Desde el año pasado a Liliana Cifuentes, una de las más de 600 propietarias del proyecto inmobiliario Obra Andalucía en Caldas, las migrañas se han vuelto pan de cada día por cuenta de cada descubrimiento que hace de todo lo malo que pasa con la construcción de esta unidad residencial en la que cerca de 200 personas seguirían sin recibir los apartamentos por los que llevan años pagando.
Aún así ella no ceja en sus empeños en advertir a otros para que no caigan en lo que ella califica como una estafa inmobiliaria en la que constructores y entes de control se estarían chutando la pelota sin ofrecer soluciones.
El proyecto Obra Andalucía –que era realizado por la constructora Obrasdé pero que luego de casi seis años tiene la torre 4 edificada en tan solo un 30%; y la torre 6 en menos del 10%– vuelve a estar en el ojo del huracán por las recientes denuncias de Cifuentes que darían cuenta, inicialmente, de un “carrusel” de afectados.
Según la mujer tras los constantes atrasos hubo compradores que desisitieron del negocio. Para 2021, los desistientes le pedían a Obrasdé que les devolviera su plata, pero la constructora indicaba que para hacerlo se necesitaba “reemplazar” los salientes con nuevos compradores ya que el dinero almacenado y entregado por la fiduciaria Credicorp Capital S.A., para el proyecto ya se había gastado.
“Obrasdé empezó a sacar avisos en páginas web de inversión vendiendo apartamentos a ‘precio de oportunidad’. Yo entré a uno de esos sitios y me ofertaron la cesión de un apartamento en Andalucía en casi $108 millones. Visité la obra y la jefe de Ventas y la directora Comercial me dijeron que ya tenían cuatro torres construidas y que las otras dos estaban marchando. Además en la entrada de la obra había un letrero que decía que Andalucía tenía la fiducia de Credicorp Capital y que la Superintendencia la vigilaba. Eso me dio confianza para comprar”, apuntó.
Por eso el 13 de julio de 2021 Liliana compró el apartamento y pagó por la cesión $90 millones de contado y los otros $18 millones en cuotas mensuales desde agosto.
“En febrero de 2022 noté la obra quieta. Me puse a averiguar que pasaba y por recomendación de una asesora de Obrasdé dejé de pagar cuando llevaba $101 millones. El 3 de agosto la abogada de Obrasdé dijo que la constructora iba a entrar a liquidación permanente y a Ley de Quiebras”, añadió Liliana.
Cifuentes dijo que ante la declaración de quiebra y la imposibilidad de buscar otro comprador, ella le pidió a Obrasdé que le resarciera el valor invertido con otra propiedad, pero el ofrecimiento que le hicieron, al recordarlo hoy, la descompone.
“Me dijeron que me iban a ofrecer un apartamento que harían en el proyecto Obras de la Reserva en Bello. Y como no era VIS, me tocaba encimarles $132 millones más. Yo no me le medí al proyecto y menos mal porque en enero de 2023 ese también quedó liquidado. Querían ‘tumbarme’”, añadió.
Para Cifuentes, hechos de este tipo evidencian la disyuntiva entre la denuncia y el “silencio cómplice” en la que quedan los compradores de proyectos fallidos.