Cumbre de Las Américas:´¿Gulliver y los Liliputienses o Estados Unidos y los Mercados Emergentes?

Esta semana Colombia congrega a los jefes de Estado del continente americano, excepto los de Cuba (no invitado) y Ecuador, quien decidió no asistir por la no invitación al primero. Pero, económicamente hablando, ¿Quiénes asisten a la Cumbre de las Américas? Veámoslo en dos perspectivas, una de presente y otra de futuro.

Tamaño económico de los países del continente

Fuente: tabla creada por el autor con datos de *FMI (2012), **ONU, ***Worldfactbook.

Esta primera tabla muestra que, evidentemente, nos hallamos ante una reunión que convoca a un país, Estados Unidos, que, aunque sólo cuenta con una tercera parte de la población del continente, produce 70% de la riqueza de América. Esa relación población/producción explica por qué Estados Unidos tiene un PIB per cápita que quintuplica al promedio latinoamericano y supera en más de 3 veces al de Uruguay, el latinoamericano con el mayor PIB per cápita. En materia de exportaciones, el binomio Estados Unidos-Canadá vende al exterior más del 66% del total de las exportaciones del continente.

Pero, como hemos sido reiterativos en nuestro blog, no sólo se trata de crecimiento económico y participación en el universo exportador. El hecho que los norteamericanos tengan un mayor PIB per cápita también se relaciona con el tipo de bienes y servicios que exportan. En la cadena global de valor, Estados Unidos, lo  mismo que los europeos y los japoneses, están vendiendo conocimiento, tecnología, diseño y marca. O sea, el valor agregado está en la etapa de la cadena de producción en la que Norteamérica se involucra. Hoy todos consumimos productos ensamblados en China, con repuestos elaborados en diferentes mercados emergentes, pero con diseño e ingeniería de países industrializados.

Potencial latinoamericano:

Por lo anterior, cuando hablamos de bloques (CAN, Mercosur), entonces algunos de estos datos toman otra dimensión. De un lado está el hecho que la capacidad de negociación es diferente si se trata de un grupo de países que tiene un PIB de más de 3 billones de dólares: caso Mercosur, o de un billón, como es el de la CAN. Pero, de otro lado están los elementos potenciales. Tenemos casi 70% de la población del continente, Brasil es un gran productor de bienes industriales, México y Venezuela, y en menor medida Colombia, son importantes jugadores del mercado mundial de combustibles fósiles. De hecho, Venezuela posee las mayores reservas probladas de petróleo en el mundo, las cuales equivalen a 15 veces las de Estados Unidos. Incluso, las de México, Brasil, Colombia, Argentina y Ecuador, integradas, duplican a las del país norteamericano.

Y, en materia de sustitutos, Suramérica posee una gran trayectoria como productor y exportador de alimentos, a la vez que tiene enormes perspectivas en el mercado de biocombustibles. Hoy Brasil es uno de los mayores productores mundiales de bioetanol, pero la soya argentina y otros productos de la región (caña, palma, maíz, arroz,  etc.) hacen creer que hay grandes posibilidades para muchos países de latinoamericanos en este mercado de futuro.

En temas ambientales y de biodiversidad, latinoamérica cuenta con los recursos que ninguna región del mundo posee. Brasil posee 2,4 millones de especies y es el más megabiodiverso del mundo, contando aproximadamente con 20% de las especies del mundo. En el caso de especies vivas, Colombia ocupa el 3er lugar, a la vez que registra el 20% de las especies vegetales. Ecuador, México y Perú aparecen también en la lista de los 17 países más megadiversos del mundo; siendo el Parque Nacional Yasuní, la zona más biodiversa del mundo. 

Tal vez la impresión que hay es que Obama viene esta semana a Colombia a visitar a sus pequeños socios de Latinoamérica, pero hay razones de peso para pensar que puede ser un encuentro entre una gran, pero vieja, potencia y la representación regional de  los llamados Mercados Emergentes.

