¿De dónde llegaron las órdenes para exterminar a uno de los cabecillas más misteriosos de la organización criminal “la Oficina”? Tal es la pregunta que ronda las esquinas del bajo mundo, después de la muerte de Wilmar Alexis Metaute Zapata, alias “Pichi Calvo” o “Metaute”.
La última cita de su vida la cumplió a las 9:00 a.m. de este jueves 12 de junio, en un bar-discoteca del kilómetro 3 de la vía Las Palmas, en el suroriente de Medellín.
Alias "Pichi Calvo" falleció junto a su vehículo blindado, en el parqueadero de un establecimiento público. Cortesía.
El pacto de no agresión entre las organizaciones criminales “los Urabeños” y “la Oficina”, y sus combos asociados, ajusta nueve meses desde su entrada en vigencia.
En ese tiempo se redujeron los homicidios en el Valle de Aburrá, aumentaron las extorsiones, mermaron las confrontaciones bélicas y las capturas de cabecillas de alto perfil. Los mafiosos le han dicho a la población y al Gobierno que buscan la paz, pero en el fondo sus intereses son más oscuros.
Revelaciones del Bajo investigó con fuentes policiales, militares y judiciales, así como con integrantes de dichas estructuras ilegales, las verdaderas razones detrás del pacto.
Escena de un pleito entre combos de la comuna 13, en 2010. Archivo.
En una residencia del municipio de La Virginia, en Risaralda, fue recapturado este jueves (enero 30) por las autoridades el sacerdote católico Óscar Albeiro Ortiz Henao, prófugo de la justicia desde agosto de 2013.
Mientras tanto, un juzgado decidió cambiar la medida de encarcelamiento por una detención domiciliaria a favor de Hernán Darío Giraldo, alias “Cesarín”, uno de los cabecillas de la organización criminal “la Oficina”. Este es el reporte de los casos, elaborado por El Colombiano y Revelaciones del Bajo Mundo.
El padre Óscar Ortiz fue administrador parroquial en El Limonar desde 1999 hasta 2010. Foto de Colprensa.
Cuatro menores de edad asesinados, dos homicidios triples, una vendetta mafiosa, un feroz linchamiento, la aparición de un nuevo cabecilla del narcotráfico y un ataque frente a un colegio, fueron los hechos que sacudieron la seguridad de Medellín y Antioquia en la última semana.
De lunes a lunes, Revelaciones del Bajo Mundo recopiló los incidentes más graves, los cuales demuestran que, pese a que el índice de homicidios va a la baja, estamos muy lejos de alcanzar la tranquilidad.
La Alcaldía ofreció recompensa por dos casos de homicidio de menores, reportados la semana pasada. Archivo.
Mientras festejaba la llegada del Año Nuevo en una finca del oriente antioqueño, fue sorprendido por la Policía el último cabecilla de la organización criminal “Pachelly” que faltaba por capturar: Francisco Emilio Mazo Pulgarín, alias “Pocho”.
Su encarcelamiento representa el final de una generación de jefes en esa estructura que delinque en el norte del Valle de Aburrá, y su consecuente degradación en el bajo mundo.
A la izquierda, la foto de "Pocho" en el cartel de los más buscados; al lado, su imagen actual. Cortesía Policía Metropolitana.
Cuatro años y nueve meses de lucha judicial, llanto, frustraciones y dolor para las familias de dos adolescentes fallecidas, comienzan a tener su recompensa, aunque parcial.
Sergio Hurtado aceptó ante el Juzgado 41 Penal Municipal de Medellín que desmembró los cadáveres de dos muchachas en el barrio Boston y trató de ocultar la evidencia, por lo que fue enviado a la cárcel Bellavista.
Las víctimas, Katherine (arriba) y Cindy. Al lado, la imagen de Sergio Hurtado difundida en internet. Cortesía.
La empresa criminal construida por Freyner Ramírez García, alias “Carlos Pesebre”, ha perdido a una de sus fichas clave, a un viejo zorro de las Autodefensas, conocido en el bajo mundo con el mote de “Toño”.
