Para viajar al pasado basta solo con mirar el mapa de algunos de los municipios de Antioquia. Aunque estén en uso, en ellos aparecen edificios venidos al suelo, negocios que ya no existen o ríos que se secaron o cambiaron de rumbo. En Angelópolis, por ejemplo, la cartografía más reciente es del año 2000. En dos décadas, con el frenesí del acontecer humano, sus calles y veredas han cambiado. Pero el mapa, inmutable, sigue siendo una ventana al pasado y una obsoleta herramienta de planificación.
El caso de Angelópolis no es extraordinario: en el departamento se priorizaron 66 municipios para la actualización de sus cartografías. Es decir, muchos de ellos tienen mapas desactualizados, que ya no reflejan el territorio que alguna vez representaron. Pero, ¿qué consecuencias trae esto para los pueblos?
Claudia García Loboguerrero, directora de Planeación Antioquia, advirtió que la actualización cartográfica no se hacía en el departamento desde 2012. Sin embargo, hay municipios que no rehacen la suya desde más tiempo. Para la funcionaria, que la información se renueve permite conocer mejor el territorio y da la capacidad de tomar decisiones más ajustadas a la realidad: “Por un lado, nos permitirá apalancar las metas de nuestro plan de desarrollo y fortalecerá la gobernanza de nuestros municipios al tener una información actualizada de su territorio”.
La cartografía se realiza con tomas aéreas y satelitales, además de visitas al campo.
Este, en realidad, no es un tema nuevo. Roger Tomlinson, el padre de los sistemas de información geográfica, realizó un video documental en 1967 que tituló “Datos para las decisiones”. En este explicó cómo estos sistemas, al cruzar información, contrastar datos y poderse consultar en tiempo real, se convierten en una herramienta fundamental para la aplicación de políticas públicas.
Para la actualización cartográfica se invertirán $22.000 millones provenientes del Sistema General de Regalías. Según los planes de la Gobernación, con esto se actualizará la información de 1.212.644 hectáreas. De ellas, la gran mayoría pertenecen a escenarios rurales: 1.200.556. Apenas 12.088 están en zonas urbanas.
Las razones y los retos
Uno de los objetivos principales del plan tiene que ver con la actualización catastral. Teniendo toda la información, los municipios podrán sacar provecho del catastro multipropósito, la política pública de ordenamiento territorial que impulsó el actual gobierno.
Jaime Silva, ingeniero catastral y catedrático de la Especialización en Avalúos de la Universidad Distrital de Bogotá, explicó que esta nueva política ya no tiene en cuenta solo lo que tiene que ver con el impuesto predial, sino que busca conocer en detalle todo lo que conforma un territorio: “Tener la cartografía al día es la primera herramienta para el catastro multipropósito. Este es importante porque le quitó el monopolio al Instituto Agustín Codazzi y les dio potestad a los municipios de ser gestores catastrales. Además, permite conocer mejor el territorio y saber, por ejemplo, qué carreteras tiene, cuántos hospitales y colegios hay. Esta nueva dinámica le da importancia al ciudadano”.
Silva resaltó que la cartografía es el insumo base para la actualización catastral. “El que quiera hacer una actualización catastral con una cartografía del año 2000, empieza muy mal. Son conceptos primos hermanos que no pueden existir el uno sin el otro”, concluyó el profesor.
Santiago Leyva, doctor en Gobernanza y profesor de Eafit, consideró que la información cartográfica cumplió un papel central en la construcción de los estados modernos. Es decir, conocer en detalle el territorio es un asunto esencial para los gobiernos contemporáneos. “En otros países se hicieron esos procesos hace siglos. En Colombia, la información cartográfica y predial ha sido muy limitada. Somos un país diverso, con una geografía muy compleja. Esa visión incompleta del territorio ha fomentado la ocupación ilegal de las tierras”, advirtió el profesor.
Para el académico, además, la información recolectada podría generar un círculo virtuoso. La idea se explica así: al conocer la tierra es más fácil cobrar el predial. Y, una vez los ciudadanos paguen ese impuesto de manera justa, exigirán más a sus gobiernos. “Parte de nuestro conflicto armado radica en la falta de información predial. Por eso el robo de tierras o la disputa por ellas ha sido tan intensa. En la medida en que el Estado tenga delimitado cada predio, puede cobrar impuestos, otro asunto que ha sido bien complejo. La literatura demuestra que los ciudadanos, cuando pagan impuestos, más les exigen a los gobiernos y más se interesan en los procesos públicos”, concluyó.
Los municipios
Como dijo el profesor Leyva, la difícil geografía de Colombia, y en particular la de Antioquia, ha dificultado el levantamiento de buenas cartografías. Entre los 66 municipios priorizados por la Gobernación, por ejemplo, está Murindó, un poblado a orillas del Atrato. Está incrustado en medio de una selva tropical y tiene más cercanía, tanto geográfica como cultural, con Quibdó que con Medellín. Pero también aparece San José de la Montaña, gélido y trepado sobre los 2.550 metros sobre el nivel del mar. Esas contradicciones de la geografía dificultan la labor.
Otro de los 66 elegidos es Caicedo, en el Occidente. Miguel Alfonso Martínez, alcalde de esa localidad, expresó que ya le habían dicho a la Gobernación que necesitaban una actualización de los mapas. Según Martínez, el municipio desconoce la información del 75 % de los predios en su territorio: “No hay claridad sobre los dueños de la tierra. Nuestros campesinos no pueden acceder a créditos y hay conflictos por la tenencia de los predios”.
En el Oriente, en las estribaciones de la Cordillera Central, está San Luis. Gerley Alberto Aguirre, director del área administrativa y financiera del municipio, reveló que la última actualización catastral que se hizo en la zona urbana fue en 2005: “Nos vemos golpeados por las finanzas. El crecimiento de la población ha sido exponencial y eso ha dificultado la inclusión de los predios. Según nuestros cálculos, podemos tener unos 4.000 predios por fuera del censo y que no nos tributan”. El funcionario añadió que están adelantando una actualización catastral que costaría $1.500 millones.
Otro de los priorizados es La Estrella, en el sur del Aburrá. Juan Carlos Pérez, secretario de Hacienda, contó que la alcaldía tenía planeada la actualización catastral pero, con la pandemia, se decidió aplazarla. “Tenía un costo muy alto. Lo que vamos a hacer es una actualización sectorizada. O sea, vamos por zonas en donde los predios han cambiado y se han construido. Estimamos que los costos podrían recuperarse a la vuelta de cinco años vía impuesto predial”, dijo Pérez.
Una vez hecha la cartografía, los municipios tendrán herramientas para actualizar su información catastral y los mapas no serán más un papel viejo que representa un pasado inexistente
2012
es el año de la última actualización catastral en Antioquia: Planeación.
$22.223
millones costará actualizar la información de los municipios
