La incautación de dos armas de fuego exóticas, en poder de bandas criminales, es otra pista sobre la sofisticación que viene alcanzando el mercado negro bélico en el conflicto de Medellín.
Hace dos años se están moviendo en nuestras calles fusiles de asalto, pistolas ‘matapolicías’, munición blindada, miras telescópicas y lentes de visión nocturna, y hasta el momento las autoridades no han podido interceptar ni una sola ruta de tráfico de estos aparatos.