Se han hecho virales en los últimos días, unas declaraciones del Secretario de Medio Ambiente de Medellín, quien, con el ánimo de explicar que había una coyuntura crítica en las presentes semanas con respecto a la calidad del aire en el Valle de Aburrá, señaló desprevenidamente que el resto del año “Incluso podemos hasta contaminar más.” Sólo quiero aprovechar sus desatinadas palabras poner el debate en otro contexto: el Calentamiento Global es una realidad que vino para quedarse, no es un problema coyuntural.
Esta semana Colombia congrega a los jefes de Estado del continente americano, excepto los de Cuba (no invitado) y Ecuador, quien decidió no asistir por la no invitación al primero. Pero, económicamente hablando, ¿Quiénes asisten a la Cumbre de las Américas? Veámoslo en dos perspectivas, una de presente y otra de futuro.
Tamaño económico de los países del continente
Fuente: tabla creada por el autor con datos de *FMI (2012), **ONU, ***Worldfactbook.
Esta primera tabla muestra que, evidentemente, nos hallamos ante una reunión que convoca a un país, Estados Unidos, que, aunque sólo cuenta con una tercera parte de la población del continente, produce 70% de la riqueza de América. Esa relación población/producción explica por qué Estados Unidos tiene un PIB per cápita que quintuplica al promedio latinoamericano y supera en más de 3 veces al de Uruguay, el latinoamericano con el mayor PIB per cápita. En materia de exportaciones, el binomio Estados Unidos-Canadá vende al exterior más del 66% del total de las exportaciones del continente.
Pero, como hemos sido reiterativos en nuestro blog, no sólo se trata de crecimiento económico y participación en el universo exportador. El hecho que los norteamericanos tengan un mayor PIB per cápita también se relaciona con el tipo de bienes y servicios que exportan. En la cadena global de valor, Estados Unidos, lo mismo que los europeos y los japoneses, están vendiendo conocimiento, tecnología, diseño y marca. O sea, el valor agregado está en la etapa de la cadena de producción en la que Norteamérica se involucra. Hoy todos consumimos productos ensamblados en China, con repuestos elaborados en diferentes mercados emergentes, pero con diseño e ingeniería de países industrializados.
Potencial latinoamericano:
Por lo anterior, cuando hablamos de bloques (CAN, Mercosur), entonces algunos de estos datos toman otra dimensión. De un lado está el hecho que la capacidad de negociación es diferente si se trata de un grupo de países que tiene un PIB de más de 3 billones de dólares: caso Mercosur, o de un billón, como es el de la CAN. Pero, de otro lado están los elementos potenciales. Tenemos casi 70% de la población del continente, Brasil es un gran productor de bienes industriales, México y Venezuela, y en menor medida Colombia, son importantes jugadores del mercado mundial de combustibles fósiles. De hecho, Venezuela posee las mayores reservas probladas de petróleo en el mundo, las cuales equivalen a 15 veces las de Estados Unidos. Incluso, las de México, Brasil, Colombia, Argentina y Ecuador, integradas, duplican a las del país norteamericano.
Y, en materia de sustitutos, Suramérica posee una gran trayectoria como productor y exportador de alimentos, a la vez que tiene enormes perspectivas en el mercado de biocombustibles. Hoy Brasil es uno de los mayores productores mundiales de bioetanol, pero la soya argentina y otros productos de la región (caña, palma, maíz, arroz, etc.) hacen creer que hay grandes posibilidades para muchos países de latinoamericanos en este mercado de futuro.
En temas ambientales y de biodiversidad, latinoamérica cuenta con los recursos que ninguna región del mundo posee. Brasil posee 2,4 millones de especies y es el más megabiodiverso del mundo, contando aproximadamente con 20% de las especies del mundo. En el caso de especies vivas, Colombia ocupa el 3er lugar, a la vez que registra el 20% de las especies vegetales. Ecuador, México y Perú aparecen también en la lista de los 17 países más megadiversos del mundo; siendo el Parque Nacional Yasuní, la zona más biodiversa del mundo.
Tal vez la impresión que hay es que Obama viene esta semana a Colombia a visitar a sus pequeños socios de Latinoamérica, pero hay razones de peso para pensar que puede ser un encuentro entre una gran, pero vieja, potencia y la representación regional de los llamados Mercados Emergentes.