Seguramente de la Cumbre no saldrán mayores acuerdos en materia de los temas complejos: relaciones comerciales, Cuba o política antidrogas. Pero hay un hecho, América Latina es una región con un gran potencial para la economía mundial, a la vez que el subcontinente está mirando hacia otras regiones del mundo: Brasil hacia sus aliados BRIC, Venezuela hacia Irán y la misma subregión  y la mayoría de países de la región dirige sus mayores esfuerzos hacia el mercado Chino y el Sureste Asiático. ¿Será que en Estados Unidos si entienden lo que está pasando en su vecindario?  

Economía del Petróleo: Escenarios de Futuro.

Petrocrisis.

Desde la crisis inmobiliaria -2007-2008-, la economía mundial no es la misma. A pesar de los rescates a los bancos y empresas automotrices en Estados Unidos, los ajustes fiscales en Europa y el ímpetu de la economía de los grandes Mercados Emergentes, China, India y Brasil principalmente, el ciclo económico mundial aún no se mueve en dirección ascendente. Y en este escenario aparece el petróleo con sus múltiples facetas: geopolítica del medio oriente, motor de crecimiento de ciertos países en vía de desarrollo –inclusive Colombia-, fuente principal de energía de la industria y el transporte mundial, materia prima para la elaboración de fibras sintéticas, entre otras.

¿Se agota el petróleo?

El petróleo fue el combustible del siglo XX, pero su importancia no ha sido constante sino creciente. Antes de la segunda guerra mundial los propietarios de vehículos eran básicamente ciudadanos del Norte; en la actualidad el número de automovilistas crece en cantidades astronómicas, tanto en los países industrializados como en las demás naciones de Asia y Latinoamérica. Si a eso aunamos el auge de las fibras sintéticas desde la década de 1960, es evidente el acelerado consumo de los combustibles fósiles através de los años, especialmente en el último medio siglo.

Según Hubbert, el consumo de un producto finito significa que un día llega su máximo de producción y luego inicia la curva descendente.  Las estadísticas muestran que el Peak-oil de Estados Unidos llegó en 1970 y el del mundo en la década 2000-2010. O sea, hemos comenzado la curva descendente de la producción mundial del combustible fósil. Según la UNCTAD, para 2006 se habrían consumido casi un billón de barriles de petróleo y quedarían por extraerse aproximadamente 1.4 billones, lo que al ritmo de consumo actual sucederá en menos de medio siglo.

Con base en estos datos podemos llegar a una primera conclusión: aunque pueden aparecer nuevos pozos, la tendencia ascendente de consumo no permitirá que los precios bajen. O sea, aunque pueden haber pequeños ciclos de crecimiento en la oferta, en el mediano y largo plazo, el precio se moverá siempre al alza.

Determinantes actuales del precio:

Los precios actuales del combustible están atados a una realidad de largo plazo: una creciente demanda enfrentada a pronósticos de caída de las reservas mundiales; y a otra realidad de corto plazo: ante la crisis, los inversionistas buscan refugios, y los futuros de petróleo son una de sus mejores opciones.

Estas dos variables se han complementado en el último año con la incertidumbre geopolítica, particularmente en el Medio Oriente y Norte de África. La crisis Libia redujo sus producción de 1.8 millones de barriles diarios a un millón. Pero la actual fuente de incertidumbre es Irán, país que produce cerca de 3.5 millones de barriles. La simple amenaza de un posible ataque por parte de Israel, elevó la cotización del oro negro en un 15%.

El futuro:

Primer escenario posible, de corto plazo. Si la economía de Estados Unidos no consolida su recuperación y los ajustes europeos no logran sacar rápidamente a la Eurozona de la crisis, entonces, China, India, Brasil y otros emergentes importantes, desacelerarán su crecimiento y, en consecuencia, reducirán la demanda de combustibles, lo que se traducirá en caídas de los ingresos de los monoexportadores de petróleo y otros fósiles, como Rusia, Colombia, Venezuela, naciones del Medio Oriente, Nigeria, entre otros.

Segundo escenario posible, de corto plazo. La posible tensión de relaciones entre Occidente e Irán mantendría la escalada ascendente en los precios del petróleo. Si, adicionalmente se producen escaramusas o enfrentamientos entre el país persa e Israel, la escalada puede ser mayor. Algunos analistas consideran que si se bloqueara efectivamente las exportaciones iranies de combustibles, el precio mundial podría alcanzar los 240 dólares por barril.

