Las lluvias derramaron lágrimas en nuestros barrios, mientras que atrás empiezan a quedar los recuerdos de una temporada invernal que a Medellín y a Antioquia les dejó mucha preocupación, muertos y damnificados. Atrás van quedando las promesas de los políticos, de intervenir las zonas de alto riesgo para prevenir más catástrofes, de otorgar auxilios a las víctimas para mitigar su dolor.
Las acciones preventivas no son suficientes y ello no solo es un síntoma local sino de toda Colombia.
La temporada de 2008 fue particularmente aterradora y por eso no debemos olvidar lo que aquí pasó.
Tragedia de El Socorro. Foto de Róbinson Sáenz (1).