En las cuentas del Gobierno y de la Policía estaba que al iniciar el 2015, los colombianos ya no sufriríamos las brutalidades de las organizaciones ilegales denominadas “bandas criminales” (bacrim), pero esa promesa no se cumplió.
El propósito fue planteado en 2010, cuando el Ministerio de Defensa y la Policía formularon el Plan Corazón Verde, que regiría las acciones de seguridad ciudadana durante el mandato de Juan Manuel Santos. “Desarticular al 2014 las bandas criminales”, decía la meta trazada en la estrategia número 3 de ese plan.
En la actualidad, sin embargo, continúan vigentes cuatro bacrim:“los Urabeños”, también llamados “Autodefensas Gaitanistas”o “Clan Úsuga”; “los Rastrojos”, “Libertadores del Vichada” y “Bloque Meta”. Estas dos últimas son disidencias del antiguo Erpac (Ejército Revolucionario Popular Anticomunista), de los Llanos Orientales.
Esta es una investigación del periódico El Colombiano, realizada con apoyo de Revelaciones del Bajo Mundo.