Bajos precios del petróleo: ¡a industrializarnos!

Preámbulo:

El año 2014 ha sido nefasto para la industria petrolera. El barril, en los mercados mundiales ha bajado aproximadamente 50%. Hay diferentes razones objetivas para esta situación: la desaceleración de la economía china, el estancamiento de Europa y Japón y el aumento en el autoabastecimiento de economías como la norteamericana.Adicionalmente, el incremento en las reservas mundiales por la exploración de pozos no convencionales y la negativa de la OPEP a reducir la producción, allanaron el camino para la caída en picada de los precios del crudo.

La situación ha puesto en alerta a empresarios y autoridades económicas. ¿Por qué la preocupación?, porque, en palabras de Minhacienda, el petróleo representa el 50% de las exportaciones, el 16% de las finanzas públicas y el 5% del PIB.

Colombia; ¿país petrolero?

El Consejo Privado de Competitividad prende las alarmas desde hace varios años: Colombia ha venido dessofisticando sus exportaciones. En 2001, los bienes primarios representaban el 62% de nuestras exportaciones, mientras que en 2012, este indicador llegó al 83%. En el mismo lapso de tiempo, las manufacturas de mediana y alta intensidad tecnológica pasaron de representar el 22% al 10%.

La situación de esta economía es contraria al dinamismo de los mercados emergentes y nuevas naciones industrializadas. No sólo Corea, Turquía o Malasia evidencian un acelerado proceso de industrialización. Incluso, República Dominicana o México han incrementado sus exportaciones manufactureras y han reducido la dependencia de los commodities.

Ahora, no todos los países tenemos que dedicarnos a lo mismo. Algunas naciones son más fuertes en materia de agricultura y otras tienen reservas de petróleo. Somos un sistema, la interdependencia es una realidad. Sin embargo, hay dos razones de peso para no alentar a Colombia como país exportador de commodities.

La primera y más simple es que este país no tiene grandes reservas de petróleo. No podemos fincar nuestras esperanzas en un recuros escazo. Según la ANH, tenemos reservas confirmadas para 6.6 años y, además, no se puede olvidar que hay 10 países que son dueños del 85% de las reservas mundiales.

La segunda es más prospectiva: la producción de riqueza y la distribución de riqueza se hace mayor y más justa en economías que agregan valor a sus mercancías. Mientras una libra de café se vende en Nueva York a USD 2,0, Starbucks vende decenas de tazas de café, extraídas de la misma libra, a USD 4,0 cada taza. La situación con el petróleo no es diferente: el precio del crudo ha bajado más del 50%, pero en ningún lugar del mundo la gasolina y otros derivados del petroleo han bajado de precio de manera significativa.

El mercado mundial crece, en tanto aumenta la participación de las manufacturas en éste. Los productos con valor agregado representan una cuarta parte del comercio mundial, y son la fuente de riqueza de los países industrializados y de los más exitosos mercados emergentes.

En otras palabras, la asociación entre educación de calidad, investigación, desarrollo tecnológico, innovación y riqueza es directamente proporcional; a más valor agregado mayores posibilidades de generar riqueza y de distribuir la misma. Cuando una economía se especializa en productos de alto nivel de complejidad tecnológica, su éxito depende de la mano de obra educada, creativa e ingeniosa, por ende bien remunerada.

Para cerrar:

Si no tenemos reservas de petróleo para largo tiempo, si los precios mundiales se ven inestables, si las inversiones en exploraciones de hidrocarburos van a caer, al igual que la inversión extranjera para el sector, es necesario que revisemos nuestra agenda y pensemos en el largo plazo.

Países como Colombia, con una de las mayores biodiversidades del mundo, con potencial agrícola y para la producción de biocombustibles, con mucha población joven y adulta, con una importante extensión territorial y una ubicación geográfica privilegiada, tiene grandes posibilidades para ser exitoso en los mercados globales. Hay que dar el siguiente paso: decidirse por la educación de alta calidad, la ciencia, la tecnología, la innovación y la agroindustria.

