Nadie se sienta con un cuaderno a anotar si fueron 100, 500 o 1.000 los rayos que cayeron en el Valle de Aburrá durante una tormenta, como sugieren algunos comentaristas, quizás por burla o verdadera inocencia, cuando hay alguna noticia sobre la cantidad de descargas eléctricas en la ciudad.
Lo que sí hay es una compleja red de monitoreo que cuenta con 22 sensores electromagnéticos repartidos por Colombia, seis de ellos en Antioquia, que reciben las ondas emitidas por los rayos y permiten determinar, además del número, su intensidad y ubicación.
La tecnología es conocida como Linet. En el país la instalación de los equipos y el control de la base de datos a donde llega toda la información está a cargo de Keraunos, un spin off de la Universidad Nacional.
En el departamento esta empresa hizo alianza con el Sistema de Alerta Temprana local (Siata) para estudiar el comportamiento de los rayos, con el fin de pronosticar el fenómeno y prevenir emergencias.
¿Cómo funciona?
En el Valle de Aburrá se usan tres herramientas que, además de detectar cuántas descargas eléctricas caen sobre la región, también permiten ver la acumulación de nubes en Antioquia, el país y el continente, y otros sensores (molinos de campo) que determinan qué tan cargado está el ambiente.
Carlos David Hoyos, director del Siata, explicó que el convenio con Keraunos permitió instalar sensores en el departamento, que son los que generan la curiosidad de la gente: los contadores de rayos tipo nube-tierra (ver gráfico).
“Funcionan como una antena de radio de un carro, que sintoniza las emisoras cercanas. El rayo es la emisora emitiendo y el sensor el receptor”, ilustró.
Al contar con más de una, se puede triangular la información para conocer con mayor precisión la ubicación del rayo. Hoyos reveló que el rango de confiabilidad de estos aparatos es de al menos 250 kilómetros lineales, aunque pueden detectar en distancias más largas.
Es así como el Siata, que recibe información en tiempo real de este fenómeno, pudo establecer que el 25 de marzo del año pasado cayeron 896 rayos en el Aburrá, y meses después, el 5 de mayo, fueron 1.611 descargas. En cifras más recientes, el sábado pasado también se contabilizaron 2.319 en la ciudad.
Toda esta información alimenta la Red colombiana de detección total de rayos, controlada por Keraunos. El líder de ingeniería de esta empresa, Jamer González, contó que desde el 2012, cuando comenzaron a monitorear esta actividad, en el país han contabilizado más de 160 millones de rayos.
“Además de estos sensores, en el sistema nacional también tenemos equipos que nos ayudan a detectar tormentas eléctricas hasta media hora antes que ocurra”, agregó.
Exceso de rayos
Tener más de 50 descargas eléctricas asociadas a un evento de lluvias es mucho, indicó Hoyos, quien dijo que en ciudades de dos millones de habitantes o más, Medellín ocupa el primer lugar en el mundo en ciudades donde cae gran número de rayos. “Como es muy frecuente lo normalizamos, pero no lo es”, dijo.
Según el Ideam, esto se debe a la geografía cerrada del valle, que por las montañas propicia que ocurra el fenómeno. Hoyos mencionó a Houston, Tampa o Palm Beach, en Estados Unidos, como otras de las ciudades en el mundo que reportan grandes cantidades de descargas eléctricas.
Para evitar tragedias, como la del niño en Amagá que murió el mes pasado tras ser impactado por un rayo, se deben tener las herramientas con las que cuenta el Siata. “Si podemos prevenir o educar sobre el tema, contribuimos a la seguridad de la población. Los sensores son un salvavidas”, concluyó Hoyos.
