Cuando se habla del reguetón de Medellín, se suele mencionar a J Balvin, Maluma, Karol G y Feid, las caras más visibles, las estrellas de talla mundial. Pero no se puede hablar de ellos, ni del buen presente del reguetón local sin hablar de Santiago Chacón, Shako, un pionero del género, el referente de aquellos que hoy son grandes.
Además de su carrera en solitario, que lo ha mantenido vigente, formó el dúo Fainal & Shako, que duró poco tiempo, apenas lo suficiente para darle forma al sonido del reguetón de Medellín.
¿En qué está Fainal y Shako? ¿cómo están las cosas?
“Haciendo música, porque eso es una pasión que nunca acaba, desde la separación cada uno cogió su rumbo, pero volvimos por el amor al proyecto”.
¿Cómo se volvieron a insertar en la industria?
“La misma industria fue la que nos insertó porque empezamos a ver el legado que habíamos dejado, ya que nuestros mayores fanáticos crecieron y se convirtieron en artistas mundiales. Karol G, Feid, Maluma, todos ellos empezaron a hablar de nosotros en las entrevistas a nivel mundial y eso nos puso en el foco del mundo y nos dio como esa luz, porque ya nosotros estábamos empezando a hacer cosas, entonces nos decidimos”.
¿Cómo era hacer reguetón cuando ustedes empezaron?
“Nos tocó la música a la antigua, que era promoción en medios de comunicación tradicionales, la radio, el periódico, por internet lo único que había era piratería, eso fue la que inició el reggaetón a nivel mundial, porque hizo que todos tuvieran acceso a la música que se estaba haciendo tanto en Puerto Rico como en Medellín, pero a diferencia de ahora, no recibíamos nada de internet, no monetizabamos”.
¿Cómo funcionaba eso?
“Nosotros trabajábamos con unos blogs que se volvieron muy famosos. ¿Cuáles eran? Había unos como Ak47, sandungueo.com, denunciando.com,... ahí se hacían menciones para que la gente descargara la música, o también la compartíamos por Messenger. Luego empezamos a entrar en los medios tradicionales, porque ya se fue creciendo tanto la ola que la gente empezó a pedirnos en emisoras y empezamos a hacer colegios, porque era la única manera de nosotros poder hacer promoción sin pagar, entonces hacíamos alianzas con las emisoras y nos íbamos para los colegios. Y eso creó el sonido de Medellín”.
¿Por qué?
“Porque la mayoría de colegios en Antioquia son católicos o de monjas, entonces para poder entrar tuvimos que cambiar el lenguaje, lo que decíamos, y empezamos a decir cosas bonitas, así creamos un nuevo sonido, totalmente diferente, enfocado en las niñas de los colegios, que hizo que empezaran a contratarnos para shows privados, 15 años, primeras comuniones, proms, y eso fue lo que hizo que entrara dinero. y empezamos a ver que la cosa cambiaba”.
Cuando empezaste a hacer música no existía el reguetón, ¿quienes erán tus referentes?
“En esa época había mucho dancehall, Buju Bantam, Bounty Killer, Sean Paul y todo lo que venía de Estados Unidos, Yo tengo tatuado el símbolo de Wu Tang Clan en el cuello y el de Onyx en mi mano, porque son los referentes. Nosotros queríamos hacer hip hop y el hip hop latino se convirtió en reggaeton. Yo sé que eso es controversial, pero los boricuas eran raperos y se vestían como los raperos norteamericanos, entonces cuando empezamos a ver los videos de reggaetón y todo eso nos identificamos full, y la gente aceptó más el ritmo del reggaetón, porque era un ritmo que les provocaba bailar”.
Además en esa época Medellín estaba intentando desmarcarse de ese pasado violento y el rap estaba muy enmarcado ahí...
“Y habían muchos grupos que estaban empezando a hacer la diferencia, Laberinto, que incluso por esos años empezaron a hacer ese primer álbum con salsa, ellos querían hacer comercial, pero la percepción del público relacionaba el hip hop con la violencia, la calle, en cambio llegó el reguetón y apareció Daddy Yankee con un ritmo bailable, con una estética rapera y dijo que eso era un party de gangster, de los maliantes, entonces te hablaba de eso, pero te lo estaba poniendo a bailar, eso hizo click, fue la época perfecta para que Medellín hiciera esa transición. El reguetón también estaba cargado de mucha violencia, pero el baile hizo que esa transición fuera más suave y que la gente se identificara. Era una época en la que Medellín todavía no había aceptado la estética del rapero, porque incluso a nosotros nos gozaban en las calles y no nos dejaban entrar a las discotecas a cantar, así fueran nuestros propios shows.
