Una confrontación, que se registra desde hace varios días en los límites entre Valdivia y Cáceres entre la coalición del ELN y las disidencias de las Farc contra el Clan del Golfo por el control de uno de los territorios con mayor riqueza cocalera de Antioquia, dejó al menos ocho personas muertas, entre las que se encontraría un civil.
De acuerdo con las versiones, los hechos se registraron en la vereda La Coposa, zona rural de Valdivia, donde los integrantes de estos grupos armados vienen en constantes confrontaciones. La mayoría de los fallecidos formaría parte del Clan del Golfo, de acuerdo con los primeros reportes del hecho.
Según explicó el secretario de Seguridad de Antioquia, Luis Eduardo Martínez, el incidente violento se dio este martes 17 de diciembre cuando hombres de las Disidencias de las Farc y el ELN emboscaron a combatientes del Clan del Golfo haciendo que estos cayeran en lo que sería un campo minado. El choque habría dejado por lo menos cinco muertos, cuyos cadáveres ya fueron trasladados de La Coposa.
El alcalde de Valdivia, Carlos Danober Molina, manifestó que “tenemos que decir que logramos a través del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y líderes de la zona evacuar cinco cuerpos, entre los que también hay un civil que pierde la vida en esta zona. Estamos en temas de averiguaciones y constatando información que nos puede llevar a aclarar la situación en la que este civil fue asesinado”.
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Sobre el civil que murió en estos hechos, según el mandatario, sería Alexander Betancur, un hombre 38 años y que sería hermano del presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda en la que se registraron los hechos.
Por su parte, el secretario Martínez comentó que la información que se maneja sobre la muerte de Betancur es que este habría caído en el campo minado cuando fue obligado a ayudar a sacar los cuerpos de los combatientes del Clan del Golfo asesinados.
Hasta el momento, las autoridades no han informado de desplazamientos en este territorio y en las últimas horas hubo una intervención de la Fuerza Pública en la zona para controlar la situación de orden público en este territorio, que además de su gran cantidad de cultivos cocaleros, es una zona atractiva para los delincuentes por su conexión con el Nordeste antioqueño y el sur del departamento de Bolívar.
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Luego de que se registraron estas muertes y cesaron las confrontaciones, el CICR participó para que los cuerpos fueran llevados hasta Puerto Raudal, también en la ruralidad de Valdivia, para que los cuerpos que estaban en el territorio sean trasladados a Medicina Legal para que se les realicen las labores judiciales respectivas y establecer su identidad.
El mandatario de Valdivia aseguró que en estos momentos las autoridades avanzan en los recorridos por la zona para consolidar la cifra total de fallecidos en estos hechos, cuya cantidad puede incrementar o disminuir ya que hay rumores de que habrían otros cuatro cuerpos diseminados en el campo minado.
La Coposa queda a más de una hora del casco urbano y su acceso solo se hace por vía de trocha. Es uno de los territorios con mayores complicaciones de orden público de este municipio, tanto que el pasado 7 de agosto la fundación Sumapaz informó que las confrontaciones ponían en riesgo la vida de más de 2.000 personas que viven en esta vereda y en la zona vecina, llamada La Llana.
Valdivia ha estado recientemente en el ojo del conflicto entre estos grupos armados, toda vez que allí tiene epicentro la lucha por este corredor que se pelean a sangre y fuego.
Recientemente hubo un ataque armado por parte del ELN a varios vehículos que transitaban la Troncal a la Costa, hecho que dejó tres personas heridas, entre ellos unos pasajeros de un bus intermunicipal.
El secretario Martínez reiteró que ya son 27 los llamados al gobierno nacional y al Comité de Verificación de Cese al Fuego para que tenga en cuenta estos incumplimientos a los pactos hechos entre el gobierno de Gustavo Petro y los grupos ilegales a raíz de la Paz Total.
Sin embargo, Martínez lamentó que las casi 30 alertas que dan cuenta de las vicisitudes que pasan los campesinos antioqueños por cuenta de los armados no han tenido eco en Bogotá y las mesas de negociación.
