En una acción casi simultánea de los mercenarios, madre e hijo fueron asesinados en dos lugares diferentes de Antioquia, separados por una hora y 30 minutos de camino.
Las víctimas fueron Beatriz Helena Torres de Vargas, de 62 años, y su descendiente Óscar Alberto Vargas Torres, de 29, campeón nacional en 100 y 200 metros estilo mariposa, miembro del Liga Antioqueña de Natación. La familia estaba vinculada al negocio de los arrendamientos y la propiedad raíz en Medellín y Urabá.