y en los próximos días espera inyectarle $10.900 millones más. Finalmente, para el hospital infantil Concejo de Medellín, la alcaldía ha girado $2.000 millones.
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