La locomotora de la minería no puede ser el fin, sino un medio. Los excedentes de esta industria deben dirigirse hacia la labor científica, la educación, la agroindustria y otros ramos necesarios de desarrollar, si queremos salir del círculo vicioso del subdesarrollo en el que permanecemos desde hace un siglo.

 

 

 

¿Es justo el salario mínimo de los trabajadores colombianos?

El salario mínimo es devengado por un porcentaje importante de la población trabajadora colombiana (aproximadamente, 50%), de ahí que el incremento del mismo sea de verdadero interés nacional.

No hay que hacer una encuesta para saber que gran parte de la población considera que el salario mínimo es injusto e insuficiente. Sin embargo, nos proponemos en el artículo de hoy explicar algunas píldoras para entender la dimensión y complejidad del tema.

Primera referencia. La teoría económica.

En teoría económica hay dos grandes paradigmas para entender la relación entre el trabajo y la remuneración del mismo. Si nos apoyáramos en la teoría objetiva del valor (Smith, Ricardo, Marx), entonces, quedaría muy claro que el salario es una remuneración injusta, puesto que es el trabajo el que genera los valores, o sea, los bienes se miden por la cantidad de trabajo que se necesita para producirlos.

Ahora, si buscamos la teoría subjetiva (Marshall, Senior y otros neoclásicos), la remuneración debe ser proporcional al sacrificio. Así, el empresario arriesga su capital al invertirlo y por ello debe recibir una remuneración (ganancias), pero el trabajador sacrifica su tiempo de ocio y por ello espera obtener una compensación.

Si tenemos en cuenta que la canasta familiar cuesta aproximadamente dos salarios mínimos, entonces, se puede cuestionar la justicia del salario mínimo. O sea, el sacrificio que el trabajador hace, renunciar a su tiempo de ocio, no se compensa con los bienes y servicios mínimos necesarios para su subsistencia (en otras palabras, para la reproducción de su capacidad de trabajar)

Por último, hay que reconocer el peso del salario en el comportamiento de la demanda agregada, por ende, en la inflación.  La demanda agregada se compone del consumo de las familias, de la inversión de las empresas, del gasto del gobierno y de la acumulación de divisas. El mayor componente de la demanda agregada es el consumo de los hogares, por ende, incrementar los salarios indiscriminadamente puede disparar la inflación, afectando el conjunto de la economía y robándose parte del poder adquisitivo que se gana con el aumento de los salarios. En otras palabras, la situación actual de salario mínimo (muy bajo para las necesidades básicas de un trabajador) no se puede resolver de un plumazo, sino que requiere de cambios más estructurales en nuestro modelo de desarrollo económico.

Con este último párrafo queriamos señalar que aunque el salario mínimo de Colombia es injusto, su incremento en términos reales depende de varios factores:

1. El incremento de la productividad del trabajo, para que el aumento del ingreso se compense con una reducción en los costos de producción via mayores eficiencias; ello controla la inflación que se come el poder adquisitivo.

El incremento de la productividad en el trabajo está asociado a las innovaciones tecnológicas, a la cualificación de los trabajadores, a las mejores prácticas de gestión y de producción, a la buena salud y alimentación de los trabajadores; lo mismo que a la eficiencia del transporte y a la seguridad en las ciudades, ya que estos últimos les afectan fisica y emocionalmente.

2. Una relación más justa entre el capital y el trabajo. Colombia tiene antecedentes de una distribución muy inequitativa del ingreso, mientras esto siga así, nunca habrá salarios nominalmente más altos, ni una redistribución más justa del ingreso que pueda elevar el poder adquisitivo del salario: escuelas públicas de calidad, hospitales públicos eficientes, recreación gratuita, etc.

En síntesis, sólo una mayor productividad del trabajo, en una sociedad que redistribuya mejor el ingreso, puede hacer que, efectivamente, en el largo plazo, los trabajadores mejoren su calidad de vida a través de remuneraciones justas.

Segunda Referencia ¿Dónde está el salario mínimo más alto de América Latina?

