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EL ENCARGO INEVITABLE

En este número nos embarcamos a explorar la forma en que miramos la política, casi siempre como un duelo entre izquierda y derecha, y cómo está cambiando la geopolítica del poder global. Y nos preguntamos por nuestras relaciones con los animales, al tiempo que reflexionamos sobre las representaciones de series como Griselda, el cine hecho por mujeres y los nuevos espacios para el arte que se abren en Medellín.

  • El trabajo de restauración del claustro San Ignacio ha requerido mucha paciencia de quienes han intervenido en la obra. Foto: Carlos Velásquez.
    El trabajo de restauración del claustro San Ignacio ha requerido mucha paciencia de quienes han intervenido en la obra. Foto: Carlos Velásquez.
  • Óscar Correa lidera un grupo compuesto por artistas profesionales y en formación. Foto: Carlos Velasquez.
    Óscar Correa lidera un grupo compuesto por artistas profesionales y en formación. Foto: Carlos Velasquez.

La historia es una cebolla o el descubrimiento de los colores en el claustro San Ignacio

La restauración de este edificio cargado de historia es uno de los hechos culturales más importantes del año.

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Con movimientos precisos y siguiendo unos trazos de lápiz hechos en la pared una mujer levanta con la punta de un bisturí una capa de pintura blanca. Ese color uno lo ve en los consultorios médicos o en las salas de espera de las dependencias oficiales. Cada corte deja a la vista trazos verticales de verdes de diferente intensidad. Las incisiones revelan una selva. En media hora de trabajo la mujer —que lleva guantes de tela— apenas ha descubierto un trozo pequeño de la pared. El cuchillo rescata el color.

Luego que ella se vaya a trabajar a otro sitio del recinto vendrá un compañero suyo a retocar con pinceles los trazos del pasado. Mientras miro el trabajo del grupo montado en los andamios pienso que los dioses solo revelan sus asuntos a los pacientes y a los perseverantes. En este caso la palabra dioses sirve para nombrar a la realidad.

No deja de ser asombroso que un grupo de restauradores le devuelva a una sala —en este caso la antigua prefectura del claustro San Ignacio— los colores que lució hace más de cincuenta años. Es decir, este cuarto dejó de verse como lentamente se está viendo antes de que todos los que estamos aquí hubiéramos soltado el primer berrido.

El grupo, que lleva traje de faena —chaleco azul oscuro con una franja gris en el pecho, guantes de hule o de tela— sigue las instrucciones del artista Óscar Correa. Los chorros de luz de lámparas dispuestas en sitios estratégicos y las nubes de polvo que se levantan del piso le dan al ambiente la atmósfera de locación de esas películas relacionadas con la arqueología o esos documentales sobre el hallazgo de un cuadro desconocido de un maestro universal.

Óscar Correa lidera un grupo compuesto por artistas profesionales y en formación. Foto: Carlos Velasquez.
Óscar Correa lidera un grupo compuesto por artistas profesionales y en formación. Foto: Carlos Velasquez.

—¿Cómo supieron que eso estaba ahí?—, le pregunto a Sergio Restrepo, el responsable del Claustro de Comfama.

—En el estudio del edificio hicimos unas calas estratigráficas en varios puntos y encontramos esto— dice.

La cala estratigráfica es un procedimiento que le revela a los entendidos en patrimonio los colores que han tenido las superficies a través de los años. En términos profanos, la técnica consiste en un cuidadoso raspado en los muros para ver las distintos pigmentos. En este punto del claustro encontraron siete capas de pintura sobre las paredes y cuatro en el techo.

Para darle consistencia a la explicación Óscar toma un fragmento para mostrar los tonos que ha tenido este edificio. Se trata de una radiografía del pasado. También sirvió para toda esta resurrección las fotografías —pocas— que hay del sitio. Con ellas los artistas se hicieron a una idea de lo que deberían encontrar tras rasguñar con calma. Al fin de cuentas esto es una validación —otra más— de aquella idea que concibe la historia como una cebolla: un organismo vivo envuelto en porosas capas.

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