Este municipio aportó el 30% de fallecidos por ahogamiento en ríos y quebradas en 2024. Y no tienen como atender emergencias. A promotores turísticos les “toca” hacerlo. Piden crear cuerpo mixto. ¿Qué respuestas brindó el Dagran?
En las claras aguas del río Calderas, a la altura de Cocorná, tres balsas y 10 kayaks se mueven buscando algo en medio de un ardiente sol. De repente el sonido de un silbato y la respectiva algarabía alertan a los tripulantes. El hallazgo de un cuerpo flotando es el motivo de la conmoción.
Rápidamente se monta un operativo para sacar a la víctima del agua, hecho que se logra con cierta rapidez entre el chapoteo de los ahora rescatistas. Mientras unos llaman a las líneas de emergencias para dar aviso, otros sacan el cuerpo y comienzan a hacer maniobras de RCP en un frenético ejercicio que termina salvando al infortunado bañista.
Y es que, varios ríos, quebradas y charcos de Antioquia resultan ser un peligroso espejismo, pues bajo sus cristalinas aguas y “mansas” corrientes se esconden graves y mortales riesgos que han causado más de una tragedia en el departamento. Algunos de estos sitios se encuentran en la zona de bosques del Oriente.
Por fortuna esta historia tuvo un final feliz, toda vez que se trató de un simulacro pero, ojo al dato, en otras 59 ocasiones en Antioquia –según estadísticas del Instituto Nacional de Medicina Legal– el resultado no fue el mismo. En 2023, la cifra llegó a 60 según la Fundación Mariana Novoa que vigila el tema.
La actividad fue organizada por las empresas de rafting del Oriente antioqueño para capacitar a rescatistas de los municipios de San Luis y Cocorná, que son atravesados por el río Calderas. Allí participaron empresas de amplia experiencia como Expedition Colombia, Mirador Samana, Nature Escape, Expedición Cocorná, Outdoor Experience y Antioquia Adventures; así como el cuerpo de bomberos de San Luis y la Defensa Civil de Cocorná.
Los rescatistas aprendieron técnicas de rescate como por ejemplo el cruce de un río sin embarcación con un lesionado a cuestas, el salvamento de una persona separada por una corriente, las técnicas de rescate de un cuerpo flotante, así como el rescate de las víctimas de atrapamiento, causa más común de ahogamiento en esta zona del departamento.
Ante lo observado por EL COLOMBIANO, dos lecciones dejó la experiencia: la primera es que pese a la voluntad y el entrenamiento de los rescatistas, es evidente la precariedad de los cuerpos de socorro.
De hecho, en las zonas de bosques que comprende los municipios de Cocorná, San Francisco y San Luis, lo habitual es que sean los promotores turísticos los que principalmente busquen a los desaparecidos en ríos como el Samaná o el Calderas.
La segunda observación fue que, pese a la importancia de la capacitación, ni alcaldías ni delegados de la Gobernación estuvieron presentes. ¿Por qué no? Qué cada quien brinde sus explicaciones.
Según detalló Nilson Rosero, comandante de Bomberos de San Luis, pese a que los 15 integrantes del cuerpo cuentan con capacitación para rescates en aguas, la falta de recursos hace compleja su intervención en estos casos.
“Aquí necesitamos botes, chalecos para rescates, cuerdas, kayaks, cascos. En fin, una serie de elementos de rescate que no tenemos. Sin ellos podríamos generar mayores riesgos para nosotros”, detalló el oficial quien además apuntó que el panorama sería similar en los otros cuerpos de la zona.
Las palabras de Rosero causan preocupación ya que en San Luis el ahogamiento y la desaparición en cuerpos de aguas vivas es la tercera causa de llamados de emergencia. Además, allí ocurrió el ahogamiento de 18 personas tan solo en 2024. Es decir, este solo municipio puso casi el 30% de los ahogados reportados en todo Antioquia el año pasado.