Analizar el salario mínimo nominal, medido en una moneda de referencia, el USD en este caso, sirve para conocer el costo comparativo del trabajo en los diferentes países, pero no permite diferenciar el poder adquisitivo, ya que no se conocen las tasas de inflación de cada país, especialmente las referentes a los bienes no tranzables (no comercializables como la vivienda o los servicios personales), ni los subsidios que recibe la población.

Un ejemplo de la complejidad de esta medición, es la volatilidad de las tasas de cambio. Recordemos que en el último semestre de 2014, el dólar fluctuó de COP 1800 a COP 2300, lo que significa una devaluación nominal de más del 25%. En consecuencia, el salario mínimo en Colombia habría pasado de USD350 a menos de USD 300, sólo consecuencia de la devaluación nominal.

El salario mínimo más alto de la región es el de Argentina, rondando los USD 700, mientras que el más bajo es el de Bolivia, el cual, aunque se incrementó 280% en los últimos 10 años, apenas alcanza los USD207.

Por último, las negociaciones del salario mínimo son un tema de gran importancia, no sólo porque cobijan a un porcentaje elevado de la población, sino porque éste termina sirviendo de referencia para muchas decisiones comerciales (precios, tarifas, incrementos de otros salarios, etc.). Sin embargo, hay que reconocer que el tema es complejo, un incremento irresponsable puede traer una escalada alcista de precios que afecte al conjunto de la economía, incluido el poder adquisitivo del salario. Pero, la evidente inequidad reflejada en el salario mínimo, es un argumento sólido para mantener un debate abierto sobre la remuneración justa de los trabajadores y la redistribución de la riqueza a través de los impuestos y el gasto público.

Acerca del petróleo, ecopetrol, la devaluación y otros demonios

Introducción:

Los últimos meses de 2014 han sido una turbulencia para el barco de la economía colombiana y de muchas otras de América Latina. La aparatosa caída de los precios internacionales del petróleo se ha acompañado de un debate por la reforma tributaria, la caída del mercado bursátil, especialmente la acción de ecopetrol, y de una acelerada devaluación del peso, lo que, en consecuencia, teje una sombra de incertidumbre ad portas del año nuevo.

Por lo tanto, aunque La Caja Registradora se ha caracterizado por centrarse en los debates del largo plazo, dejando las preocupaciones de corto plazo a otros expertos en materia de coyuntura económica, esta vez partiremos de las preocupaciones emanadas de la caída coyuntural de los precios internacionales del petróleo.

Nuestro propósito es explicar un conjunto de factores que deben ser tenidos en cuenta para comprender la complejidad de largo plazo del tema petrolero y su incidencia en el desarrollo económico de Colombia y de muchas economías latinoamericanas.

Reservas Mundiales de Petróleo y el fantasma del fracking.

Venezuela es el único país latinoamericano que juega en las grandes ligas de la producción mundial del oro negro. Sin embargo, son evidentes el liderazgo de Arabia Saudita (11 millones de barriles diarios -mbd-), el crecimiento del autoabastecimiento de Estados Unidos (alcanzando 11 mbd en 2012) y la consolidación de Rusia en tercer lugar con cerca de 10 mbd. Colombia, con una producción cercana al millón de barriles, se colocaría cerca de la posición 20 en este ranking.

Sin embargo, si hablamos de desarrollo económico de largo plazo, el problema no es la producción presente sino el nivel de reservas, y en este punto la situación de Colombia no es mejor. Venezuela y Arabia Saudita lideran la lista, casi doblando a Canadá, Irán e Iraq, quienes los siguen. Las reservas colombianas de petróleo (2300 miles de millones bp) son aproximadamente el 1% de las reservas de Arabia Saudita y se calcula que alcanzan sólo para sólo 6.6 años.

Adicionalmente, Colombia tiene una doble dependencia de la economía petrolera: principal producto  exportaciones, a la vez que el Estado es propietario del 85% de las acciones de ecopetrol. O sea, el ingreso de divisas y las finanzas públicas están asociados al éxito petrolero. Por eso señalamos que el problema de fondo no son los precios actuales sino las reservas del crudo, y en este punto el escenario no es optimista.

