El cine fue mi primer amor. Lo conocí en la universidad, tenía dieciocho años. Había un grupo de chicas que hacían parte del Cineclub Lumiére y una tarde me acerqué. Ese encuentro cambiaría mi vida para siempre. En el cineclub programamos ciclos temáticos y proyectamos películas al mediodía, unas en video y otras en 16 mm. El eslogan era: El cine es mejor que la vida. Esa frase encajaba a la perfección con cómo me sentía, aferrada al cine como a una tabla en medio del naufragio que era el comienzo de la adultez. Al poco tiempo me gané el apodo de “Tarkovsky al mediodía”, me había convertido en una cinéfila radical y una purista insoportable. Ahora, casi treinta años después, solo veo ingenuidad: era una manera de construir mi identidad y un lugar desde donde mirar el mundo.
En el cineclub éramos casi todas mujeres, pero nuestros referentes eran masculinos y todas, o casi todas las películas que proyectamos fueron dirigidas y producidas por hombres. Aparte de un par de cineastas, no teníamos referentes de mujeres ni en el ámbito local ni nacional ni internacional. Tener referentes es importante: es diferente abrirse el camino a machetazos, que transitar por uno que ya tiene huellas. Aún así, por mucho tiempo soñamos con hacer cine y grabamos algunos cortos que presentamos antes de las películas y que desde entonces deben estar acumulando polvo y hongos en casetes olvidados en algún cajón.
La historia del cine que me aprendí de memoria es una larga lista de hombres que nunca me cuestioné. Solo muchos años después, muchos más de lo que hubiera querido, me enteré de que el cine no solo había tenido padres, los Hermanos Lumiére, sino que también había tenido madres, entre ellas Alice Guy-Blaché; y que fueron borradas de la historia oficial.
La semana pasada se publicó la noticia de cuatro estrenos colombianos en el 74 Festival Internacional de Cine de Berlín, más conocido como Berlinale; dos de ellas son dirigidas por mujeres antioqueñas. Una, el largometraje La piel en primavera, de Yennifer Uribe Alzate, producida por Monociclo Cine en coproducción con Pinda Producciones (Chile), que fue incluida en la sección Forum y nominada a mejor Ópera prima. La otra es el cortometraje Uli, dirigido por Mariana Gil Ríos, producido por Movimiento Cine, incluido en Berlinale Generation.
En la carrera de periodismo enseñan que una noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro. He estado pensando si es noticia que dos mujeres lleguen a uno de los festivales más prestigiosos del mundo y sí, sigue siendo una noticia. Una noticia que quiero celebrar, pero que al mismo tiempo estoy deseando que deje de ser noticia y que sea tan “normal” como que el perro muerda al hombre.
Estamos lejos de que las cifras revelen equidad de género en casi todos los ámbitos y el cine no es una excepción. Aunque las mujeres tenemos cada vez más participación en la fuerza laboral en roles clave detrás de cámara, siguen existiendo diferencias en la visibilización, el reconocimiento y la confianza. A nivel nacional han surgido colectivos como RecSisters, Killary Cinelab, Encuadradas y Fundación Mujer Es Audiovisual, que vienen trabajando para dignificar el rol de la mujer en la industria cinematográfica y cerrar la brecha de desigualdad.
El hecho de ser mujer, sea lo que sea que eso signifique para cada una de nosotras, nos determina, como también nos determina la familia, el lugar donde nacimos y crecimos, la raza y la etnia, las condiciones socioeconómicas, el nivel educativo, la religión, la generación a la que pertenecemos y las oportunidades que hemos (o no hemos) tenido. El cine hecho por mujeres no es un género propiamente dicho, como decir Ciencia ficción, Suspenso, Comedia o Drama. Las mujeres somos diversas, tenemos diferentes inquietudes, búsquedas y estilos. Ahora, sí creo que compartimos la experiencia de haber vivido inmersas en un mundo donde los hombres han sido los que han tomado las decisiones, los que han elegido qué mostrar y qué ocultar, de qué hablar y de qué callar, y los que incluso han venido construyendo la imagen y la representación de las mujeres, que han sido mostradas como putas o vírgenes, histéricas o sumisas, femmes fatales o amas de casa.