Escenario posible de largo plazo. La inevitable tendencia alcista, con mayor o menor velocidad según los escenarios anteriores, indica que los países cuya balanza comercial depende fundamentalmente de las exportaciones de petróleo o de sus sustitutos, tendrán un ambiente favorable para los próximos lustros. Sin embargo, excepto aquellos países que tienen reservas de petróleo y gas confirmadas para varias décadas (Emiratos del Medio Oriente, Rusia, Venezuela, Irán), los verdaderos ganadores de estas tendencias serán aquellos que incursionen exitosamente en la producción de biocombustibles y otras fuentes de energía alternativa: eólica,  nuclear, solar, eléctrica, etc.

Los líderes en la producción de bioetanol (Brasil y Estados Unidos) y biodiesel  (Alemania, Francia, España) tienen una ventaja frente a las demás naciones con respecto al futuro de las fuentes de energía renovables. El primero es un alcohol que se obtiene de la caña, el sorgo o el maiz principalemente; el biodiesel se obtiene apartir de aceites de soja o girasol, principalmente.

Aunque la producción de biocombustibles enfrentará una ardua discusión ya que las tierras cultivables se dedicarán cada día más a la producción de combustibles que a la de alimentos, es un hecho que el futuro de la economía mundial dependerá en gran medida de esta nueva industria.

India, quinto consumidor mundial de combustibles, ha logrado incursionar en la producción de biocombustibles a partir de recursos no comestibles: melaza de caña de azúcar para la producción de etanol y aceite de jatrofa para obtener biodiesel.

Moraleja:

Colombia ha alcanzado la producción de un millón de barriles diarios de petróleo y exporta cantidades importantes de carbón. Sin embargo, somos poseedores de un nivel muy limitado de reservas. La bonanza  presente debe dedicarse a crear condiciones para una diversificación de la base exportadora. Ello implica analizar nuestro verdadero potencial de largo plazo en materia de producción de fuentes alternativas de energía.

 

 

100 años de la Economía Colombiana: ¿qué ha cambiado? Algunos datos.

Nuestro diario EL COLOMBIANO hoy cumple 100 años. Sea esta la oportunidad para presentar unos datos que permitan comparar lo que ha cambiado, desde la economía colombiana de comienzos del siglo XX hasta la actual.

Hace 100 años: población y educación.

Según Jorge Orlando Melo, uno de los principales estudiosos de la historia económica de Colombia, 100 años atrás este país era habitado por 4 millones de personas, de los cuales, 88% vivían en el campo o en pueblos de menos de 10 mil habitantes. Una familia tenía, en promedio, seis hijos, de los cuales, uno moría antes de cumplir el primer año de edad –enfermedades gastrointestinales o viruela-, y sólo uno más lograba llegar a la escuela primaria. El 75% de la población era analfabeta, sólo el 2% de los colombianos terminaba la secundaria y menos del 0.5%, una carrera universitaria.

Colombia hoy: población y educación.

Según el Banco Mundial, Colombia tiene una población cercana a los 47 millones de habitantes, y el DANE indica que la mortalidad infantil para comienzos de esta década se halla en 0.2%. En 100 años la población ha aumentado casi 12 veces, viviendo una tercera parte de ésta concentrada en 4 ciudades: Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.

En materia de calidad de vida son evidentes los cambios en temas de educación; según el MEN para inicios de ésta década, la cobertura de educación secundaria es del 73% y la de primaria 92%. En la misma dirección, como resultado de una estrategia patrocinada por organismos multilaterales, el estado colombiano ha incrementado los recursos para aumentar la cobertura en educación superior. En la actualidad, el 35% de los bachilleres ingresa a una carrera profesional -universitaria, técnica o tecnológica-, aunque, sólo la mitad de ellos logra graduarse: preocupante que se tenga una tasa de decersión tan alta; ello demuestra, tanto problemas económicos de los estudiantes como ausencia de una mayor articulación pedagógica entre la educación universitaria y los procesos curriculares de los colegios y escuelas.

Hace 100 años: la mujer en la sociedad y la economía.

Aunque la legislación relegaba a las mujeres a la condición de amas de casa, en la práctica, muchas familias pobres eran lideradas por mujeres que araban la tierra o elaboraban artesanías. Sin embargo, la universidad les era vedada y aquellas que tenían un salario, sólo lo hacían por el desarrollo de actividades de servicios domésticos.