Había mucha estigmatización por la imagen del rapero, pero cuando el reguetón empezó a ser más comercial y a regarse por el país, sobre todo a Bogotá, nos cambiaron la identidad. Tuvimos que adaptarnos un poco y la estética de muchos cambió”.
Y la jerga también cambió...
“Sí, nos tocó esconder mucho el acento paisa, sobre todo en Bogotá, que no se aceptaba mucho al de barrio. Ahora es algo que genera éxito, pero en ese tiempo nosotros apenas estábamos empezando y tuvimos que adaptarnos mucho al mercado para que la gente nos aceptara y las emisoras como La Mega y canlaes como RCN, Caracol pusieran nuestra música y nos hicieran entrevistas”.
El reguetón se adapta a lo que sea necesario...
“Por eso no ha muerto ni morirá, por su adaptabilidad”.
Una de las canciones más importantes del reguetón local es Obra de Arte de Fainal & Shako con J Balvin, ¿cómo se dio?
“Es increíble, porque hace tres semanas estuvimos Tendencia Nº3 en TikTok. Una maravilla, porque es una canción que tiene más de 15 años.
Fainal en ese tiempo estaba súper enganchado con el estilo de producción del hip hop mainstream de Estados Unidos. Entonces empezó basándose en la cadencia de Still Dre, pero le iba metiendo otras cosas, y nos unimos con J Balvin, porque en ese momento éramos los número uno en Colombia, así alternándonos, nosotros con En mi piel y él con Éxtasis, y eso fue como una bola de nieve, en ese época las canciones tenían una vida útil muy larga, entonces estuvo más de año y medio en las listas de las 10 primeras de Colombia. Tú abrías un microondas y sonaba Obra de arte.
Fue muy muy importante, porque le dijo a los medios de comunicación y a los que estaban haciendo reguetón, o querían hacer reguetón, que sí se podía”.
¿Qué significó eso para ustedes?
“En ese momento el boom eran los conciertos, entonces obviamente empezamos a capitalizar, fuimos de los primeros grupos en empezar a cobrar más de 15 millones de pesos por un show. Se nos creció todo, la fama, los problemas, y peleamos y el grupo se deterioró y nos separamos y cada cual cogió su camino”.
Todo fue muy rápido, no alcanzaron ni a grabar vídeos...
“Ni un video alcanzamos a grabar, tampoco nos tocó el cambio a plataformas. Estuvimos juntos un año y medio no más”.
Y cómo es eso de que en algunas presentaciones Karol G terminó cantando con vos, haciendo las partes de Fainal...
“Cuando ella empezó con su proyecto se acercó a mí, me dijo que era súper fanática de Fainal y Shako y como estábamos separados me pidió si se podía subir a tarima conmigo, como invitada para cantar las partes de Fainal en En mi piel y Obra de arte. Hicimos algunos shows así, me acuerdo uno en Palmaía y otro concierto súper grande en Bello”.
Y qué fue lo pasó con Feid y Sky...
“Feid y Sky hicieron parte de mi grupo de trabajo. Eran compositores, productores, arreglistas, Sky era mi dj, Feid era corista y Mosty era el que tocaba los pianos en vivo y volvimos un hit tres canciones: Cripy cripy, Amor de verano y Fácil, con esas tres canciones recorrimos el país y parte de Latinoamérica”.
Por dónde cree que va la cosa... ahora se hace mucha música, pero toda muy parecida...
“Lo que pasa es que la industria creció demasiado y está moviendo mucho dinero, muchísimo, algo que nosotros ni nos imaginábamos que iba a pasar. Eso, obviamente, es un incentivo diferente al que teníamos nosotros, que era más por el parche, y si daba plata bien, sino también. Pero es que ahora son millones de dólares, unas cosas exorbitantes. Entonces, la gente lo hace a nivel comercial por el medio de la industria, ya no es el artista el que tiene el mando de lo que quiere hacer, sino que una compañía invierte y es la que dice lo que hay que hacer y siguen fórmulas hasta que funcionen. En cuanto al género, creo que se va a sobrecargar en el afrobeat y en el dancehall otra vez. El trap también está muy fuerte. El sonido está volviendo a sus raíces hip hop”.