Es de celebrar que podamos buscar otras formas no hegemónicas de hacer cine; encontrar nuestras propias maneras de narrarnos y narrar el mundo. Ser nosotras mismas quienes nos representemos y nos imaginemos, alejadas de los estereotipos. Como dijo Agnès Varda: “Es necesario que el cine vaya más rápido que las costumbres, que las mujeres inventen su propio futuro, modificando sus propias representaciones”.
En Medellín, poco a poco, las mujeres nos hemos ido abriendo camino. Hay un panorama amplio de creadoras que han dejado de estar a la sombra y sus películas están llegando al público, a las carteleras, a los festivales. En este nuevo horizonte hay de todo: guionistas, directoras de ficción, de documental y de animación, productoras, sonidistas, directoras de fotografía, arte y casting, maquilladoras, vestuaristas, entre otros roles.
En el caso de La piel en primavera, su directora, Yennifer Uribe, tenía claro desde la etapa de desarrollo que quería conformar un equipo mayoritariamente femenino donde las mujeres ocuparan los cargos principales, pues considera que es una manera de reivindicar el trabajo y unos roles que han sido históricamente ocupados por hombres. Y no es que no haya mujeres en esos cargos, sino que han sido poco visibilizadas. Según Yennifer, también era una cuestión de encontrar un grupo de mujeres con quienes compartir una sensibilidad y unas experiencias de vida para construir estética y narrativamente una película tan íntima que tiene que ver con el deseo femenino, tema que también ha sido narrado con mirada masculina.
En el documental o género de no ficción, es donde las mujeres hemos encontrado más oportunidades. Varios estudios indican que este fenómeno responde a que estas películas manejan menos presupuesto que las de ficción y por esto se convierten en una forma más accesible de hacer películas, pero no es la única. Muchas de ellas, simplemente, encuentran en el género un espacio de libertad creativa. En este grupo de cineastas se destacan Martha Hincapié, Daniela Abad, Yira Plaza, Daniela López, Angélica Cervera, Ángela Carabalí, Daniela Giraldo y María Paula Jiménez, entre otras. Las temáticas y búsquedas son variadas, con una tendencia a contar historias personales con formas intimistas, a la utilización de archivos familiares, procesos de creación sostenidos por largos periodos de tiempo y miradas desde el documental creativo, que subvierte las formas convencionales.
La dirección de películas de ficción ha sido un campo tradicionalmente ocupado por hombres, pero en la ciudad ha emergido un grupo de cineastas que han llegado a las carteleras y a festivales importantes alrededor del mundo. Directoras y guionistas como Laura Mora, Yennifer Uribe, Catalina Arroyave, Sara Nanclares, Mariana Gil, Ángela Tobón, Gloria Nancy Monsalve y Sandra Higuita “Piro”, han venido construyendo una trayectoria que va sumando títulos. Han ido encontrando su propia manera de contar historias en diferentes géneros y aplicado modelos de producción variados, que incluyen tanto grandes producciones, como películas con equipos y presupuestos reducidos.
En el área de producción, hay mujeres ocupando cargos como productoras ejecutivas y de campo, jefas de producción y line producers. Todas ellas han estado vinculadas a destacados proyectos cinematográficos y televisivos y también han creado sus propias casas productoras. Entre ellas están Jenny David Piedrahita, con Cosmódromo Cine; Mirlanda Torres, con La Selva Cive; Ana Katalina Carmona, con Querida productora; y Laura Muñoz, con Verbena Cine.
La dirección de fotografía ha sido, junto con el sonido, el área con menos participación femenina en la industria. Sin embargo, Luciana Riso, Sara López y Luisa Betancur Ossa son algunas de las fotógrafas que están trabajando en la actualidad y han sido las encargadas de la fotografía y la cámara de varios cortos y largometrajes. En sonido, Eloísa Arcila Fernández lidera Sinsonte Estudio, una empresa especializada en diseño de sonido para medios audiovisuales y ha sido sonidista y microfonista en varias producciones.
