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Consumo de drogas está iniciando desde los 13 años en Antioquia

La revelación la hizo La Escuela contra la Drogadicción. Alcohol, tabaco y marihuana es lo que más consumen los jóvenes.

  • El estudio incluyó una muestra de 11.023 personas de los 125 municipios del departamento. FOTO: Edwin Bustamante.
    El estudio incluyó una muestra de 11.023 personas de los 125 municipios del departamento. FOTO: Edwin Bustamante.
Consumo de drogas está iniciando desde los 13 años en Antioquia
23 de mayo de 2022
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A sus 15 años, Sebastián* fue sorprendido por una tía con marihuana en el cuarto de su casa, en el noroccidente de Medellín. Pese a los esfuerzos de su familia por brindarle educación, pagándole cursos en idiomas o en otras actividades, finalmente las amistades lo llevaron a consumir esta sustancia, llevándolo tiempo después a abandonar su casa. Comenzó a los 14 años con compañeros de colegio que le dijeron en su momento, “fúmese uno, que eso no hace nada”.

Este joven es uno de los casos que muestran el panorama de Antioquia, donde desde los 13 años de edad o menos, los adolescentes se están convirtiendo en consumidores de todo tipo de drogas, según reveló el más reciente estudio de consumo de sustancias psicoactivas realizado por la Escuela Contra la Drogadicción.

En un ejercicio que por su precisión y amplitud no tiene precedentes a nivel departamental, esa entidad de la Gobernación de Antioquia puso sobre la mesa una detallada radiografía sobre el problema de las drogas.

Una baja percepción del riesgo sobre las consecuencias de consumir, facilidades para acceder a las sustancias y una edad promedio de iniciación por debajo de la mayoría de edad en casi todos los tipos de ellas hacen parte de los elementos más preocupantes recogidos en el documento.

Lo que dicen las cifras

Fabio Villa Rodríguez, director de la Escuela Contra la Drogadicción, advierte que la investigación arroja alertas por varios frentes, que van desde las sustancias más consumidas hasta los factores que propician la introducción de los más jóvenes al mundo de las adicciones.

Tal cómo ha quedado retratado en otras mediciones nacionales a cargo del Ministerio de Salud, en el caso de Antioquia las cifras muestran que el alcohol y el tabaco siguen siendo las drogas con las prevalencias más altas; es decir, con la más alta proporción de consumidores respecto de la población en general.

En el caso del alcohol, la prevalencia durante el último año (encuestados que dijeron haberlo consumido en ese rango de tiempo) fue de 41,6%, lo que equivaldría a más de 2,8 millones de antioqueños. En el caso del tabaco o cigarrillo, ese mismo indicador fue 11,9%, que equivale a más de 807.127 personas.

Por el lado de las drogas ilegales, que agrupan sustancias como la marihuana, cocaína, bazuco, entre muchas otras, los encuestados que aseguraron haber consumido alguna de ellas en algún momento de su vida fueron el 11,2%. En un periodo inferior a un año, el 4% afirmó haberlo hecho, y en un periodo inferior a un mes fue el 3%, lo que equivale a cerca de 203.477 de antioqueños.

Según advierte el director, es a través del alcohol y el tabaco que la mayoría de antioqueños comienzan a desarrollar adicciones, que posteriormente se extienden a las sustancias ilegales.

Sobre la iniciación en este último grupo de drogas, el estudio reveló que la edad promedio está fijada en los 15,3 años. Del total de antioqueños encuestados, una cuarta parte de ellos (es decir, un 25%) afirmaron haber usado por vez primera las sustancias ilegales a los 13 años o menos.

“En la Escuela hemos hecho otros estudios que nos muestran que las dos principales puertas de entrada al consumo para los niños menores de 15 años son la familia, desgraciadamente, y la escuela”, apunta.

En el caso de la familia, las cifras muestran que son el tabaco, el alcohol, la marihuana y la cocaína las sustancias a las que los menores están más expuestos. En el entorno escolar, la exposición se extiende al resto del espectro de sustancias, sobre todo de drogas sintéticas como el 2CB (tusi o cocaína rosada) y el popper, entre muchas otras.

Ambos mundos, alerta, se enlazan directamente con otros dos indicadores que el estudio también retrató: la percepción del riesgo y el acceso a las sustancias.

Paradójicamente, en la percepción del riesgo, mientras las drogas legales mostraron ser las que causan mayor prevención (ocho de cada diez antioqueños ven el consumo frecuente de alcohol como peligroso), drogas más adictivas como la marihuana y la cocaína arrojaron porcentajes menores (68,4% y 77,7% respectivamente).

Frente a qué tan fácil perciben acceder a las sustancias, el 37% de los encuestados consideraron que es fácil acceder a la marihuana, el 32% de igual forma para la cocaína y el 28,8% para el bazuco.

Romper la cadena

Analizando algunas de las fórmulas que podrían ayudar a revertir esa tendencia, Villa apuntó que el primer paso debería concebirse desde cumplir la legislación más básica que ya está aprobada, con la que se busca hacer más difícil el acceso a las drogas a los jóvenes y adolescentes.

“Según la ley, a los menores de edad no se les podría vender ni alcohol ni cigarrillo. A menos de 200 metros de un establecimiento educativo no debería haber establecimientos públicos en los que se venda alcohol para consumo en el sitio. Pero lo que uno encuentra es que hay colegios, escuelas y universidades en donde toda la cuadra contigua está llena de establecimientos de licor”, apunta el director.

No obstante, más allá de esas restricciones, Villa agrega que la tarea más importante es que en el departamento se empiece a hablar sobre las drogas como el problema de salud pública que es.

Evitando reducir las campañas a un enfoque de prohibicionista, el director propone que es más importante que estas dejen claro los verdaderos riesgos de consumir.

“Se trata de hacer un trabajo pedagógico, en el que se involucren los padres, profesores, estudiantes . Eso hay que crecerlo, para haya acciones más masivas para proteger a nuestros niños”, concluye Villa.

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