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EL ENCARGO INEVITABLE

En este número nos embarcamos a explorar la forma en que miramos la política, casi siempre como un duelo entre izquierda y derecha, y cómo está cambiando la geopolítica del poder global. Y nos preguntamos por nuestras relaciones con los animales, al tiempo que reflexionamos sobre las representaciones de series como Griselda, el cine hecho por mujeres y los nuevos espacios para el arte que se abren en Medellín.

  • José Celestino Mutis llegó al país como médico. Foto: Real Jardín Botánico de Madrid.
    José Celestino Mutis llegó al país como médico. Foto: Real Jardín Botánico de Madrid.

¿Quién era José Celestino Mutis?

El sabio Mutis se deslumbró con el país, tras su llegada en 1760. Un hombre ilustre, director de la Expedición por 25 años.

Néstor Espinosa Robledo | Publicado

osé Celestino Mutis llegó a Cartagena desde Cádiz en 1760 como médico personal del virrey Messía de la Cerda, y murió en Santafé de Bogotá en 1808 como botánico, matemático, astrónomo y sacerdote. Su vida pasó por muchos momentos antes de ser el director de la Real Expedición Botánica, quizá lo más importante que hizo en su vida por el legado que dejó: más de 200 años después se puede escudriñar en la biodiversidad del país del siglo XVIII. Mucha todavía fundamental en el presente.

Cuando llegó al país viajó río arriba por el río Magdalena hasta el municipio de Honda y por los caminos reales se asentó en Santafé. En su pasó por la capital fundó la cátedra de Medicina del Colegio del Rosario —hoy Universidad del Rosario—, abrió el Observatorio Astronómico de Santa Fe y fue el director de la Real Expedición Botánica en el Virreinato de la Nueva Granada por 25 años.

Durante su estancia en el reino neogranadino fue minero y propietario de minas en Mariquita, exportador de cortezas de quina, botánico y bibliófilo. Un ilustrado y maestro de quienes lo acompañaron en la Expedición como Francisco José de Caldas, Sinforoso Mutis —su sobrino— y Francisco Antonio Zea, quienes luego fueron parte del movimiento independentista.

En la época en la que vivió Mutis había un interés por la naturaleza, las hojas, las plantas, los hongos y los animales, en medio de una emancipación católica e imperial que aún condenaba, juzgaba y censuraba los saberes provenientes de los enemigos del Imperio Español.

Durante la dominación española existía el “Índice de libros prohibidos de la Inquisición española”, que vetó e impidió la distribución de textos escritos en francés, inglés, italiano o cualquiera que “se llegase a inducir a la herejía”. Sin embargo, Mutis fue propietario de 8.588 volúmenes de ciencias naturales, matemáticas, astronomía, medicina, filosofía, teología, historia, derecho, literatura griega, latina y castellana, que ayudaron a formar el núcleo de la Biblioteca Nacional de Colombia. Aunque no había internet ni redes sociales, entre científicos el apellido Mutis era conocido, tanto así que el geógrafo y naturalista Alexander Von Humboldt “pospuso su proyectado viaje al Perú para subir a Santafé a visitar al hombre que ya era conocido en Europa como el sabio Mutis. “No he visto una biblioteca científica más nutrida”, escribió Humboldt a su hermano en una carta, según la Biblioteca Nacional de Colombia.

Antes del inicio de la expedición se decía que Mutis era agnóstico y masón, que su origen de Cádiz lo relacionaba con estas logias. También, que se hizo sacerdote buscando algún favorecimiento del Rey o para desviar los juzgamientos de la Santa Inquisición: fueron dos las veces que los dominicos lo acusaron. La primera por exponer en el Colegio del Rosario la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico de que los planetas giran alrededor del Sol. La segunda por traducir al castellano del inglés —el Imperio Británico era enemigo—, Principia Mathematica de Isaac Newton.

La Expedición

Mutis instaló su laboratorio, biblioteca y vivienda en el municipio de Mariquita. Desde ahí controló sus negocios relacionados con la extracción de plata en las minas cercanas al pueblo, además se asentó allí para que “pudiera ensayar las nuevas técnicas de beneficio de la plata”, dice el académico Hernando Dueñas en su publicación José Celestino Bruno Mutis y Bosio y la geología. Desde ahí, comenzaron a coleccionar lo que hoy se ve en la exposición, hojas de coca, chontaduro, musgo, hongos y animales. Esto lo realizaron en acompañamiento de la sabiduría de los habitantes locales, que terminó en la elaboración y registro de nuevas especies que sirvió como base científica para la ciencia moderna.

Aunque, se cree coloquialmente, que Mutis tuvo influencia en varios jóvenes criollos que luego fueron los que lideraron el proceso de Independencia, según Díaz “no existen bases para plantear que Mutis haya albergado en su mente propósitos independentistas”. “Estos se formaron sin su ayuda, pero sí a la sombra de su biblioteca y de los ideales de la Ilustración”, ya que “las ideas de emancipación se ventilaban en el seno de las tertulias literarias y en aulas de colegios mayores”.

Mutis murió en 1808. A su Expedición todavía le quedaban ocho años, así como más de 200 de cuidado a sus dibujos y herbarios, que han estudiado científicos de diferentes lugares del mundo.

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