En montaje se puede mencionar el trabajo de Isabel Otálvaro, quien ha sido la montajista de películas de ficción y documentales. En dirección de casting se destaca el trabajo de Laura Cano y Laura Isabel Tobón, quienes han sido las encargadas de encontrar los actores y las actrices de varias películas y series.
La lista podría incluir más nombres y cargos que son importantes como vestuaristas, maquilladoras, ambientadoras y scripts, en los que las mujeres han sido históricamente más requeridas. Este panorama en ebullición, renovado y lleno de vitalidad, pone en evidencia que hemos ganado visibilidad y reconocimiento en la industria cinematográfica. Aunque sigue siendo uno de mis grandes amores, hoy no podría decir que el cine es mejor que la vida; lo que sí puedo afirmar, y más con este nuevo horizonte, es que la vida es mejor con cine.
El cine hecho por mujeres
Es necesario dar visibilidad a las mujeres que están haciendo cine en la ciudad; aunque es imposible mencionarlas a todas, este es un nuevo panorama que llega como aire fresco y que es imparable:
En documental, encontramos a Martha Hincapié, directora de varios documentales entre los que se destaca Las razones del lobo; actualmente, trabaja en su última película Bajo una lluvia ajena, ganadora del Fondo de Desarrollo Cinematográfico (Proimágenes Colombia) a la postproducción de largometraje documental.
Daniela Abad ha dirigido Carta a una sombra y The smiling Lombana, actualmente prepara su primer largometraje de ficción Todo esto eran mangas y es profesora y socia fundadora de La Selva Cine junto con Laura Mora y Mirlanda Torres.
Daniela López, directora de Amando a Martha, largometraje que se estrenó en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam; en la actualidad escribe el cortometraje El tiempo de los abrazos.
Yira Plaza, directora de El rojo más puro y productora de varias películas, entre ellas El segundo entierro de Alejandrino, es directora de Briosa Films, distribuidora y productora de cine; actualmente trabaja en el desarrollo del documental Se buscan mamás.
Angélica Cervera Aguirre ha escrito y dirigido el largometraje de no ficción Si dios fuera mujer, trabaja en el desarrollo de su segundo largometraje documental, Lo irremediable, y se encuentra en la escritura de guion de su primer largometraje de ficción.
Ángela Carabalí es directora, guionista y coproductora del documental interactivo Pregoneros de Medellín, que recibió premios alrededor del mundo; actualmente se encuentra en la postproducción de su primer largometraje No los dejaron volver.
Daniela Giraldo, directora de Ahora aquí en ningún lugar, documental en etapa de montaje que fue seleccionado en Ventana Sur 2023, está a la cabeza de Camello audiovisual, productora de cine y televisión que tiene títulos como la serie Amor libre y los proyectos de animación Tomás, Alba y Édison, Dreamsheep, Dos marineros y El ocaso de las criaturas.
María Paula Jiménez Trujillo, cofundadora del colectivo audiovisual Cinespécimen, directora de los cortos documentales La Roña, Río abajo y Todo está dicho; ha sido productora ejecutiva y creativa de varios proyectos cinematográficos.
En ficción, hay mujeres liderando películas largas y cortas.
Laura Mora es guionista y directora de Matar a Jesús y Los reyes del mundo, Concha de Oro a Mejor Película en la edición 69 del Festival de San Sebastián en 2022. Actualmente dirige tres capítulos para la serie Cien años de soledad (Netflix) y desarrolla dos proyectos ensayísticos: La memoria de las piedras y En el trópico no hay primavera. Con la Selva Cine produce Todo esto eran mangas y finaliza el documental Las pesadillas del siervo.
Yennifer Uribe Alzate es directora, guionista, docente e investigadora; su cortometraje Como la primera vez fue seleccionado oficialmente en Clermont Ferrand en 2017; La piel en primavera es su ópera prima.
Catalina Arroyave es directora y guionista de Los días de la ballena; es cofundadora de la productora Rara Colectivo Audiovisual; actualmente trabaja en su segundo largometraje Arde un reino.
Sara Nanclares es directora del cortometraje Todos los peces que maté; en la actualidad trabaja en el guion de Conejos, un largometraje que ganó un estímulo de desarrollo del Fondo de Desarrollo Cinematográfico en 2023. Es cofundadora de la productora Ruido.