El último caso fue el de Carlos Aristizábal, quien desapareció el pasado 31 de diciembre cuando fue arrastrado por las fuertes corrientes del río Samaná. Desde entonces, bomberos, policías, pero sobre todo operadores turísticos, así como familiares y amigos, lo buscaron hasta que su cuerpo fue hallado en El Prodigio, frontera con Puerto Nare.
“Si no fuera por estos muchachos (los promotores turísticos) no podríamos hacer nada en este tipo de emergencias. Si mucho, tocaría salir al Nare y esperar que aparezcan los cuerpos flotando”, comentó otro rescatista de la zona.
Robinson Gómez Vergara, promotor turístico de San Luis, narró que, por ser de los personajes que más conocen las corrientes de la zona, son los primeros contactados para atender las desapariciones en estas afluentes.
“Estos operativos son complejos porque hay que hacer recorridos de hasta 40 kilómetros y hasta por por tres días. Esta es una labor humanitaria que hacemos incluso con nuestros propios equipos y de nuestro propio tiempo, sin remuneración alguna”, detalló.
A lo dicho por Vergara se sumó Didier Rincón, otro promotor. Este agregó que –si bien las labores de búsqueda y rescate se hacen de manera desinteresada y siempre con ánimo altruista– se requiere un cuerpo de emergencias especializado para estas situaciones.
“Por las limitaciones, los bomberos hacen las búsquedas en tierra, mientras que en el agua nosotros hacemos lo propio con nuestros equipos. Pero estos también sufren desgastes por los que ninguna entidad responde y colabora”, detalló.
Rincón también comentó que además hay otro factor que deriva en emergencias y que debe controlarse, como la falta de normas y control.
“En muchos balnearios y puntos no hay una señalización que advierta de los peligros de las aguas. Tampoco hay salvavidas vigilando que no ocurran emergencias. Se necesita que los municipios expidan una normativa más estricta en estos espacios porque la mayoría de casos se dan por la indisciplina de la gente que se mete confiada porque ven el agua quieta y limpia”, apuntó.
Mael Nguyen, ciudadano colombofrancés, es otro guía turístico de la zona quien ante la crisis de los cuerpos de bomberos locales, cree en una solución bilateral a la problemática: la creación de un cuerpo mixto para la búsqueda y rescate de las personas desaparecidas en aguas vivas.
“Los rescatistas conocen muy bien de primeros auxilios y de atención de emergencias; y nosotros conocemos los ríos de la zona como nadie. Por eso pienso que crear equipos mixtos que sean financiados por el gobierno sería una gran solución no solo para la formación de los bomberos sino también para lograr una mejor articulación y una acción mas rápida y eficiente al momento de las emergencias”, apuntó.
Rosero también comentó que la idea de Nguyen sería muy positiva porque con los equipos creados no solo se respaldaría un municipio sino toda la zona por la que cruzan los afluentes. Sin embargo, esto apenas se ha esbozado como futuro proyecto.
La red de Turismo de San Luis también expresó su preocupación por la situación toda vez que también surge una injusta mala fama para la zona a raíz de la serie de casos de ahogamiento que allí se presentan por cuenta –en varias ocasiones– de la irresponsabilidad de algunos bañistas.
“Mucha gente se mete a nadar a balnearios que no conocen o a los que solo han ido una vez y hace mucho tiempo incluso drogados. Y encima son tan atrevidos que se adentran guiando a grupos de personas. Y eso deriva en emergencias”, comentaron de la red.
Por ello desde la entidad, recomendaron siempre contratar servicios de guías certificados que, aparte de módicos, tienen los equipos y el entrenamiento necesario para una buena experiencia libre de percances que lamentar.
De otro lado, este diario contactó al Dagran para conocer su postura frente al tema y que acciones se tomarían para solucionar la situación. Pero, pese a la insistencia de este diario, al cierre de la edición no habían emitido respuesta alguna.
