El transporte público urbano e intermunicipal no se recupera de la pandemia: al finalizar el 2024, los vehículos de pasajeros que van entre municipios y ciudades dejaron de movilizar 182.000 pasajeros, mientras que los urbanos transportaron 19.000 pasajeros menos. Además, las cuentas no les cuadran a estos gremios porque los aumentos de sus tarifas no van acorde con la disparada que han tenido sus costos de operación.
Esta crisis agudiza la situación del transporte público de pasajeros en Antioquia, puesto que desde la crisis sanitaria más grave de los últimos 100 años, ni los buses urbanos ni los intermunicipales se han podido recuperar de las pérdidas económicas y del bajón de viajeros que tuvieron por las restricciones que trajo el covid.
De acuerdo con la información entregada por los líderes gremiales de estos medios de transporte, estos son los cuatro motivos que llevaron a que año a año se pierdan usuarios en Antioquia.
Una dura batalla contra la informalidad
Uno de los graves problemas de los transportadores es que deben batallar contra la informalidad, ya que estos pueden ofrecer un costo más económico para llevar a los pasajeros de un lugar a otro, pese a que estos no cuentan con las garantías para prestar un servicio público.
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Samir Echeverri, director de la Unión de Transportadores (Utrans), manifestó que “la informalidad y la ilegalidad han tomado un campo importante alrededor de las terminales y también desde los municipios hacia Medellín. Entonces ya empiezan a verse carros particulares que traen a la gente, buses de servicios especiales que los ponen al servicio para la ciudad de Medellín o de Medellín hacia el municipio, más barato”.
Aumento del parque de carros y motos
Otra de las problemáticas está ligada a que cada vez son más las personas que adquieren carros y los usan para hacer sus viajes, tanto los urbanos como los intermunicipales y en estos últimos suelen transportar a sus amigos, quitándole viajeros al transporte de pasajeros de todo tipo.
“También nos encontramos que muchas personas optan por irse de viaje en carros de amigos y conocidos hacia otras partes, lo que ha llevado a que disminuyan los pasajeros en las terminales de transporte”, explicó Echeverri sobre esta problemática.
A esto se suma el tema urbano que, además, se ha visto afectado por el incremento del parque de motocicletas, que ya supera las 800.000 en el Valle de Aburrá, lo que ha hecho que las personas se bajen del bus para montarse a este tipo de vehículos.
“El declive está relacionado por el uso de otras modalidades de transporte y la alta competencia que hay en la motorización, en la venta de motos y también en el uso de las plataformas de transporte”, señaló Juan Gonzalo Merino, vocero de la Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá (Asotransvaa).
Las cuentas cada vez cuadran menos
Otro de los dolores de cabeza del transporte público colectivo, en todas sus modalidades, es que las cuentas cada vez cuadran menos por cuenta de los incrementos que sobrepasan a los que ellos hacen para prestar este servicio.
Para el caso urbano, los transportadores no quedaron del todo satisfechos con el alza de $200 que se estableció para este año, pero que se volvió más crítico cuando días después se anunció el salario mínimo y se salió de todas cuentas para la operación.
“Nosotros teníamos establecido e hicimos una canasta de costos con base que el salario mínimo iba a subir el 6,54% y no el 9,53% como finalmente se estableció, por lo que cada vez nos dan menos las cuentas”, explicó Merino, quien aseguró que así las cosas la tarifa ideal para prestar este servicio debería ser de, aproximadamente, $4.500 y no de $3.400, como finalmente quedó.
La situación para el transporte intermunicipal también es compleja, teniendo en cuenta que deben jugar con los costos de los peajes y los aumentos de los combustibles, así como la cantidad de viajes que deben hacer.
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El incremento definitivo del transporte público intermunicipal se podrá conocer en los próximos días, ya que este jueves se conoció el incremento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que quedó en el 5,2%, según indicó el Dane este jueves. Este incremento podría haber sido peor si se mantenían los fuertes incrementos en algunos peajes, como el del Túnel de Occidente, que hacía que cada bus tuviera que pagar más de $12.000 si se comparaba con el valor hasta el 31 de diciembre.
“Este incremento iba a afectar, principalmente a quienes iban hacia Santa Fe de Antioquia que deben pasar hasta cuatro veces y eso iba a repercutir directamente en el usuario con un fuerte aumento, que se controló ya que el alza de estos peajes se hará de acuerdo con lo establecido”, señaló Echeverri.
Deben salir de vehículos por menos usuarios
La sumatoria de todas estas problemáticas ha llevado a que, solo en las rutas urbanas, hayan salido de circulación 800 buses sin que estos se hubieran repuesto, lo que ha llevado a que la frecuencia de rutas cada vez sea más aislada en los barrios.
“Estamos más cerca de una parálisis por falta de garantías. Son mayores los gastos que los ingresos y eso está haciendo cada vez más complicado que se pueda prestar el servicio para los dueños de los vehículos y para las empresas”, indicó Jimmy Alexis Gómez, presidente de la Corporación de Transportadores Urbanos (CTU).