Invitando a los antioqueños a no bajar la guardia frente al coronavirus, el gobernador Aníbal Gaviria anunció que luego de un poco más de un mes en rojo, la alerta de saturación del sistema de salud descendió a naranja.
El mandatario regional informó ayer que la decisión se tomó después de una reunión con el Comité Científico de la Covid-19, en la cual se analizó la ocupación de las camas UCI.
Según el mandatario, la alerta roja se levantó porque, en comparación con el 22 de octubre pasado, cuando el índice de ocupación superó el 80 %, en la actualidad han transcurrido 10 días sin sobrepasar el 71 % en Antioquia y el 75 % en la subregión del Valle de Aburrá.
“Vamos avanzando bien y el resultado es positivo, pero de ninguna manera se puede interpretar como que el impacto del Covid ha pasado y mucho menos relajar las medidas de protección, de disciplina y distanciamiento social. Esas medidas hay que mantenerlas para poder seguir protegiendo el sistema de salud”, advirtió.
Gaviria también hizo un reconocimiento a la labor de los trabajadores de la salud, señalando que “esta medida de alerta (naranja) también es para protegerlos a ellos y evitar un agotamiento del sistema y de los equipos de salud”. Pero, ¿qué significa bajar la alerta?
Estar en naranja
Tal como lo ejemplificó la epidemióloga Yessica Giraldo de la Universidad CES, el sistema de alertas por colores es como un semáforo que va cambiando dependiendo del nivel de riesgo de colapsar.
En ese sentido, cuando se declara la alerta roja implica que las clínicas y hospitales suspenden todos los procedimientos que no sean urgentes. Cuando se pasa a naranja flexibiliza las medidas permitiendo que los centros de salud abran y habiliten los espacios y servicios que fueron suspendidos temporalmente para concentrarse en la atención de la Covid.
Esto, sin embargo, no significa un alivio total del sistema. Algunos procedimientos ambulatorios y programas que se realizaban en los centros de salud deberán continuar cerrados mientras el nivel de alerta descienda a amarillo, explicó Giraldo.
Desde su especialidad, la médica consideró que la medida adoptada por la Gobernación era necesaria para beneficiar a pacientes con otras enfermedades y para darle un respiro al personal médico. Sin embargo, alertó sobre la necesidad de que el sistema esté preparado para ascender nuevamente a rojo “pues tenemos claro que, aunque los niveles de ocupación de camas han bajado, los casos positivos continúan arriba (1.560 casos según el último reporte del Ministerio de Salud)”, dijo Giraldo.
Por ahora, las autoridades tienen puesta la mirada en las festividades navideñas .