Seguramente de la Cumbre no saldrán mayores acuerdos en materia de los temas complejos: relaciones comerciales, Cuba o política antidrogas. Pero hay un hecho, América Latina es una región con un gran potencial para la economía mundial, a la vez que el subcontinente está mirando hacia otras regiones del mundo: Brasil hacia sus aliados BRIC, Venezuela hacia Irán y la misma subregión y la mayoría de países de la región dirige sus mayores esfuerzos hacia el mercado Chino y el Sureste Asiático. ¿Será que en Estados Unidos si entienden lo que está pasando en su vecindario?
En octubre seremos 7 mil millones. La población mundial sigue creciendo y, aunque es toda una oportunidad, las preocupaciones aumentan a la misma velocidad. Pobreza, migraciones, seguridad alimentaria, analfabetismo, son sólo algunos de los temas asociados a la variable demográfica. Veamos algunos indicadores críticos:
Población con bajos ingresos. La OCDE reconoce 61 países con una renta per cápita inferior a 1000 dólares anuales. Son básicamente países asiáticos y africanos, además de Haití. Estos países no sólo se caracterizan por una renta muy baja sino, también, por una pésima distribución de la misma. En estos 61 países se concentra la mayor parte de problemas de salud, alimentación y expectativa de vida.
Pobreza, en los países en vía de desarrollo. Para comienzos de este siglo, habían cerca de 1300 millones de pobres en el mundo. Incluso, en los países industrializados este indicador se acercaba a los 100 millones de habitantes, dato que se ha agudizado con la crisis económica y financiera de 2007-20008. Pero, obviamente, la evidencia muestra una situación crítica en el tercer mundo, especialmente África y parte de Asia donde la pobreza se refleja en altos índices de desnutrición (ver mapa)
Analfabetismo. Según la UNESCO, en el mundo hay 870 millones de adultos analfabetas, lo que equivale a 13% de la población mundial, pero éste es un indicador mucho más elevado si sólo se mide la población adulta. Malí, país africano, tiene la mayor tasa de analfabetismo del mundo: 81% en el año 2006. Lo más crítico es que, en concepto de la UNESCO, los gobiernos del mundo sólo dedican 1% de su presupuesto a la educación.
Un hecho adicional, pero no menos importante, es el de analfabetismo funcional, o sea las personas que pierden la capacidad de leer o escribir para resolver sus problemas cotidianos. Sólo en España hay cerca de un millón de analfabetas funcionales y en algunos países este indicador llega al 25% de la población adulta. En las condiciones de economía global que vivimos y de alta competitividad empresarial y laboral, el analfabetismo funcional adquiere real preponderancia y nuevas dimensiones. Si adicionanos a este tema el dominio de la informática o el hablar una segunda lengua, entenderemos que el tema de analfabetismo funcional requiere de análisis más profundos.
Migraciones. Según la ONU, de 1990 a 2005, las migraciones internacionales crecieron de 155 millones a 191 millones. Este fenómeno, que encierra muchas causas y consecuencias, se caracteriza por la marcada unilateralidad: habitantes de países en vía de desarrollo migran hacia naciones industrializadas. Muchos son ciudadanos con bajo nivel de formación y, por ende, pocas expectativas laborales. Sin embargo, también se da la fuga de cerebros que cobija a los habitantes mejor cualificados que migran hacia naciones desarrolladas que buscan explotar su potencial científico o tecnológico. Ciudadanos de Africa, Asia y América Latina migran fundamentalmente hacia Europa y Norteamérica. Europa del Este también se convirtió en exportador de mano de obra, como consecuencia de la caída del socialismo y la disolución de Yugoslavia y la URSS. Veamos gráficamente la tendencia:
La contraprestación son las remesas que cada vez tienen mayor importancia. Las naciones centroamericanas y varias del Caribe, lo mismo que muchos países africanos, tienen en las remesas su principal fuente de ingresos en cuenta corriente. Para Colombia, las remesas son tan importantes como las exportaciones de petróleo. El Banco de la República reconoce que entre 1996 y 2005, las remesas se incrementaron de menos de mil millones a más de 3 mil. Veamos gráficamente el caso colombiano: