Tilde diacrítica III, parte final

TILDE DIACRITICA III

Juan David Villa
Estudiante de Comunicación Social y Periodismo
Universidad Pontificia Bolivariana
Guía del programa de visitantes Conozcamos EL COLOMBIANO

Recuerden que el acento diacrítico nos sirve para distinguir entre dos palabras que se escriben igual pero  que tienen funciones gramaticales diferentes. A continuación los últimos ejemplos y acotaciones sobre el tema.

Ejemplos:

– Él tiene más fuerza que Elena.
Se marca la tilde porque hace referencia al adverbio comparativo.

– 3 más 5 es igual a 8
Hace referencia a la operación matemática (suma), por tanto, también se tilda.

– Él dijo que venía, mas prefirió quedarse en casa.
No lleva tilde cuando puede reemplazarse por las conjunciones adversativas “pero” y “sino”.

Ahora, las palabras: qué, cuál, cuáles, quién, quiénes, cómo, cuán, cuánto, cuántos, cuántas, dónde y adónde deben tildarse cuando sirven para preguntar o exclamar. Ten en cuenta que no siempre las interrogaciones o exclamaciones tienen signos que permitan identificarlas.

Ejemplos:

-No entiendo qué estás haciendo
Pregunta indirecta, sin signos de interrogación.

– Te estoy esperando, ¿dónde estás?

Pregunta directa, con signos de interrogación

– Ya verás qué bien lo pasaremos
Exclamación indirecta, sin signos de exclamación.

– No lo puedo creer, ¡cómo estás de grande!
Exclamación directa, con signos de exclamación.

Comentario final:

De acuerdo con las novedades de la última edición de la Ortografía de la lengua española (2010), la palabra solo y las palabras este, ese y aquel (con sus femeninos y plurales) ya no deben tildarse, en ningún caso. Tampoco se tilda la conjunción “o” cuando se escribe entre cifras.

Para consultar esta y más novedades puedes hacer clic aquí

De esta forma termina el tema de la tilde diacrítica, los invitamos a seguir practicando. Sigan atentos al blog de Prensa Escuela EL COLOMBIANO, la próxima semana aprenderemos el uso de la mayúscula.

Tilde diacrítica II

Tilde diacrítica II

Juan David Villa
Estudiante de Comunicación Social y Periodismo
Universidad Pontificia Bolivariana
Guía del programa de visitantes Conozcamos EL COLOMBIANO

Continuamos con el tema de la semana anterior: tilde diacrítica. Recuerden que esta es una regla excepcional, es decir, que está por fuera de las normas de acentuación. El objetivo de esta tilde es distinguir entre dos palabras que se escriben igual pero que tienen funciones gramaticales diferentes.

Ejemplos:

- Yo voy a ir a la fiesta
Lleva tilde cuando se usa para afirmar

- Guardó el secreto para
También lleva tilde cuando hace referencia al pronombre personal reflexivo de la tercera persona. La frase ejemplo indica que “guardó el secreto para él mismo”

- Si no vienes, voy por ti.
No lleva tilde porque es una conjunción condicional

- Toca esa canción en si.
Tampoco lleva tilde porque hace referencia a la nota musical.

- Dé lo mejor que tenga.
Se tilda porque hace referencia al verbo dar.

- El viene de su casa.
No se tilda cuando dennota posesión o pertenencia.

- Sé mejor cada día
- ¡Yo la respuesta!
Se tilda cuando hace referencia al verso ser, caso del primer ejemplo; o al verbo saber, caso del segundo.

– Ella se comió las manzanas.
No se tilda cuando es pronombre.

La próxima semana terminamos el tema.

Tilde diacrítica I

Ortografía

Juan David Villa
Estudiante de Comunicación Social y Periodismo
Universidad Pontificia Bolivariana
Guía del programa de visitantes Conozcamos EL COLOMBIANO

Hay palabras que se escriben igual pero que tienen funciones gramaticales diferentes. La tilde diacrítica sirve para diferenciarlas.

Ejemplos:

- Mi casa es grande.
C
omo indica posesiónno se tilda.

 - A me gusta mucho el fútbol.
Se tilda porque hace referencia a un pronombre. Reemplaza un nombre, un “alguien”.

- Tu cuaderno está sobre la mesa.
Al igual que mi sin tilde, indica posesión por tanto no se tilda.

- Tú eres mi amigo
Se tilda porque hace referencia a un pronombre personal, segunda persona del singular.