La mayor posibilidad que tenían las mujeres de superarse y articularse en la vida social y económica era a través de la educación o la iglesia: su papel como maestras –normalistas alfabetizadoras- o monjas que atendían enfermos en los hospitales, fue fundamental para mejorar la baja cobertura de salud y educación de la época. Sin embargo, en opinión de Melo, ya para 1920 comenzaba el proceso de igualación de géneros en materia educativa y laboral. En dicha década habían tantos hombres como mujeres en la escuela primaria; a partir de 1930, el proceso comenzó a notarse en la educación secundaria, para luego, las mujeres, gradualmente, abrirse paso en la educación superior.

Colombia hoy: la mujer en la sociedad y la economía.

Las mujeres son aproximadamente la mitad de la población colombiana (ver gráfico 2.9 de DANE y DNP). Aunque aún se presentan evidencias de discriminación, especialmente en materia de remuneración salarial, es notorio el creciente rol de la participación de la mujer en los diferentes escenarios de la vida social, política y económica del país. La población estudiantil cuenta con una distribución muy pareja de los cupos en centros educativos. Incluso, en algunas profesiones, las mujeres ocupan más de la mitad de los cupos en Instituciones de Educación Superior.

En materia laboral y política, la proporción de mujeres es cada vez más notoria, aunque hay evidencias que muestran un rezago para que ellas accedan a los cargos más altos de las organizaciones públicas y privadas. Aunque parezca paradójico, la existencia de normas que establecen que en ciertos niveles del sector público deba garantizarse un mínimo de cupos para las mujeres, evidencia la presencia, aún, de discriminación en la sociedad con respecto al género femenino.

Hace 100 años…y Colombia hoy: sector externo. ¿Nada cambia?

Según Banrepública, a comienzos del siglo XX, la balanza comercial debía ser, fundamentalmente, superavitaria, ya que el país no tenía un acceso estable al crédito internacional. En consecuencia, las exportaciones debían aportar los ingresos suficientes para cubrir las necesidades de importaciones. En consecuencia, el tabaco, el café y algunos minerales tenían la responsabilidad de asegurar los recursos para comprar los bienes industriales que no producía el país.

Gráfico

Colombia: protagonista del mercado mundial cafetero durante 100 años

Pero, lo llamativo es que a lo largo de los últimos 100 años se ha evidenciado una constante: una economía con pocos cambios derivados de una política pública de internacionalización. A diferencia de las demás naciones, nuestro país comenzó el siglo XX con una economía más cerrada que la del resto de naciones del continente, dicho proteccionismo a través de las décadas se fue agudizando, ahora si, en línea con nuestros vecinos.

Sin embargo, las cifras evidencian que el mayor o menor grado de apertura, a lo largo del siglo, siempre se asocia a los precios internacionales de algunos productos estratégicos: petróleo y café, principalmente. En consecuencia, las exportaciones como porcentaje del PIB han sido un indicador que crece o decrece como consecuencia de los precios internacionales de commodities y no como resultado de políticas conscientes de internacionalización. Incluso, desde los inicios de la apertura económica (1990), la participación de las exportaciones en el PIB sólo ha crecido cuando los precios internacionales han aumentado y, adicionalmente, como resultado de la expansión del comercio regional latinoamericano, en el marco de Acuerdos de Integración en los que parece que los gobiernos colombianos no creen mucho.

El siglo XXI: son las exportaciones de commodities, el motor de la economía colombiana, igual que hace 100 años… ...¿Será que todo tiempo pasado fue mejor?

 

 

¿Qué exporta Colombia?…eternamente commodities

El año 2011 terminó con muy buenos indicadores macroeconómicos: crecimiento en los últimos trimestres superior al 7%, desempleo de un dígito, inflación baja, creciente Inversión Extranjera Directa (IED) y aumento de las exportaciones.

Sin embargo, la economía hay que mirarla en un contexto de tiempo y espacio. Esto significa que los datos de un año determinado no son suficientes para hablar de la evolución del Desarrollo Socio-Económico de un país. Esos datos deben ser comparables en el transcurso del tiempo y además analizados en el marco de la dinámica económica global, ya que no hay sociedades autárquicas, la interdependencia es una realidad del mundo moderno.

