Por: Juan Esteban Vásquez- @juanesvf
Fueron muchas las mañanas en las que al levantarme abría mis ojos y podía ver el amanecer, pero al abrir la boca mis palabras no se oían normales. La razón era una disfonía causada porque en la noche anterior en un estadio del país me había cansado de gritar:
“… Que esta noche cueste lo que cueste.
Esta noche tenemos que ganar”.