Su nombre es John Fredy Pabón González, quien desde que su rostro apareció en la lista de los más buscados se convirtió en una prioridad para las autoridades.
Alias "Toño" era uno de los candidatos para reemplazar a "Carlos Pesebre" en la organización. Cortesía Policía Metropolitana.
El hallazgo de un cadáver en la maleta de un automóvil podría destapar el tráfico de un estupefaciente muy exótico entre los consumidores de Medellín: la cocaína rosada.
Esta trama comenzó a tejerse el domingo 1 de diciembre, cuando en una vía pública del barrio Prado Centro fue hurtado un vehículo Renault Logan. Al lunes siguiente, el afectado formuló la denuncia y comenzó el rastreo del carro en la ciudad.
En este carro gris fue hallada la víctima con el letrero. Cortesía Q'Hubo Medellín.
Después de cinco meses de aparente “tranquilidad” en el tema de homicidios, Medellín volvió a padecer en una misma semana dos actos de asesinato múltiple.
De acuerdo con las primeras indagaciones, aunque los incidentes son aislados entre sí, guardarían relación con el crimen organizado.
En este carro iban las dos mujeres asesinadas en el cortejo fúnebre. El ataque al parecer estaba dirigido contra la esposa del difunto; la empleada de la funeraria habría sido una víctima circunstancial. Foto de Pablo Santa.
La última de las 11 víctimas fatales atrapadas en el derrumbe de la urbanización Space de Medellín fue rescatada este domingo (27 de octubre), terminando así 15 días de incertidumbre para sus familias.
Ahora la expectativa corre por cuenta de una investigación judicial, que busca establecer si los representantes de la firma constructora son responsables de homicidio culposo múltiple. Este es un análisis del caso, elaborado por El Colombiano con apoyo de Revelaciones del Bajo Mundo.
Las víctimas fueron un inquilino de Space, un celador y 9 trabajadores (entre ingenieros, soldadores y obreros). Foto de Juan Antonio Sánchez.
Una finca del municipio de San Jerónimo, en el occidente antioqueño, habría sido el escenario para una cumbre mafiosa en la cual se definieron los alcances de un pacto de no agresión entre los combos del Valle de Aburrá.
De acuerdo con fuentes de Inteligencia, esta reunión se dio en el fin de semana del 13 y 14 de julio, a la cual asistieron varios cabecillas de alto perfil de “los Urabeños” y “la Oficina”, las estructuras que se disputan el mundo del hampa en el área metropolitana. Estos son los detalles de la situación, investigados por Revelaciones del Bajo Mundo y El Colombiano.
Festejo de un combo de la comuna 13, después de un pleito con los enemigos en 2011. Foto de Esteban Vanegas.
Estar en un espacio público de Medellín, el cual una banda de criminales les había prohibido visitar, es al parecer la causa del asesinato de tres personas.
Es un nuevo episodio de las llamadas fronteras invisibles, donde los combos de la capital antioqueña actúan como si fueran los gobernantes, prohibiendo la libre locomoción de la comunidad y castigando con la muerte a quien desobedezca.
En este parque infantil fueron asesinados los tres jóvenes. Los agresores escaparon. Foto de Guillermo Benavidez.
Por decisión del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), dos presuntos cabecillas de la organización criminal “la Oficina” fueron trasladados a la cárcel de Ibagué (Tolima), más conocida como Picaleña.
El problema es que, de acuerdo con las autoridades antioqueñas, desde esa prisión se realiza el mayor número de extorsiones telefónicas a los habitantes de Medellín y Antioquia.
Ericson Vargas Cardona (izquierda) y José Leonardo Muñoz Martínez, cabecillas de la banda criminal "la Oficina". Archivo.
Asesinos disfrazados con pelucas y atuendos de Policía, víctimas raptadas y ejecutadas, desplazamientos y tiroteos en espacios públicos, fueron los actos del crimen organizado del Valle de Aburrá en el último fin de semana.
