La celebración de los 50 años de Proantioquia estuvo cargada de símbolos, pero tal vez el mensaje más fuerte es que los empresarios paisas –que se han caracterizado por su moderación– y sus gobernantes decidieron subirle el tono de firmeza a sus palabras frente al gobierno de Gustavo Petro.
El primer gran símbolo fue el del lugar del evento: los talleres del metro en Bello, sitio al cual llegaron unas 300 personas luego de un viaje en vagones que atravesaron desde el sur hasta el norte el Valle de Aburrá.
La cita era a las 3:30 de la tarde y en la estación de partida se encontraban los presidentes de decenas de empresas antioqueñas, es decir, una representación significativa de quienes son responsables del 15% del Producto Interno Bruto del país.
Como el homenaje lo ameritaba la mayoría llegó con sacos y no se atrevían a quitárselos a pesar de que el calor abrumaba. Allí estaban varios candidatos presidenciales, congresistas, rectores de universidades, concejales, directores de medios de comunicación nacionales, que esperaron pacientemente a que llegara el tren.
Valga decir que el Metro se hizo realidad gracias al empuje que le dio Proantioquia, en cabeza de su entonces presidente Gilberto Echeverri Mejía. Su viuda, Marta Inés Pérez, que asistió al evento del jueves, recibió un fuerte aplauso cuando mencionaron en los altavoces su nombre.
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Ya en los talleres, un espacio fresco y abierto, comenzaron los discursos y en todos ellos se notó cómo ha escalado el tono frente al gobierno de Gustavo Petro. Hasta ahora, había predominado el silencio de los empresarios.
Ninguno parecía haber leído el mensaje publicado por el Presidente en su cuenta de X sobre las 10 de la noche del día anterior, en el cual lanzó acusaciones temerarias: “El grupo empresarial antioqueño, compuesto por buenos empresarios, pero también por gente que defiende a Hitler y el genocidio en Colombia”. Nadie habló ni comentó el trino, que tal vez se perdió en la densa selva de mensajes que Petro suele publicar en X.
En el evento, el primero en hablar fue el presidente de la Junta de Proantioquia, Jorge Mario Velásquez, cabeza del Grupo Argos, que ha tenido en el último año los mejores resultados de su historia. Luego de hablar de la “defensa de la democracia sin titubeos”, agregó: “Hoy vemos con gran preocupación el ataque sistemático del actual Gobierno Nacional a muchas de las instituciones que han sido garantes de estabilidad democrática de Colombia”.
Además acusó que “se están deconstruyendo avances relevantes en sectores clave como la salud, la energía, la vivienda, la infraestructura, y la seguridad”, e invitó a todos a meterse en el juego: “Es momento de involucrarnos activa y democráticamente en el debate público en defensa de la democracia liberal: no estamos en tiempos para la dubitación”.
Luego fue el turno del alcalde Federico Gutiérrez, quien dijo que “no es un momento para quedarse callado, este no es un momento para pasar de agache”, e invitó a “estar más unidos que nunca”.
Y añadió una frase que despertó el aplauso del público: “El presidente de la República debería estar acá, pero no estamos en circunstancias normales, ni él es normal”. Por eso, insistió, “tenemos que entender que nosotros tenemos que unirnos hoy más que nunca”.
El mensaje del alcalde fue de optimismo: “Siento a la gente preocupada. Hemos vivido momentos más duros y los hemos superado como sociedad. No nos vamos a dejar amenazar más, si quieren plantear movilizaciones, nosotros también estamos listos para salir a la calle a defender la democracia con ideas, con respeto y con civilidad”.
Luego fue el turno del gobernador Andrés Julián Rendón que insistió sobre la amenaza que se cierne sobre la democracia: “Queridos amigos, hoy no puede haber lugar a titubeos porque esas amenazas aún las sentimos presentes hay que afrontarlas con mucho valor y determinación, están en juego cosas muy caras para nosotros como sociedad: la libertad, los valores democráticos, la generación de riqueza y por supuesto de oportunidades sociales”.
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Advirtió que a los antioqueños no nos asustan “las lomas” y que el proyecto de referendo por mayor autonomía para las regiones servirá “para que no volvamos a sufrir la venganza y la maledicencia del ocupante de turno de la Casa de Nariño que con ánimo ideológico y vengativo nos quita lo que nos pertenece”.
A renglón seguido habló de José María Córdova, el oficial antioqueño determinante en la gesta libertadora con motivo de los 200 años de la batalla de Ayacucho. “Córdoba es el héroe de nuestros soldados del Ejército Nacional”, dijo el gobernador Rendón y explicó que en los batallones aún resuena su frase de batalla: “División, armas a discreción de frente paso de vencedores. Es una consigna que los invita a ellos y nos debe invitar a nosotros todos los días a estar en pie de lucha por los intereses superiores de Antioquia y de Colombia”.
La última en intervenir fue la presidenta de Proantioquia, María Bibiana Botero, quien afirmó que este aniversario de Proantioquia se da en medio de una “profunda fractura institucional”, “tenemos un gobierno de monólogos que evita la interlocución con el sector privado, por eso, hoy más que nunca, debemos cuidar a las empresas que han cuidado al país”.
Entre los asistentes estaban hijos y nietos de aquellos empresarios que con visión fundaron a Proantioquia en 1975, los hijos de Santiago Mejía Olarte, entre ellos Manuel Santiago, Rafael y Lina Mejía Correa, así como algunos de sus nietos. El hijo de Vicente Uribe Rendón, Jorge Alberto Uribe. El hijo de Ricardo Ángel Villa, Andrés Ángel Vásquez. Las nietas de José Gutiérrez Gómez, María Paula y María Luisa Vásquez Gutiérrez. Carlos Enrique Piedrahita en nombre de Pedro María Botero. Los hijos de Juan Gonzalo Restrepo, Gonzalo Restrepo, de Alfonso Mora de la Hoz, Juan Carlos Mora, y de Carlos Córdoba Congote, Carlos Eduardo y Ana María.
El único sobreviviente de esa generación brillante de empresarios es Sergio Restrepo Londoño, quien para la época era gerente de EPM, en calidad de tal firmó la creación de Proantioquia y hasta los talleres de Bello llegó para la celebración.
El momento de cierre, antes de darle paso a la música, fue la entrega de un “laboratorio de paz” en Dabeiba, una finca en plena producción, en la cual Proantioquia ha estado acompañando a una cooperativa de firmantes de paz en los últimos años, y ahora decidió darles a ellos la propiedad para que sigan construyendo su propio destino.
El aplauso fue cerrado.
