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Libros y hamacas le quitan espacio a plazas de vicio: el barrio quiere ser un “laboratorio” de la paz total

En Santo Domingo Savio crearon un comité y exigen a los combos dejar de delinquir. Son un “laboratorio” de paz

  • Lectores a la Hamaca y el cartel en que los habitantes de Santo Domingo piden ser laboratorio de la paz total del gobierno.
    Lectores a la Hamaca y el cartel en que los habitantes de Santo Domingo piden ser laboratorio de la paz total del gobierno.
  • Libros y hamacas le quitan espacio a plazas de vicio: el barrio quiere ser un “laboratorio” de la paz total
  • El barrio La Torre está en lo más alto de la comuna nororiental. Es un sector de invasión azotado por la violencia y poblado, en su mayoría, por desplazados del campo colombiano. FOTOS camilo suárez
    El barrio La Torre está en lo más alto de la comuna nororiental. Es un sector de invasión azotado por la violencia y poblado, en su mayoría, por desplazados del campo colombiano. FOTOS camilo suárez
09 de febrero de 2023
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En Santo Domingo Savio hay una terraza desde la que se ve buena parte de la ciudad. En realidad es un planchón de cemento, como un mirador, que hasta hace dos años fue zona libre para la venta y consumo de drogas. Dicen que olía a marihuana, a químico, a mierda; había cuatro “plazas” de vicio, dominadas por “los muchachos de la vuelta”. Hablar de Santo Domingo, hasta hace no demasiado tiempo, era hablar de un barrio en llamas, sitiado por la violencia, condenado al no futuro.

De a poquito, con iniciativas particulares y colectivas, el barrio dejó sus peores días. Pero cada tanto hay reminiscencias: la semana pasada apareció un muerto y, por casualidad, encontraron un laboratorio de procesamiento de cocaína. En febrero del año pasado, una balacera de seis horas se libró de una cañada a otra y dejó a un colegio en medio del fuego cruzado.

La realidad en Santo Domingo nunca ha sido fácil. El barrio, en su mayoría ocupado por desplazados del campo antioqueño, y más recientemente por venezolanos, ha sido fértil para los conflictos sociales. Sin Estado, y con una constante lucha por la tierra, se ejerció el poder a sangre y fuego, sin consideraciones. Santo Domingo es una Colombia pequeñita, enclavada en lo más alto de la comuna nororiental.

Teniendo en cuenta lo anterior, unos cincuenta líderes del barrio La Torre, que está en Santo Domingo, decidieron crear un comité de paz. Son 22 los sectores que se han sumado a la iniciativa, con una población aproximada de 55.000 personas. La cosa va en serio. Ya instalaron varios carteles en los que dicen que la comuna 1 de Medellín se suma a la idea de paz total del Gobierno Nacional.

El vocero de la iniciativa es Carlos Andrés Mesa, un líder social de La Torre, desplazado de Ituango y víctima de las Farc. Mesa explica que la idea es ser un “laboratorio de la paz total” en Medellín. Si funciona en Santo Domingo, dice, puede replicarse en otros barrios de la ciudad.

El barrio La Torre está en lo más alto de la comuna nororiental. Es un sector de invasión azotado por la violencia y poblado, en su mayoría, por desplazados del campo colombiano. <b> </b>FOTOS<b> camilo suárez</b>
El barrio La Torre está en lo más alto de la comuna nororiental. Es un sector de invasión azotado por la violencia y poblado, en su mayoría, por desplazados del campo colombiano. FOTOS camilo suárez

Los líderes de la iniciativa esperan entablar un diálogo con Danilo Rueda, alto Comisionado de Paz, para que la propuesta llegue a buen puerto. En Santo Domingo ya hay resultados por mostrar. La terraza donde operaban cuatro plazas de vicio es ahora un espacio para la lectura y el deporte. El proyecto Lectores a la hamaca, que el propio Mesa lidera, desplazó a los viciosos y los expendios. En cambio, colgaron hamacas en las que los niños se mecen mientras leen.

En cuanto al deporte, los niños pueden montar en bicicleta en ese espacio, que tiene toda la amplitud apta para ello. Sin embargo, deben ganárselo con reciclaje. “Antes de montar en bicicletas deben reciclar. Ahí está el componente ambiental. La bicicleta es el deporte y la lectura es la cultura. De eso se trata, de una formación completa”, dice el líder.

¿Y los combos?

La paz total del gobierno Petro plantea un sometimiento de las grandes estructuras criminales del país, incluyendo al Clan del Golfo, las disidencias de las Farc y las bandas que delinquen en las ciudades. En la cárcel de Itagüí está pactada una reunión con los capos —hoy presos— que manejan el bajo mundo del Valle de Aburrá.

En una esquina del barrio La Torre hablamos con un delegado de “los muchachos”. Es un hombre de 30 años, tatuado, que dijo tener dos hijos y que lleva siete años “en la vuelta”. “Nosotros estamos comprometidos con la paz y este proyecto. Estamos dispuestos a entregar las armas. Lo que queremos es estudio un trabajo que nos ofrezca otra oportunidad. Yo, por ejemplo, quiero que mis hijos estudien para que no sean bandidos”, comentó.

Lo que se dice en Santo Domingo es que la paz tiene que hacerse con los líderes “buenos” y “malos”. Los primeros son los 50 que crearon la mesa de paz y los segundos son los muchachos, los que han ejercido el poder ante la ausencia del Estado.

En el barrio hay otros proyectos enfocados en la no violencia, como las Huertas de Paz que lidera Esneda Ramírez, una desplazada de San Carlos. En un terruño tiene un sembrío comunitario y un comedor social. Ejemplifica a la mayoría de habitantes del barrio: desplazada, sin tierra, luchadora. El pequeño espacio de la huerta, incluso, amenazaron con quitárselo para lotear y vender, pero ella se mantuvo firme.

La unión de esas propuestas, sumado a la voluntad de entregar las armas, es lo que los habitantes de Santo Domingo creen que puede materializarse en el laboratorio de la paz total en Medellín. Quieren hablar con el Gobierno Nacional.

Desde la Secretaría de la No Violencia de Medellín manifiestan que estarían dispuestos a apoyar la iniciativa

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