No sé el título de la canción. He revisado mis discos de vinilo durante horas, uno por uno, y no he encontrado esa melodía que alguien reprodujo en mi casa, en mi fiesta de vinilos de cumpleaños, con mis propios discos. La canción que canté sin cantar y bailé sin moverme. Quedé maravillado con su coro, el arreglo de cuerdas y ese toque francés, del romance a la provocación.
¿Cómo es posible que esa joya estuviera en mi colección y no me haya dado cuenta?
No tengo muchos discos, tal vez cien o ciento cincuenta. No son tantos comparados con la colección de Haruki Murakami, el escritor japonés aficionado al jazz, o el invaluable catálogo de Gladys Palmera. Mi colección creció con vinilos nuevos, algunos usados de La Bastilla en Medellín, y otros que recibí como herencias de padres y abuelos. Esa es mi colección.
Una colección que conservo y cuido.
Y en esos discos, estaba esa canción.
He revisado los discos. Mi camiseta huele a viejo por las carátulas amarillentas que reposan sobre ella. No la encuentro. Llevo horas revisando contratapas. Busco en internet “canciones románticas con cuerdas” y aparece: 40 Éxitos en cuerdas que lloran de Toño Fuentes. Pero no es él. También lo admiro, pero él es cartagenero. Busco “cantantes famosos de Francia”: Charles Aznavour y Edith Piaf, pero no. Spotify me muestra listas de éxitos franceses. Repaso una a una: La Vie en Rose, Non, Je Ne Regrette Rien, Moi... Lolita, Désenchantée, Ella Elle L’a, Voyage Voyage, Caresse sur L’océan, Quelqu’un m’a dit. Ninguna es.
Recuerdo los violines, las violas, el chelo, el contrabajo, la batería. Todo en sincronía, todo trabajando por la canción. Estoy seguro de haberla escuchado antes, tal vez en un viaje a la costa o en La voz de Colombia. Eso seguro. La canción mezcla música clásica, nueva ola, rocanrol, y esas cuerdas en polifonía. Además, una voz adulta, romántica y elegante. Decido hacer lo impensable: tarareo a Google con el micrófono del celular: “Tu tu tú, tu tu tú, tu tu tú...“ El resultado: Morir de amor de Los Ángeles Azules y Et Si Tu N'Existais Pas (Si no existieras tú) de Joe Dassin.
Esta última, es esta última, grité emocionado. La encontré.
Joe Dassin fue un cantante franco-estadounidense nacido en Nueva York en 1938. Su vida estuvo marcada por la influencia de sus padres: el director de cine Jules Dassin y la violinista Béatrice Launer. Debido al macartismo, su familia se exilió a Francia, donde Dassin empezó su carrera musical.
Al escuchar de nuevo la canción, siento una satisfacción inmensa. El poder de la música liberando una obsesión.
Et Si Tu N'Existais Pas es sobre alguien que le explica a su amada que sin ella su vida no tendría sentido, pues su ausencia crearían un mundo sin esperanza, lleno de personas a las que jamás amaría. Al final, no encontré el disco. Quizás soñé que estaba en mi colección. Pero lo importante es que encontré la obsesión hecha canción. Y ahora tengo un motivo más para dedicarla. Ella sabe para quién es, ella sabe por qué es importante. Y si usted, que lee esto, quiere hacer lo mismo, aproveche. La música nos ayuda a decir cuánto queremos y agradecemos la existencia de otra persona. Gracias, Joe Dassin.
