Asesinatos de empresarios y cabecillas, atentados contra abogados y servidores públicos, amenazas a comerciantes y desapariciones forzadas. Todos estos crímenes, que han ocupado los titulares de la prensa en los últimos meses, reflejan una triste realidad: que el sicariato parece estar más vigente que nunca en Colombia.
¿A qué se debe esta dura verdad? Este es un análisis de El Colombiano y Revelaciones del Bajo Mundo, que busca aproximarse a la realidad de ese oscuro negocio.
En este carro iba el colombovenezolano José Luis Zambrano Tovar, cuando fue asesinado en el barrio Fátima de Medellín. Foto cortesía de Denuncias Antioquia.
Por reconocer su participación en actos de sicariato, cuatro integrantes de la organización criminal “la Terraza” serán condenados por la justicia en las próximas semanas.
Se trata del cabecilla Juan Pablo Taborda Zamora, alias “Yordi”, “el Gomelo” o “el Mono”; sus lugartenientes Juan Pablo Álvarez Quintero (“el Gordo” o “Galán”) y Luis Carlos Vásquez Barrera (“Maní”); y el informante Luis Arbey Aguirre Gutiérrez (“Arbey”). Esta es la reseña del proceso, elaborada por El Colombiano y Revelaciones del Bajo Mundo.
De izquierda a derecha: alias "el Gordo" o "Galán", "Maní" y "Yordi". Cortesía El Colombiano.
En los últimos meses, la comuna 7 de Robledo y el corregimiento San Cristóbal habían tenido una pausa en cuanto a la violencia homicida se refiere. Pero llegó diciembre y con él, al parecer, se activaron los sicarios en la zona.
La muerte de dos hermanos, el asesinato de un cabecilla y una balacera que dejó dos muertos y nueve heridos, sacudieron en los últimos cuatro días a estos sectores del occidente de Medellín.
Escena del crimen en San Cristóbal, donde la víctima fue David Jiménez, abaleado cuando buscaba a su hermano. Foto de Guillermo Benavidez.
La cúpula de la organización criminal ‘Los Mondongueros’ se sigue tambaleando, tras la captura de uno de sus supuestos líderes: alias ‘El Loco’.
A Yeison Eduardo Rodríguez Mosquera, de 27 años, le pasaron factura por decenas de muertos en Medellín y Cartagena, adonde iba constantemente bajo la dirección de su patrón Maximiliano Bonilla, alias ‘Valenciano’.
Este es alias 'El Loco' o 'Nacho', al momento de la reseña judicial. Foto cortesía de la Policía Metropolitana de Cartagena.
Una de las organizaciones criminales más brutales que golpeó a Medellín y Colombia en su historia reciente, fue sin duda alguna ‘La Terraza’, una confederación de bandas del Valle de Aburrá al servicio del paramilitarismo.
Sus acciones, auge y caída regresaron a la memoria colectiva la semana pasada, cuando la Fiscalía le imputó la muerte y desaparición de los miembros de su cúpula a Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’. Con base en lo dicho por este extraditado, las indagaciones del ente acusador, las versiones de exmiembros del clan y entrevistas a investigadores judiciales, Revelaciones del Bajo Mundo reconstruye el expediente judicial de ‘La Terraza’.
Tres jefes de 'La Terraza', de izquierda a derecha: 'El Negro' Elkin, 'El Zarco' o 'San Pedro' y 'Gorra'. Cortesía de la Fiscalía.
La justicia condenó a 13 años y cinco meses de cárcel a alias ‘Pocillo’, el asesino del líder comunitario del corregimiento San Cristóbal de Medellín, William Bernardo Román Flórez.
La sentencia pudo ser más alta, pero el procesado Wilder Alonso Sierra, de 24 años, había aceptado los cargos en la audiencia de garantías del pasado 23 de febrero, por lo cual le concedieron una rebaja de la mitad de la pena.
Él era William Román, un líder cuyo sueño era lograr que el corregimiento de San Cristóbal progresara.