Abandonados a un costado de la vía que conecta a Medellín con el Urabá antioqueño, las autoridades encontraron en los últimos días los cadáveres de tres mineros que murieron en distintas circunstancias dentro de socavones ilegales del municipio de Buriticá, y que posteriormente los dejaron abandonados en el corredor vial para que las autoridades hicieran la inspección judicial.
El primer hallazgo se registró en el sector La Batea, del corregimiento Cativo, de Santa Fe de Antioquia, donde las autoridades encontraron el cadáver de Juan José Jaramillo Jiménez. La víctima era oriunda de Segovia, Nordeste antioqueño, y la información judicial daría cuenta de que murió por inhalación de gases tóxicos dentro del socavón.
Posteriormente encontraron otros dos cadáveres, el mismo día, a unos cinco kilómetros uno del otro. En el corregimiento Pinguro, de Giraldo, las autoridades hallaron el cadáver de Róbinson Sebastián David David, quien era nacido en Cañasgordas, mientras que en el corregimiento Manglar, también de este municipio, ubicaron a Ánderson Fernando Londoño Martínez, oriundo de Segovia.
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Las primeras versiones, por las características de los cadáveres, darían cuenta que ambos fallecieron en el mismo hecho por una descarga eléctrica cuando entraban una teja de zinc a una de las minas ilegales de Buriticá, recibiendo en su cuerpo más de 12.000 voltios de energía cuando golpearon este elemento con una de las redes utilizadas para suministrar electricidad a estas minas.
Fuentes de inteligencia indicaron que esta sería una de las modalidades usadas por el Clan del Golfo para evitar investigaciones por parte de la Agencia Nacional de Minería y otras autoridades sobre las condiciones en las que trabajan los mineros en los túneles irregulares.
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Pero esta no sería la única forma utilizada, ya que “si se presentan problemas para poderlos sacar a la superficie, los están enterrando con cal dentro de la mina para evitar problemas legales”, por lo que las autoridades indagan si hay personas desaparecidas en estos hechos.
Estas muertes, con las que ya se totalizan cinco este año dentro de minas ilegales en el Occidente antioqueño, se presentan en medio del conflicto sostenido entre los mineros que tienen socavones construidos de manera irregular y la multinacional Zijin Continental Gold, que pide apoyo de las autoridades para el respeto del título minero que les asignaron para la explotación del subsuelo de este municipio.
Además, las autoridades han reiterado que dentro de este municipio hay una presencia monopólica de la subestructura Edwin Román Velásquez Valle, del Clan del Golfo, que estaría controlando todas las rentas criminales, entre ellas la explotación minera y el microtráfico.