¿Qué estamos exportando?

En la lectura integrada llaman mucho la atención los excelentes resultados en materia de IED y Exportaciones-. Lo interesante es que desde 2008 los países industrializados viven una marcada crisis económica y, a la vez, las ventas a Venezuela, -otrora nuestro mejor cliente en la región- comenzaron a descender asombrosamente.

Analicemos, entonces, el comportamiento dinámico de las exportaciones y la IED:

Los datos tomados de Garay, y otros cálculos propios, muestran que en 30 años Colombia no ha dejado de depender de las exportaciones de commodities. Entre 1976 y 2005, este país ha dependido fundamentalmente de las exportaciones mineras y agrícolas. Sólo en 1995 se denota un papel importante de la industria liviana (70% de agroindustria, molineras -trilla de café- y fibras sintéticas). Pero, ya en 2005, se reitera la vocación minera de Colombia.

Tanto el modelo de sustitución de importaciones (1930-1989) como la apertura económica (1990-actual)han sido estrategias de desarrollo para diversificar la economía colombiana y agregar valor a nuestro sector exportador. Entonces ¿dónde están los resultados?. Si analizamos los datos del gráfico anterior encontramos que el mercado norteamericano, por décadas ha demandado el petróleo colombiano, algunos derivados de éste y productos del sector textil-confección. Es significativo y preocupante que, para 2005, sólo el 10% de las exportaciones a Norteamérica se beneficiaban de las preferencias ATPDEA. ¿Algo irá a cambiar con el TLC?, esa es la pregunta del momento.

El caso europeo ha sido similar, aunque con mayor dependencia de exportaciones menores agrícolas: flores, bananos y frutas. Sólo la CAN ha sido un mercado diversificado y de manufacturas: para 1995 vendiamos a Venezuela y Ecuador mercancías  de 9 sectores intensivos en capital y 5 en mano de obra. Para 2005, el 79% de las exportaciones a la CAN eran manufactureras.

La situación actual no parece cambiar el panorama. En 2006, el 63.2% de las exportaciones al mundo eran bienes primarios y basados en recursos naturales. En 2008, este indicador sube a 70.9%, lo que se explica por los precios mundiales de  los combustibles, el café y el oro; y por el gradual deterioro de las exportaciones a los países andinos, especialmente desde que Venezuela anunció su salida de la CAN (2006).

Según el DANE, para octubre de 2011, las exportaciones tradicionales (hidrocarburos y café) representan más del 70% del universo exportado. Del 30% restante, 2/3 partes son bienes industriales. Los  mercados más importantes que compran nuestros bienes industriales son, en su orden,: EE-UU, Ecuador, Venezuela, Perú y México. En síntesis, ningún modelo de desarrollo ha acercado a Colombia hacia una verdadera dinámica industrial, no se ha cambiado la vocación exportadora: proveedor al mundo de commodities. El único indicador notorio de ruptura es el mercado latinoamericano que, aunque pequeño en la mayor parte del tiempo, se ha convertido en el principal cliente de manufacturas colombianas, eso sí, especialmente industria liviana con bajos niveles de agregación de valor. Según Proexport, entre 2006 y 2008, sólo el 1.2% de las exportaciones son Productos de Alta Tecnología.

La inversión extranjera: ¿cambiará la estructura de nuestra oferta exportadora?

Con el fin de estimular el crecimiento y diversificar el aparato productivo colombiano, las políticas de apertura privilegian la atracción de IED. El capital internacional de largo plazo se considera una fuente fundamental de financiación, no sólo por sus volúmenes sino porque aquel trae apalancado el know-how de empresas exitosas en el mercado global, de los países industrializados, principalmente.

Sin embargo, las cifras muestran que la IED se ha focalizado hacia sectores de industria extractiva y comercio y servicios: la industria manufacturera y el sector agropecuario no hacen parte de sus objetivos…son la cenicienta de esta historia. Según Fedesarrollo, entre 1994 y 2000, el sector manufacturero absorvía el 30% de la IED, mientras el comercio y los servicios recibían casi el 60%. Fue una época en la que los inversionistas extranjeros se interesaron en la privatización de la banca colombiana y de los monopolios de comunicaciones, la compra de industrias que no resistían los retos de la apertura económica sin una inyección de capital para modernizarse, además de la expansión de la actividad comercial.