Mariana Gil es artista visual y directora del cortometraje Uli, que se estrenará en Berlinale. Con Otro jardín, su primer largometraje, ha recibido varios premios y apoyos para desarrollo; hace parte de la productora Movimiento Cine.
Ángela Tobón, es directora del género fantástico y ciencia ficción. Ha dirigido los cortometrajes Benjamin en Tecnicolor, Rio de caracoles y S.O.S. Se encuentra en la postproducción del cortometraje La teoría de la expansión y el desarrollo del largo El pabellón de los aburridos.
Gloria Nancy Monsalve hizo parte del equipo de producción de La vendedora de rosas y fue coguionista de La mujer del animal. Ha dirigido el documental Los niños de Gaviria, el mediometraje Alexandra Pomaluna y la película Los asombrosos días de Guillermino. Se desempeña en la escritura de guiones por encargo.
Sandra Higuita Marín “Piro”, tiene una larga trayectoria donde ha ocupado diversos roles, tanto en ficción como en documental. Fue asistente de dirección en La vendedora de rosas y Sumas y restas. Dirigió El gancho, una road movie que se estrena el primer semestre de 2024.
En producción es significativo el trabajo de Jenny David Piedrahíta, cofundadora de la casa productora Cosmódromo Cine. Lleva en el medio más de 15 años desempeñándose en distintos cargos de producción, ha sido jefe de producción y productora ejecutiva y de campo de numerosas películas. Recientemente debutó como directora con su primer cortometraje animado El ocaso de las criaturas, estrenado en Bogoshorts 2023.
Mirlanda Torres, con veinte años de trayectoria ha sido directora de producción de importantes películas como Los reyes del mundo y Manos sucias. También ha sido line producer de varias superproducciones internacionales. Es socia fundadora de La Selva Cine.
Ana Katalina Carmona, con Querida productora se ha dedicado al desarrollo de guiones para cine y televisión en el ámbito nacional e internacional. Es directora de Los enemigos, que se llevó el premio del Cortometraje revelación en el Festival de Cine Latino de Toulouse. Actualmente está produciendo el cortometraje Más allá.
Laura Muñoz fue jefe de producción de La piel en primavera y productora de Tomás, Alba y Édison y Tierra al viento, en este momento desarrolla Nada muere, su primer cortometraje de animación donde es guionista y directora.
En dirección de fotografía se puede mencionar a Luciana Riso, fotógrafa con residencia entre Colombia y el Reino Unido, ha participado en diversos proyectos internacionales y nacionales como La piel de primavera y los cortometrajes Aribada, seleccionado en la Quincena de realizadores de Cannes 2022; y Bebé, selección oficial del Festival de Cine de Tribeca 2022.
Sara López ha sido directora de fotografía de los cortometrajes Aurora, El futuro ya pasó y Los restos de la cama.
Luisa Betancur Ossa, cineasta emergente que vive entre Medellín y California, ha rodado varios cortometrajes: Prom Time y Sempiterno; en la actualidad acompaña el proceso de varios cortometrajes de ficción, escribe su primer cortometraje y trabaja en el desarrollo de su primer largo documental como directora.
El sonido, Eloísa Arcila Fernández lidera Sinsonte Estudio, una empresa especializada en diseño de sonido para medios audiovisuales con experiencia en producciones nacionales e internacionales, ha sido la sonidista de Anhell 69 y microfonista en La piel en primavera.
En montaje, Isabel Otálvaro fue la montajista de los largometrajes Los Nadie y Alix (en postproducción); en la actualidad, está editando el documental Andariega y escribe un proyecto personal.
En Dirección de casting, Laura Cano ha sido responsable de la búsqueda de actores y actrices de películas como La Roya, La piel en primavera y de varias series televisivas.
Laura Isabel Tobón ha sido actriz y directora de casting de Uli y la miniserie de ficción Santa.
En dirección de arte trabaja Nadia Viloria, artista plástica con una amplia trayectoria, que ha estado vinculada a las películas Como la primera vez, La piel en primavera, Mumi, El juicio, Los árboles y la serie Amor libre.
*Escritora y guionista. Edificio Wolf es su primera novela (Seix Barral, 2023).