- El perro me mordió.
No se tilda porque es un artículo.

- Él se llama Javier.
Se tilda porque  hace referencia a un pronombre personal, tercera persona del singular y del plural.

- Pedro te quiere mucho.
Es pronombre, pero en este caso no se tilda.

- Este es muy rico.
Se tilda porque se refiere al sustantivo, bebida.

Como ven, la tilde hace que la palabra cambie de pronombre a posesivo, o de pronombre a artículo, es decir, que cambie de función gramatical. La tilde nos ayuda a diferenciar su significado o sentido dentro de una oración.

Los invito a practicar estas reglas en sus textos, la próxima semana continuaremos el tema.

Poner tildes, ¿para qué?

Ortografía

Daniela Agudelo Berrío
Aprendiz de Comunicaciones
Prensa Escuela EL COLOMBIANO

En Prensa Escuela EL COLOMBIANO, como programa de apoyo a la educación que promueve la lectura y la escritura con criterio, reconocemos la importancia de la buena ortografía, por eso a partir de ahora encontrarás cada semana en nuestro blog consejos que te ayudarán a reconocerla, disfrutarla y ponerla en práctica.

Juan David Villa, estudiante de Comunicación Social Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana, tallerista en años anteriores de Prensa Escuela y actual guía del programa de visitantes “Conozcamos EL COLOMBIANO”, es quien comparte con nosotros estas recomendaciones que esperamos  te sirvan todos los días.

Por: Juan David Villa

En el español saber tildar es muy importante, poner la tilde donde no es, o no ponerla, puede cambiar el sentido de la idea que queremos comunicar.

Ejemplo 1

- Él publicó muchas novelas

La tilde en la “o” indica que en la frase se hace referencia al verbo en pasado, es decir que una persona ha escrito y publicado muchas novelas.

- Él público muchas novelas

Esta frase no tiene sentido. Al marcar el acento y ubicar la tilde en la “u” hacemos referencia al sustantivo público, ya no estamos usando el verbo publicar.

Ejemplo 2

- Voy a comprar una sábana
- Voy a comprar una sabana

En este caso la tilde cambia completamente el significado de las palabras. Sábana con tilde, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es cada una de las dos piezas de lienzo, algodón, u otro tejido, de tamaño suficiente para cubrir la cama y colocar el cuerpo entre ambas”. Por su parte sabana sin tilde, según este mismo diccionario, hace referencia a la “llanura, en especial si es muy dilatada, sin vegetación arbórea”.

La tilde, tal y como lo demuestran los ejemplos, cambia el significado de las frases, por tanto es importante aprender a tildar correctamente. Para empezar es necesario identificar los tipos de palabras con su respectiva acentuación.

Palabras agudas

Llevan el acento (la intensidad de la voz) en la última sílaba. Se les marca tilde si terminan en N, S o VOCAL

Ejemplos:
Con tilde: Perú, jamás sofá, menú, sillón, capitán, anís…
Excepciones a la regla: Raúl, baúl, raíz, maíz.
Sin tilde: amor, cantidad, papel, reloj, capaz, pared, estoy…

Palabras graves o llanas

Son las que llevan la intensidad de la voz en la penúltima sílaba. Se les marca la tilde si NO terminan en N, S o VOCAL (lo contrario de las agudas).

Ejemplos:
Con tilde: árbol, cárcel, ángel, difícil, túnel, azúcar, lápiz, césped, fácil, útil, carácter, débil…
Sin tilde: problema, adulto, martes, zapatos, Amazonas, piso…

Palabras esdrújulas

Llevan la intensidad de la voz en la antepenúltima sílaba. En este caso todas las palabras se acentúan con el acento ortográfico, es decir con la tilde. Siempre.

Ejemplos: América, Bélgica, Sudáfrica, música, miércoles, sílaba, máquina, gramática, económico, pájaro, séptimo, hígado, características, cáscara, cerámica, oxígeno, didáctico, válido…

Palabras sobreesdrújulas

Las palabras sobresdrújulas son las que llevan la intensidad de la voz en la sílaba anterior a la antepenúltima sílaba. Al igual que las esdrújulas, todas llevan tilde.

Ejemplos: cuéntamelo, devuélveselo, éticamente, fácilmente, explícaselo, rápidamente, juégatela, últimamente, véndemelo, repíteselo, frívolamente,  ágilmente, ábremelo, dígaselo…

Bibliografía y enlaces de interés :

Acento, Real Academia de la Lengua Española
Acento

La próxima semana continuaremos con el tema.

