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Más de medio siglo después, revelaron los secretos del meteorito ‘NN’ de la Universidad de Antioquia

Se comprobó que la extraña roca es un fragmento de un meteorito que impactó la Tierra hace 50.000 años.

  • La piedra pesa unos 12 gramos y llegó a la U. de A. en los años 50. FOTO cortesía julio fabián
    La piedra pesa unos 12 gramos y llegó a la U. de A. en los años 50. FOTO cortesía julio fabián
  • Más de medio siglo después, revelaron los secretos del meteorito ‘NN’ de la Universidad de Antioquia
  • Más de medio siglo después, revelaron los secretos del meteorito ‘NN’ de la Universidad de Antioquia
19 de abril de 2024
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Por allá en 2017, el físico peruano Julio Andrés Fabián estaba afinando detalles del equipo que construyó en su tesis doctoral en física aplicada al patrimonio cultural en la Universidad de Antioquia, con el que desentrañaría información inédita de varias de las piezas de oro prehispánico más importantes halladas en Antioquia, cuando en medio de una conversación con el profesor Jairo Ruiz, líder del Grupo de Materiales y Preciosos de la U. de A., éste le contó que alguien le había llevado una roca gigante asegurando que se trataba de un meteorito que cayó en su finca en alguna parte de Antioquia.

Ávido por ponerle todo tipo de pruebas a su nuevo equipo, el profesor Fabián, investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se ofreció a analizar esa roca para determinar si estaban ante un hallazgo inédito en el país. Solo una prueba bastó para comprobar que era un fierro cualquiera.

Más de medio siglo después, revelaron los secretos del meteorito ‘NN’ de la Universidad de Antioquia

Pero del chasco salió una idea. El profesor Ruiz le habló de una de las rocas que figuraba en la colección de meteoritos del Museo Universitario –Muua–, una piedra enigmática que, a diferencia de los otros meteoritos plenamente identificados, no tenía ningún dato exacto, solo vagas versiones orales de que se trataba de un supuesto trozo del asteroide que se fragmentó al ingresar a la Tierra hace 50.000 años en lo que hoy se conoce como Cañón del Diablo, uno de los meteoritos más famosos de los que se tenga registro. Durante más de medio siglo, del supuesto meteorito solo se supo que alguien lo había donado a la Universidad. Era, en términos prácticos, un NN.

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Así que el profesor Fabián se puso manos a la obra. Para descubrir qué había detrás de la misteriosa roca de unos 12 gramos utilizó el equipo portátil que desarrolló para la medición de fluorescencia de rayos X de energía dispersiva (EDXRF, por sus siglas en inglés). En síntesis, el equipo fue pensado para determinar el porcentaje exacto de oro, plata y cobre que emplearon los orfebres del pasado para elaborar piezas metalúrgicas. Nunca en la historia de la arqueología colombiana se había logrado ‘penetrar’ a tal detalle las piezas prehispánicas para determinar qué tipo de oro utilizaron los pueblos precolombinos y cómo trabajaron esos metales preciosos para crear sus piezas.

Más de medio siglo después, revelaron los secretos del meteorito ‘NN’ de la Universidad de Antioquia

Con la roca en sus manos, el profesor Fabián empezó la meticulosa labor. Cortar una muestra diminuta con una cizalla para adelantar los análisis le demoró dos días. Sometió la piedra a una espectroscopia de fluorescencia de rayos X y difracción de rayos X. La roca reveló sus primeras pistas: contenía 90,63% de hierro, 7,35% de níquel y porcentajes menores de cobalto, silicio, fósforo y wolframio. Era cierto: se trataba de un meteorito.

Pero apenas había llegado a la superficie de toda la información que aún albergaba el meteorito.

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El profesor Fabián se apoyó en los investigadores del Grupo Mapre Jairo Ruiz y William Bolívar; César Barrero, del Grupo de Estado Sólido del Instituto de Física de la U. de A.; Stefano Enzo, de la Universidad de Sácer en Italia; y J. C. González, físico colega en la Universidad de San Marcos, en Lima.

Atacaron todos los flancos del meteorito con pruebas adicionales de metalografía, microscopía por fuerza atómica y espectroscopía (MS) de Mössbauer. Tenían un mar de datos pero el lío era interpretarlos.

Los científicos que estaban revisando la información que el profesor Fabián y sus colegas entregaban pedían mayor precisión. El espectómetro Mössbauer había llegado hasta lo más profundo de la piedra para conocer las aleaciones del hierro y níquel (kamacita, taenita, cohenita) y la forma en la que aparecen dentro la roca para conocer su origen. Pero analizar la información les tomó dos años al profesor Barrero (una de las grandes autoridades mundiales en esta técnica) y al profesor Fabián.

Pero lo lograron. Siete años tardó la investigación y la construcción del paper publicado en la revista Springer que comprobó que la enigmática roca que reposa en el museo de la U. de A. es un fragmento del meteorito que cayó hace 50.000 años en lo que hoy se conoce como el Cañón del Diablo, en Arizona, y dejó el famoso cráter Barringer, uno de los eventos más importantes de los que la ciencia tenga registro. La investigación cotejó que es un meteorito ferroso, que representan el 5% de los meteoritos que ingresan a la Tierra, y cuyo origen es el cinturón de asteroides que se hallan entre las órbitas de Júpiter y Marte.

El profesor Fabián señala que este es un estudio inédito sobre meteoritos realizado en Colombia y Perú y deja una base de información suficiente para sacar adelante nuevas investigaciones en ambos países.

El físico peruano, quien recibió en 2019 su doctorado en la U. de A. con distinción cum laude en física aplicada a patrimonio cultural, dice que el campo que se abre con este tipo de investigaciones no solo tiene un profundo impacto en el estudio de las ciencias planetarias sino también en el descubrimiento de los secretos arqueológicos que llevan miles de años ocultos.

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