Entre el sábado y el lunes festivo ocurrieron 16 asesinatos en el área metropolitana, siendo los más preocupantes tres episodios de homicidio múltiple. En el aire queda la misma pregunta de siempre: si estadísticamente se sabe, desde los años 90, que la mayor cantidad de homicidios en la zona se presentan entre la noche del viernes y la madrugada del lunes, ¿por qué la situación sigue incontrolable?
Esta es la escena del crimen en un paraje rural de Itagüí, donde dos primos fueron raptados, amarrados y abaleados. Foto de Esteban Vanegas.
Uno de los personajes involucrados en los más escandalosos episodios de corrupción de los últimos años, fue arrestado por fin tras una prolongada cacería por tres continentes.
En su afán de ayudarle a John Fredy Manco Torres, alias “El Indio” o “Alberto”, cayeron en el oprobio el Director Seccional de Fiscalías de Medellín, un importante empresario paisa y hasta un juez de la República. Esta es la historia.
Este es John Fredy Manco Torres, alias "El Indio", tras su arresto en el aeropuerto de Río de Janeiro, el 31 de mayo de 2013. Cortesía Policía Nacional.
No importó que, de un día para otro, el barrio La Loma del corregimiento San Cristóbal se llenara de policías y soldados. El miedo ya estaba inoculado en la gente de este sector del occidente de Medellín.
Por eso hoy, pese a las promesas de protección de los uniformados e instituciones públicas, 40 familias salieron desplazadas de sus casas por culpa de la guerra entre los combos delincuenciales.
Desplazamiento en el barrio La Loma, corregimiento San Cristóbal. Foto de Manuel Saldarriaga.
Unos pensaban que estaba muerto y otros que se había escondido lejos de la ciudad, huyendo de las amenazas de muerte, pero “Yovanny” se movía cerca y salió a la luz pública al resultar implicado en un caso de extorsión.
El hombre es uno de los tres testigos clave, según fuentes judiciales, que condujeron a la captura del empresario Hugo Albeiro Quintero, expropietario de Bellanita de Transportes, la principal empresa de buses de servicio público en el norte del Valle de Aburrá. Esta es la historia, elaborada en equipo por El Colombiano y Revelaciones del Bajo Mundo.
Este es el momento de la captura de "Yovanny", en el corregimiento San Antonio de Prado. Cortesía.
El área de Inteligencia de la Policía Nacional ha creado un equipo especial para confrontar al crimen organizado del Valle de Aburrá.
En la iniciativa participan miembros de la Seccional de Inteligencia Policial (Sipol) con sede en Medellín, y de una comisión especial de la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol) que han venido a la ciudad desde Bogotá.
Las autoridades ofrecen recompensa a quien suministre la información, según la calidad de la misma.
Uno de los presuntos cabecillas del combo “Niquía Camacol” o “los Camacoleros”, que delinque en el municipio de Bello, fue arrestado por las autoridades.
Se convierte así en el séptimo mando delincuencial de importancia capturado en lo que va del año, afectando a varios de los grupos de crimen organizado del Valle de Aburrá.
Alias "el Oso" es investigado por su supuesta participación en la muerte de "Vladimir", el antiguo cabecilla de "Niquía Camacol". Foto de cortesía.
La organización criminal “la Oficina” y sus combos asociados han sido señalados en múltiples oportunidades de participar en la comisión de la mayoría de los más de 7.000 asesinatos perpetrados en el Valle de Aburrá en los últimos seis años. Así lo han dicho la Alcaldía, la Policía y la Fiscalía.
Pero una cosa son los señalamientos y otra los juicios, porque a la fecha, solo dos jefes de esa banda han sido judicializados y condenados por el delito de homicidio. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué la justicia ha sido incapaz de responsabilizarlos en el estrado por esas muertes? ¿Por qué estos cabecillas de primera línea no han recibido sentencias severas por derramar sangre a través de sicarios?
Cuando ocurrió la matanza de 8 personas en Envigado, el 2 de julio de 2010, la Policía indicó que la causa era la guerra entre "Valenciano" y "Sebastián". A ninguno de ellos le han abierto cargos por eso. Foto de Esteban Vanegas.