La resistencia

Juan Carlos Ceballos Sepúlveda
Periodista 

Docente Facultad de Comunicación Social -Periodismo. Universidad Pontificia Bolivariana

A propósito de Tres artículos, dos géneros y una preocupación verdadera, escrito por Clara Tamayo el martes 2 de septiembre.

Usted se sube en un bus al medio día y escucha a un locutor de la radio conversando sobre “intimidades” con otras personas, eso sí, con un toque de picante para que el tema sea llamativo; llega a la casa y en la televisión están “las noticias del entretenimiento”, como para olvidar la cruda realidad nacional, luego entra en Internet a buscar sus amigos con quienes “habla” en el chat sobre cualquier asunto que no sea “aburrido” y en el celular recibe una que otra llamada, y su buzón se llena de datos de la bolsa, del estado del tiempo y hasta del horóscopo del día.

Ilustración Sttock tomada del portal web de El Colombiano

Ilustración Sttock. Tomada del portal web de El Colombiano

Ante el cúmulo de datos que recibe una persona en el trascurso del día, algunos estudiosos de la comunicación plantean una pregunta: ¿Para que le sirve al ser humano tener tanta información disponible?

En la prehistoria, la información fue fundamental porque posibilitó a ese ser primigenio aprender a sobrevivir y transmitir el conocimiento adquirido de generación en generación. Hoy, la información abunda.

Llega por todos los medios, los tradicionales y los que están incorporados en las tecnologías: los wikis, los twitters, la web 2.0, los podcasts, entre otros.

En ese afán por el “entretenimiento” la información perdió su valor. Es un producto que se vende en una foto, es el estereotipo de belleza representado en una figura delgada al extremo.

Es llevar el tema de la política al ámbito del chisme; en el medio regional y nacional son cada vez más los casos: “La campana”, ” La Cosa Política “, “El Código…” El bombardeo informativo es tan tenaz que uno se confunde, ¿qué hacer con tanto chisme, tanto rumor, tanta publicidad, tanto fútbol, tanto de tanto tan liviano?

Hace un siglo cuando surgían los medios tradicionales, la información se consideraba un bien público. Se decía que el ciudadano tenía derecho a acceder a ella para comprender lo que sucede en la sociedad y autogobernarse, para exigir a sus dirigentes una adecuada gestión y hacer oír sus voces.

Ahora, son pocos los medios comprometidos en difundir la información con responsabilidad. En la actualidad la información es un producto y su valor se determina según el “raiting” de sintonía.

Imagen prediseñada tomada de http://bio-est.blogspot.com/2013/01/m...

Imagen prediseñada tomada de http://bio-est.blogspot.com/2013/01/m…

¿Qué hacer ante este panorama?

1. Los medios de comunicación y los periodistas deben tener en cuenta que los llamados ‘públicos’, a quienes llegan con sus mensajes, son seres inteligentes y seleccionan los informes que les despierte un interés general y que les sirva para tomar sus propias decisiones. Por eso, escogen los medios que más les aporten a su formación como personas.

2. Los ciudadanos deben solicitar abiertamente a los medios de comunicación información de utilidad, es decir, informes completos y bien elaborados (buen periodismo) que les brinden herramientas para participar en la construcción de la sociedad, que les ayuden a comprender lo que sucede en su país, en su región, en la ciudad y en su barrio.

Los medios de comunicación son en cierta medida el punto de encuentro de los ciudadanos.

3. Los maestros deben llevar los medios de comunicación a la escuela. Hablar con sus estudiantes de las noticias que se publican, de la telenovela que vieron, del “reality show”, de la publicidad, y analizar con ellos qué les aporta a su formación como personas.

4. Una vez analizado esto, si tienen medios de comunicación escolar deben comprometerse por ofrecer información de utilidad, tanto para la comunidad educativa, como para el contexto social en donde tiene incidencia.

Así se benefician todos: directivas, profesores, estudiantes, padres de familia, líderes comunitarios, entre otros.

En definitiva, entre todos deberíamos generar una resistencia para rescatar el valor de la información como derecho. La información no puede ser vista como un producto que se consume y se vende.

Es un bien público y es un valor necesario para la consolidación de sociedades democráticas.

Y si estos sencillos planteamientos resultan difíciles, pues por lo menos intentemos otra resistencia: apagar la radio, apagar la televisión, apagar el computador, cerrar las páginas de los periódicos, si no encontramos información que nos ayude a ser mejores ciudadanos.