El otro tema relevante es el relacionado con el fracking, -búsqueda de gas de esquisto- que se ha convertido en la novedad en materia de hidrocarburos. El caso es que este “shale gas” ha cambiado la estructura mundial de reservas. Estados Unidos tiene las mayores reservas comprobadas de este combustible no convencional, el cual se considera que puede asegurar abastecimiento mundial por 65 años a una tasa de consumo como la actual.

Por lo tanto, si se consolidan las hipótesis sobre este hidrocarburo y sobre las reservas de Estados Unidos, se abre un panorama de mediano plazo en el que este país se hace más autosuficiente, lo que seguramente alterará los precios a futuro de los combustibles.Sin embargo, el tema del fracking no puede observarse por fuera de las preocupaciones ambientales. Existen reclamos mundiales que señalan que esta técnica de extracción no tradicional es mucho más invasiva que la tradicional.

Ecopetrol: días amargos.

La empresa de petróleos de Colombia es una organización de capital mixto, pero con un capital mayoritario del Estado (más del 80% de las acciones), lo que la convierte en protagonista de las exportaciones del país y de la estabilidad fiscal del gobierno. Esta empresa enfrenta varios problemas que afectan su desempeño: bajo nivel de reservas, caída acelerada del precio mundial del petróleo y caída del precio de la acción hasta un nivel no visto en varios años. Adicionalmente, la empresa tiene que tomar decisiones sobre fracking y modernizar sus refinerías en Cartagena y Barrancabermeja.

La acción de ecopetrol llegó a superar la barrera de los 5000 COP y hoy se halla por debajo de los 2000 COP, precio que se asemeja a la cotización de finales de 2012. El precio de esta acción para recuperarse depende de factores internos y externos.

En el plano doméstico, las exploraciones son la principal fuente de recuperación de la acción. Si la política de exploración no se intensifica, difícilmente el valor de la acción podrá tener una recuperación sostenible (en 2014, el número de exploraciones autorizadas -115- estuvo por debajo de lo presupuestado). A nivel internacional, la incierta recuperación económica, que elevaría la demanda global, y las políticas de la OPEP -liderada por Arabia Saudita- determinarán el futuro del sector.

Un hecho que tiene efectos compensatorios ha sido el comportamiento de la tasa de cambio. El dólar, que se había mantenido por debajo de los 2000 COP durante gran parte del año, ya se cotiza cercano a los 2500 COP; este hecho beneficia a los exportadores, entre los cuales Ecopetrol es el principal protagonista. En otras palabras, parte de la pérdida de la petrolera colombiana como consecuencia de la caída del precio del crudo ( de 100 a 65 dólares americanos a lo largo del año), se compensa con la monetización de sus divisas, aprovechando la devaluación nominal que ronda el 30%.

Ahora, en términos de desarrollo económico, hay que reconocer que los demás exportadores, como los caficultores, los floricultores, los bananeros y la poca industria manufacturera que vende al exterior, se beneficia de la nueva tasa de cambio, la cual probablemente se mantendrá alta en los próximos meses. Pero, como contraprestación, amenazan vientos de inflación, como consecuencia del encarecimiento de las importaciones.

A modo de conclusión:

Como ha sido recurrente decirlo en este espacio, el problema del desarrollo económico de nuestro país, al igual que de otros países latinoamericanos, está atado a la falta de voluntad para diversificar el aparato productivo. Si bien hay una gran preocupación por la caída del precio internacional del crudo, es claro que Colombia no tiene reservas para garantizar ingresos en el largo plazo y la balanza comercial en los últimos años, en lugar de diversificarse ha incrementado la dependencia de las exportaciones de origen minero.

La estabilidad fiscal, la balanza comercial, el empleo y el crecimiento económico de Colombia avisoran un futuro de mediano plazo bastante incierto. Probablemente el escenario de 2015 no sea el más pesimista (se pronostica un crecimiento del PIB superior al 3%), pero si Colombia no diversifica sus exportaciones, sino desarrolla una industria manufacturera más significativa, y si Ecopetrol no incrementa sus reservas, será difícil mantener la dinámica económica que se tuvo en los últimos años.

Si hay preocupación por la actual reforma tributaria, qué decir de un escenario menos optimista en el próximo lustro…

 

 

Starbucks y las Cadenas Globales de Valor.

