Se acabó el turismo en el popular cerro Las Palomas, uno de los quince cerros que conforman el Complejo de Páramos de Sónson. La decisión la confirmó Cornare y la Alcaldía del municipio, luego de que las denuncias de las comunidades y organizaciones ambientales sobre los graves impactos sufridos por este ecosistema estratégico a causa del turismo masivo se hicieran insostenibles.
El director de Cornare, Javier González, formó la resolución que restringe completamente la actividad turística en este cerro y explicó que la decisión se tomó debido a la “fragilidad del ecosistema estratégico y al turismo de naturaleza que se estaba desbordando, afectando nuestra gran riqueza natural y se ajusta a lo definido en el plan de manejo del DRMI Páramo de Vida Maitamá – Sonsón”.
El alcalde de Sonsón, Juan Diego Zuluaga Pulgarín, manifestó que la medida era impostergable por el inminente riesgo de un daño ecológico de enormes proporciones. “El Cerro Las Palomas, que es icónico para el municipio, se encuentra en una posición de vulnerabilidad muy grande por las especies que habitan en él. Decidimos cerrarlo a partir de este momento para protegerlo”.
La resolución que formalizó el cierre se anunció luego de que Cristina Escobar Aguirre, una de las herederas del cerro Las Palomas, denunciara que desde 2012 la actividad turística en el lugar había tomando dimensiones preocupantes, al punto de desbordarse ya en los últimos seis años por cuenta de grupos de hasta 30 personas que llegaban al cerro a poner en riesgo el frágil equilibrio ecosistémico que hace posible el ciclo hídrico de este complejo paramuno. Los recorridos a este cerro son una de las actividades más cotizadas entre la oferta de turismo de naturaleza y aventura en Antioquia. Un plan para conocer el cerro cuesta alrededor de $300.000 por persona.
Las comunidades también pedían el cierre del cerro La Vieja, otro paraje popular para caminantes y actividades de turismo de naturaleza. Sin embargo, Cornare optó por medidas menos drásticas buscando garantizar que su uso turístico sea sostenible. “Tomamos la decisión de hacer un análisis de capacidad de carga y de tener reuniones con las comunidades para determinar un ordenamiento del turismo de naturaleza en el sitio, de manera coordinada entre la administración municipal, Cornare y la comunidad”, explicó Valencia González.
Tras la decisión, la autoridad ambiental y la alcaldía aseguraron que adelantarán un mecanismo que garantice el control y vigilancia para garantizar el cumplimiento de estas disposiciones. La medida es de cumplimiento inmediato.
El denominado Complejo de Páramos Sonsón fue delimitado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible mediante la Resolución 493 de 22 de marzo de 2016, tiene una extensión de 9.138,6 hectáreas; de las cuales 3.635,8 se encuentran en Antioquia, en cuatro municipios: Sonsón, Argelia, Nariño y Abejorral, y 5.545,9 hectáreas pertenecen al departamento de Caldas, distribuidas en seis municipios: Aguadas, Manzanares, Marulanda, Pácora, Pensilvania y Salamina.
Debido a su importancia para la regulación hídrica y conservación de la biodiversidad, el Páramo de Sonsón fue declarado Área Natural Protegida bajo la figura de Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI). Esta declaratoria fue realizada por Cornare y en su momento marcó un hito significativo en la lucha por la conservación de este ecosistema vulnerable. El Complejo de Páramos Sonsón es el principal Valor Objeto de Conservación -VOC- del área protegida. 40.647 hectáreas fueron declaradas en junio de 2019 como área protegida bajo el nombre, DRMI Páramo de Vida Maitamá – Sonsón.
Es el hogar de una amplia gama de especies de flora y fauna que han logrado adaptarse a las condiciones extremas del entorno montañoso. Esta zona tiene una riqueza muy alta en endemismos, no solo de fauna sino también de flora, porque geográficamente es muy estratégica. Entre las especies más emblemáticas que se pueden encontrar en este ecosistema, se destacan los frailejones (Espeletia restricta), las puyas (Puya ochroleuca) y otras bromelias. Ya hace cinco años biólogos habían denunciado que la presencia masiva de turistas estaba enfermando los frailejones del Páramo de Sonsón, al llevar patógenos pegados en la ropa, zapatos y otros elementos que estaban contaminando de forma grave estas plantas.
Este majestuoso complejo paramuno está conformado por 15 cerros con alturas superiores a 2.900 metros sobre el nivel del mar y cada uno tiene su nombre; de estos 13 se encuentran en jurisdicción de Antioquia y muchos de ellos son reconocidos en la región como en el caso de Las Palomas, La Vieja o Las Cruces.
Este es el segundo caso del cierre de un ecosistema completo en zona de páramo para actividades turísticas en Antioquia, tras lo ocurrido con el Páramo del Sol, en Urrao, que completó dos años cerrado al público por los estragos causados por el turismo masivo y todo tipo de desmanes que acabaron por poner en riesgo un páramo que hace parte de una gran estrella hídrica que garantiza agua para Chocó y buena parte de Antioquia.
Esta nueva decisión aviva el debate sobre hasta qué punto es compatible el turismo masivo, impulsado por gobiernos locales y por el Gobierno Nacional, con la conservación del medio ambiente y particularmente de los ecosistemas emblemáticos del país como los páramos. Hay que recordar que en ninguna otra parte del mundo es posible hallar un complejo paramuno tan imponente y determinante como el que tiene Colombia.
