Por: Chepe
Como dice Calamaro en una de sus letras, “me aplastó ver al gigante”. Yo, un empedernido y furibundo hincha de Nacional desde que mis padres me engendraron, no pude evitar el escozor cuando vi el Atanasio Girardot sin un hincha en sus gradas. Era una imagen triste, degradante y casi sepulcral.
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