Para que se hiciera el milagro, Antioquia tuvo que salir primero de su encierro geográfico. Los caminos, en ese propósito, fueron vitales. Pero no solo las trochas cobraron relevancia: el logro vial al que asistimos es resultado de la historia política en la que aparecen pujas entre figuras como los expresidentes Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, y el presidente Iván Duque, quienes tuvieron visiones distintas sobre las autopistas de la Montaña.
El departamento y el país libraron estas conversaciones y, finalmente, el mapa vial se transformó: ahora estamos ad portas de una mejora en tiempos y competitividad notables, tras 70 años de atraso. Para lograrlo se construyeron cosas impensadas y se superaron, también, pruebas de fuego: falta de plata, derrumbes, cruce de ríos, rupturas de montañas impenetrables. La región pasó de ser un circuito de montañas espesas, a la capital tunelera del sur del continente.