Y si, ni escribo agridulce porque eso sería decir que tuvo algo de emoción. Lo visto el sábado pasado, sin ánimo de herir susceptibilidades, pareció un partido en el cual los protagonistas estaban decididamente dispuestos a empatar para evitar problemas entre los simpatizantes de ambos equipos, después de la negativa de la Dimayor a mover el horario del mismo y con los antecedentes de otros partidos.

Esa es la única explicación que encuentro para un tacaño Nacional, que nos degusto con pasajes de buen fútbol en el partido con Junior e ilusionaba con poder pasar por encima de un necesitado Medellín, con su incómoda posición en ambas tablas y que sólo en el segundo tiempo fue capaz de inquietar un poco a la sólida defensa Verdolaga.

Del partido puedo rescatar el excelente nivel de Murillo (tiene que ser titular), la muy buena presentación de Sherman Cárdenas, que de a poco muestra credenciales del porque fue comprado por Nacional, el nivel de Mejía, que partido a partido le dice a Pekerman que puede ser llamado a la selección en cualquier momento. De resto, muy poco para comentar.

Pd. A pesar de los tres goles de Duque en el partido de ayer por Copa Postobón, estoy de acuerdo con JCO con no haberlo expuesto en un partido que en el papel iba a ser muy duro. Señores, a la fiera hay que llevarlo de a poco.

@Chontov

Por Sebastián Aguirre Eastman
@aguirresebas

Agradezco a los amigos de Pulso Verde la invitación para escribir sobre esta gran pasión que nos une, que es el Atlético Nacional. Y qué manera de empezar, luego de una goleada como la de este miércoles, que a pesar de no presentarse en la Liga, no deja de ser un clásico, con el folclore que lo rodea. Un 5-2 que engorda nuestro ánimo, para ir el sábado a enfrentar al Cali, en una plaza difícil.
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Por: Chepe

Como dice Calamaro en una de sus letras, “me aplastó ver al gigante”. Yo, un empedernido y furibundo hincha de Nacional desde que mis padres me engendraron, no pude evitar el escozor cuando vi el Atanasio Girardot sin un hincha en sus gradas. Era una imagen triste, degradante y casi sepulcral.
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Por Chepe

En plena etapa de mi adolescencia, cuando el amor por Nacional se me quería estallar por los poros de la piel vi llegar al club de mis amores a un hombre flaco, siempre erguido, caminar elegante y con una mirada fría, que inspiraba respeto.
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