Con el 91,6% de las mesas escrutadas y con el 37,32% de los votos, Andrés Julián Rendón fue electo como gobernador de Antioquia este domingo. Su más directo perseguidor durante la jornada fue Luis Pérez, con el 22,8% de los votos, y en tercer lugar se ubicó el oficialista Luis Fernando Suárez, con 13,98% de los sufragantes.
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Con Rendón, el Centro Democrático logra por primera vez la Gobernación de Antioquia, luego de dos intentos fallidos por parte del senador Andrés Guerra. Aunque analistas y buena parte de las encuestas lo proyectaban segundo, la opinión que logró mover en las últimas semanas y el espaldarazo de Federico Gutiérrez, nuevamente electo alcalde de Medellín, lo catapultó.
La llegada de Rendón no es sorpresa porque durante la puja se ubicó como el perseguidor directo de Pérez, pero hay que decir que la maquinaria que tenía el exgobernador, reforzada en particular con la adhesión del exsenador liberal Julián Bedoya, hizo que varias mediciones y analistas ubicaran como primero a Pérez durante los comicios de este domingo.
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Fue una medición de Atlas Intel, publicada por La Silla Vacía este viernes, la que movió el tablero entre las encuestadoras porque el ejercicio ubicó muy por encima a Rendón, como el puntero con 37,3% de los votos. La medición de esta firma, que acertó recientemente en varias elecciones internacionales, puso a Pérez como tercero, por detrás de Suárez.
Hay que decir que Rendón se convierte en gobernador de Antioquia luego de ser alcalde de Rionegro. Durante la campaña se movió como la cabeza más visible del bloque antiPetro y, además, se mostró crítico respecto a las decisiones del Gobierno de Gustavo Petro.
Los chicharrones del próximo gobernador
Varios y de distintos calibres serán los retos del gobernador. Hay temas por desenredar como los usuarios en vilo tras la intervención de Savia Salud, la postura departamental frente a la Paz Total de Petro, la financiación de los parches en la red de vías 4G, la política respecto a la minería ilegal y el manejo de la ola migratoria hacia el Darién. Los detallamos a continuación.
Savia tiene 1,6 millones de usuarios en vilo
Por el lado de la salud, al nuevo mandatario departamental le esperan retos en tres frentes. El primero de ellos y el más urgente es Savia Salud, la EPS que atiende 1.6 millones de usuarios, gran parte de la población rural del departamento y que hoy se encuentra intervenida por parte de la Superintendencia al arrastrar todavía problemas financieros. Igual atención merecen los hospitales locales y regionales que cada vez están más desfinanciados lo que obliga a que toda la atención en salud se concentre en el Valle Aburrá, colapsando los servicios médicos del área metropolitana. Otro frente es el pago de las deudas que las EPS tienen así como los aportes del gobierno para atender a la población. El cierre de EPS tiene en riesgo a varias subregiones como el Oriente. A este tema hay que sumarle el deterioro en salud mental que actualmente vive Antioquia.
Antioquia debe definir su posición frente a la Paz Total
Es un tema transversal para la nueva administración por su complejidad: la ubicación estratégica del departamento que facilita la presencia de diferentes actores armados. El próximo gobernador tendrá que enfrentarse a la recomposición de grupos como el ELN, las disidencias de las Farc, el Clan del Golfo así como los grupos delincuenciales de Medellín que ya tienen injerencia en otras subregiones. Ante esto tiene dos caminos: ser crítico y contrario a la política de paz total que adelanta el Gobierno o comprometerse con inversión y gestión para sacar adelante estos diálogos en las regiones. También urge una estrategia conjunta con la Nación para frenar la influencia del crimen transnacional.
$2,8 billones para váis 4G están embolatados
Otro tema más apremiante es el de los proyectos de infraestructura que debe viabilizar el departamento este cuatrienio, varios de los cuales han sufrido reveses en Bogotá. Cabe recordar que las obras para complementar Pacífico 1 y la autopista a Urabá, que requieren $2.8 billones, fueron excluidas por parte del Gobierno Nacional en el presupuesto del próximo año. Es tarea del próximo gobernador no solo gestionar una buena relación con el Gobierno para revertir la situación sino también garantizar los recursos para otras obras, incluyendo los puertos del Urabá. También requieren una revisión inmediata los “elefantes blancos” que han quedado de administraciones pasadas, varias de las cuales son necesarias para proyectos productivos en las subregiones.
Antioquia debe frenar de una vez por todas la minería ilegal
En el campo económico están en primer renglón los relacionados con el desarrollo minero. El Gobierno Nacional decidió retomar la potestad frente a los proyectos estratégicos, lo que exige que la Gobernación asuma un rol más riguroso y un diálogo más estrecho con el Gobierno para lograr viabilizar estos proyectos y que cuenten con todas la garantías sociales y ambientales para ejecutarse. A esto hay que sumar la problemática ambiental y social que ha desatado la explotación ilegal en el Bajo Cauca, el Nordeste y el Occidente. Por otro lado, es urgente la diversificación en la producción agrícola. En subregiones como Suroeste esperan que el gobierno departamental logre gestionar grandes proyectos para hacer viable la producción de cítricos, un renglón que podría inyectarle un gran aporte el PIB. La industrialización del campo, otra deuda que sigue viva en el departamento, deberá afrontarse con un nuevo enfoque al que se la ha dado hasta ahora.
Crisis de migrantes en el Urabá necesita plata del Gobierno Nacional
El tema de las migraciones es otro de los “chicharrones” que le esperan al próximo gobernador pues no es un misterio que el departamento se ha convertido en punto clave en la ruta de los migrantes que cruzan parte del continente para atravesar el Darién y llegar a Norteamérica. Las decisiones migratorias de Panamá tienen repercusiones directas en materia social, ambiental, de salud y de seguridad en el departamento. Por eso es necesario mayor capacidad de gestión ante el Gobierno Nacional para recibir recursos que permitan atender las problemáticas derivadas de la migración.