Pero, a partir de la primera década de este siglo, el capital extranjero con claridad privilegió nuestra condición de proveedor de hidrocarburos y otros productos de origen mineral. Entre 2001 y 2008, el 48% de la IED se ha dirigido a minería y petróleo (Fedesarrollo). En cambio cayó en 1/3 la participación en sector manufacturero y la agricultura siguió siendo descartada por los inversionistas extranjeros. De hecho, entre 2007 y 2008, la IED minera se duplicó, mientras la incipiente del sector industrial cayó 66%, según datos de Proexport.

Reflexión final:

La IED en la industria de la extracción no tiene que ser negativa para la economía de un país -esto, omitiendo el tema mediambiental-. Lo crítico es que no hay una clara relación entre los números y los objetivos. Se supone que queremos fortalecer el sector industrial, elevar la competitividad, agregar valor a nuestras mercancías, entrar en el mercado de la diferenciación y elevar la calidad del empleo -trabajadores altamente cualificados que innoven y emprendan- pero, década tras década, seguimos conectados al mercado mundial a través de nuestros bienes primarios.

Entonces, nos hacemos las siguientes preguntas: ¿por qué no logramos canalizar inversión extranjera hacia la industria manufacturera, incluida agroindustria, de manera creciente y sostenida?, ¿estamos dirigendo los excedentes de exportaciones de commodities, hacia la generación de capacidades para exportar productos procesados de alto valor agregado?, ¿las decisiones en materia de educación, ciencia, tecnología e infraestructura están creando condiciones para diseñar y patentar nuevos productos y servicios?

Economía 2012: ¿más incierta que la Profecía Maya?

Preguntas no resueltas en el 2011….tarea pendiente para el 2012

1. ¿Para dónde va la Unión Europea? Más que la crisis del ciclo económico, que muestra una Europa estancada que no logra encontrar la senda del crecimiento, lo que realmente se ha desnudado en este 2011 es la falta de voluntad supranacional de la Unión Europea. La actual crisis ha ratificado el escepticismo de la Gran Bretaña para incursionar en niveles más profundos de integración, a la vez que se evidencia el “padrinazgo” que ejerce Alemania sobre los demás integrantes del bloque.

En consecuencia, queda la pregunta si el nuevo compromiso de una mayor disciplina fiscal –máximo 0.5% de déficit estructural y  sanciones si se supera el umbral del 3%- es un primer paso para incursionar en mayores niveles de integración: dotar al Banco Central Europeo –BCE- de un mayor rol supranacional, hasta convertirlo en un verdadero banco central. O sea, un emisor, prestamista de prestamistas, regulador del sistema crediticio y garante unitario de la sanidad monetaria.

Evidentemente hay muchos actores que no quieren llegar tan lejos: el eje de poder franco-alemán -dueño del poder económico actual-, Gran Bretaña y otros euroescépticos que consideran inevitable pertenecer al bloque pero que no desean que se profundice más la integración.

2. ¿Salió Estados Unidos de la crisis? El gobierno de Obama está viviendo una coyuntura favorable: el desempleo ha cedido en los últimos meses, colocándose en los niveles más bajos desde que estalló la crisis. Pero, no es evidente que la tendencia vaya a continuar por largo tiempo.

Obama enfrenta un año electoral, sus decisiones de política económica se moverán entre los retos estructurales de la potencia norteamericana y los cálculos de coyuntura electoral. La austeridad fiscal requerida podría tropezarse con un conflicto militar que enfrente a Estados Unidos con los imames chiitas de Persia. Esta posibilidad alteraría el gasto público norteamericano y el precio mundial de combustibles.

3. ¿Se desacelerará definitivamente China?  Aunque las tasas de crecimiento de China, India y otros mercados emergentes son envidiables para cualquier nación del mundo, la realidad es que cada punto porcentual que dejan de crecer, afecta la dinámica de la economía global. Es evidente que la locomotora del mundo son China e India, por lo tanto, su ritmo de crecimiento marca la pauta para el resto del planeta.