La llegada de Starbucks a Colombia ha generado fuertes reacciones en las redes sociales. Particularmente es evidente la preocupación que manifiestan muchos compatriotas al ver a esta cadena multinacional como una especie de enemigo del café colombiano. Algunos otros se han expresado por un problema tal vez más evidente: que la llegada de esta empresa ratifica nuestra condición de país productor de commodities e importador de bienes procesados.

Sobre el tema es pertinente hacer varias precisiones:

1. Starbucks no es la causa, pero sí es evidencia de que somos un país que se estanca como proveedor de materias primas a empresas que agregan valor y se quedan con las mayores utilidades de esta economía global. Con sus 5000 tiendas en el mundo, esta empresa ha diseñado un concepto de negocio que gira alrededor de la bebida que se elabora con nuestro grano. De hecho, Starbucks ha sido un gran comprador de café suave colombiano para elaborar sus productos en todo el mundo.

Ahora, el Consejo Nacional Privado de Competitividad ha llamado la atención sobre la “dessofisticación” de nuestra oferta exportadora. Hace un cuarto de siglo exportábamos el doble de manufacturas que hoy. Evidentemente estamos en retroceso, tal y como lo muestra el siguiente cuadro de exportaciones colombianas al mundo y por regiones, durante más de tres décadas:

Según datos de Buitrago y Garay, década tras década, nuestras exportaciones dependen más de los hidrocarburos que de las manufacturas o, inclusive, los bienes agropecuarios. Sólo algunos mercados andinos han sido importantes para venderles manufacturas y alimentos made in Colombia. Europa Occidental y Estados Unidos nos aprecian por el petróleo, el carbón, el café, las flores y los bananos.

2. El problema no es que llegue Starbucks; de hecho es una empresa que generará nuevos empleos y que consumirá más café colombiano. El problema es que el país no está tomando decisiones agresivas para fortalecer la capacidad creativa, productiva e innovadora de su sociedad. Como se ha reiterado en este mismo espacio, nuestros avances en materia educativa son lentos. Ni qué decir en materia de investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento.

En días pasados se armó un escándalo nacional por una supuesta reducción de recursos a Colciencias. Pero, con o sin reducción, el país no avanza. El uso de las regalías se ha politizado y Colciencias es un monstruo sin dientes; a la vez que el resto de la comunidad de investigadores nos hemos convertido en generadores de “puntos” para que Colciencias nos suba en su escalafón.

El país no avanza en materia de patentes, la formación en matemáticas, ciencias naturales e idiomas es débil. Pero no se toman decisiones de largo plazo, sólo se aplican paños de agua tibia.

Se requieren políticas de Estado para cambiar el rumbo, las universidades deben focalizarse en los problemas de desarrollo del país, los preescolares y la primaria deben priorizar las competencias relacionadas con la cotidianidad de las personas y con el espíritu crítico y analítico de nuestros niños, y las empresas deben crear condiciones para una gestión del conocimiento coherente con su visión y las tendencias del mundo.

3. Por último, la división internacional del trabajo se ha transformado en cadenas globales de valor en las cuales las empresas NO HACEN PRODUCTOS, sino que HACEN TAREAS. La profundización de esta división internacional del trabajo es una realidad que debemos comprender y aceptar, sin ello, no podremos convertirnos en eslabones que generen mayor valor agregado. La integración inter-empresarial es el mayor potencial de generación de valor agregado.

No es pecado tener tierras tan fértiles, ni caficultores tan laboriosos como los que tenemos; pero debemos conectarnos a la Cadena Global del Café para obtener mayores beneficios de nuestro trabajo. Participar en la producción  de bebidas especiales, de cafeina, de repostería, de confitería, etc., etc. Juan Valdez va por el camino correcto.

Pero en esa misma dirección deben entrar los bananeros, los floricultores, los textileros y confeccionistas, etc., etc., etc.

