Recordar en la noche más bonita del año
Eran las 10, pero la noche se sentía muy joven. El centro de la pista de la Unidad Deportiva María Luisa Calle se llenaba de curiosos caminantes y los reflectores desde las graderías hacían sentir como si las horas no pasaran.
“Un viaje en el tiempo”, eso fue lo que escribimos en el tablero de las afueras de la carpa, y lo que le prometimos a todos los que, animados, fueron ocupando un lugar en el piso.
Quién asegure que no le dan nervios ver a un montón de desconocidos, de edades variadas, expectantes por lo que uno, otro desconocido -incluso menor en años- tiene para decir y proponer, está diciendo mentiras. Ver la carpa llena me dio un fresquito en el corazón, pero también me lo puso a mil.