Lo que estamos construyendo es un algoritmo. Si la Unión Europea y Estados Unidos no salen definitivamente del estancamiento en el que se hallan, es muy difícil que los países emergentes mantengan la tasa de crecimiento que los ha caracterizado en los últimos años. ¿La razón?: Los países industrializados siguen siendo las economías de mayor ingreso en el mundo, en consecuencia, si las naciones del Norte no compran, China, India, Brasil, Corea, Taiwán, etc., tendrían que reducir su ritmo de producción. El mercado doméstico de estas naciones, aún caracterizado por una población con un bajo ingreso per-capita, no alcanza a reciclar la producción que se deje de vender al mundo desarrollado.

4. ¿Seguirán altos los precios de commodities? Esta es una pregunta crítica para economías latinoamericanas como Argentina, Colombia, Perú o Venezuela, principalmente. Si Europa, Estados Unidos y Japón siguen estancados, China no podrá acelerar su crecimiento y, por ende, bajará su demanda de materias primas. Este es el factor que puede mantener a la baja los precios mundiales de commodities.

Pero hay factores geopolíticos y climáticos a tener en cuenta. Los tambores de guerra que suenan en Irán y Siria, podrían poner nervioso al mercado de futuros e, incluso, afectar la oferta mundial de combustibles fósiles. Los chiitas de Irán colocan 2.5 millones de barriles diarios de petróleo –casi tres veces las exportaciones colombianas del combustible-, lo que pone nerviosos a los inversionistas y expone al mercado a una posible caída del abastecimiento. En consecuencia, hay elementos de juicio para pensar que los precios mundiales de combustibles podrían subir en 2012.

De otro lado, la incertidumbre ambiental cada vez incide más sobre los mercados. Las cosechas de granos –soja, café, trigo, maíz, etc.- pueden ser afectadas por lluvias imparables o por sequias incesantes, lo que altera la oferta mundial y, consecuentemente, sus precios. Adicionalmente el frío del invierno, en los países con estaciones, también marca el comportamiento del consumo de combustibles fósiles: petróleo y gas. He ahí otro factor de incertidumbre para los precios mundiales de commodities.

5. ¿Cómo le irá a Colombia? Es evidente que nuestro país depende de esta secuencia que acabamos de analizar. Somos un país exportador de commodities, altamente dependientes de la inversión extranjera y con un mercado doméstico subdesarrollado, con grandes grupos poblacionales sin capacidad de compra. Si China se desacelera y los países industrializados se mantienen estancados, no sólo se afectarán nuestras exportaciones de petróleo, carbón, café y ferroníquel, sino que la inversión extranjera podría menguarse un poco.

Con respecto al mercado interno, no hay mucho que esperar en el corto plazo. Aunque se ha concertado el salario mínimo -lo que siempre es una buena noticia-, el desempleo se halla por debajo de los dos dígitos y el TLC entrará en vigencia,  dos años de crudo invierno han hecho mucho daño a la infraestructura y a la sociedad, lo que obligará al Estado a invertir en reconstrucción y redistribución no presupuestada de riqueza en beneficio de los más afectados por el desorden climático: la coyuntura aplazará tareas estructurales pendientes.

Sin embargo, 2012 será año de grandes decisiones que no producirán impacto inmediato pero que tienen que ver con el futuro del país: la reforma a la educación, que no  sólo tiene que ver con la equidad sino especialmente con la competitividad (no habrá economía eficiente sin un recurso humano educado, innovador y emprendedor) y la formalización del empleo. Este último no sólo incide sobre el ingreso de los trabajadores, sino que dará la pauta para hacer viable en el largo plazo al Sistema de Seguridad Social; no es sostenible un Régimen de Seguridad Social que tiene tanto agente subsidiado y tan poco cotizante.

Muy seguramente la Profecía Maya no se hará realidad y en diciembre de 2012 estaremos nuevamente comiendo natilla con buñuelos. Pero, si el país no toma decisiones radicales en los temas de la educación, la seguridad social y la infraestructura; el tren del desarrollo pasará de largo por nuestra estación y nosotros nos quedaremos viéndolo pasar…cada vez más empobrecidos.