La división internacional del trabajo es una realidad y si no fortalecemos nuestro talento humano podremos quedar por fuera de la elaboración de productos tan elementales como el siguiente: http://chain.net/photo/today-s-globalized-toy?overrideMobileRedirect=1#.U8sObLEuLXA

La elaboración de un juguete de peluche requiere del concurso de 12 fábricas ubicadas en seis países diferentes. Cada una de ellas, realiza una tarea particular, sin la cual no se logra el producto final.

 

 

 

 

 

¿Pueden las universidades mejorar el semestre de práctica de sus estudiantes?

Hoy quiero compartirles algunas ideas de mi libro “LA FORMACIÓN POR COMPETENCIAS EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR: la empresa y los programas del área económico-administrativa”, publicado por el Centro Editorial Esumer y que se halla ahora en formato digital para su libre consulta.

El libro se pregunta por la pertinencia de los semestres de práctica y la necesidad de re-crear la educación teórico-práctica en las universidades.

Experiencias Exitosas de Educación Teórico-práctica.

Las facultades de medicina tienen una buena tradición en esta materia. Los estudiantes no sólo visitan los hospitales, sino que, gradualmente, van asumiendo responsabilidades relacionadas con su futura profesión. Lo que considero más interesante del modelo es la vinculación curricular de los médicos. Estos últimos ejercen una doble profesión: atienden sus pacientes y forman a sus estudiantes. Este se puede considerar un estado ideal de la docencia universitaria.

De igual modo, la implementación de simuladores (muñecos) y la interacción con cadáveres durante el proceso de formación, permite que la aproximación del estudiante a su realidad profesional se haga de manera gradual, acorde a su proceso de formación y para evitar intervenciones nocivas sobre pacientes reales.

A nivel de formación empresarial, uno de los modelos más exitosos es el de la Educación Dual, creado en Alemania -replicado en Francia a nivel rural-, y aplicado en América Latina, especialmente en naciones del Mercosur.

La educación dual, fundamentada en relaciones sólidas y estratégicas entre las universidades y las empresas, permite una permanente combinación de tiempos y actividades académicas en las aulas de clase, con responsabilidades laborales en las empresas. En algunos casos se combinan meses de trabajo con meses de estudio, y en otros se reparten los días de la semana.

Una reflexión crítica al semestre de práctica en Colombia.

Que los estudiantes vayan un semestre o un año a una empresa y “que se unten de barro” ha sido un logro del sistema educativo. Sin embargo, en materia de formación de administradores (mercadólogos, financieros, negociadores internacionales, etc.) esta experiencia dista mucho de ser ideal.

Generalmente, cuando un estudiante va a una empresa se desliga de su universidad. Las labores que desarrolla son definidas por sus “empleadores” y no existe una clara relación curricular entre lo que hace el estudiante en la empresa y los objetivos formativos de su profesión. De algún modo, el éxito de un semestre de práctica depende más de la buena voluntad y motivación de los empresarios que lo acogen, que de la propuesta curricular de la universidad en la que estudia.

Otra debilidad del semestre de práctica es su carácter marginal. Después de cursar 6-8 semestres, es difícil pensar que en el transcurso de unos meses y en una sola empresa, se puedan poner en práctica tantos conocimientos teóricos adquiridos. Si un estudiante de finanzas llega a una empresa y cuenta con la suerte de incursionar en el “área de cartera” es posible que se gradue con la competencia para gestionar cartera. Pero, ¿y los conocimientos contables, y la gestión de activos, y la de capital de corto y largo plazo dónde quedan?

Lineamientos para una propuesta estructural de educación teórico-práctica en Colombia

Así como los hospitales universitarios han tenido la tradición de cumplir una labor social, la educación teórico-práctica puede desarrollarse desde estrategias que permitan el apoyo a la micro y a la pequeña empresa, organizaciones productivas frágiles que necesitan consultoría especializada.

En este contexto, las organizaciones gremiales, las ONG y el Estado, cuentan con programas de apoyo a la mipyme, y en estos programas se podría articular La Universidad, ofreciendo acompañamiento desde sus áreas de conocimiento.

Sin embargo, la solución no es enviando un estudiante a hacer un semestre de práctica. El camino correcto es articular el currículo a las dinámicas empresariales. O sea, a la empresa no la apoya un estudiante, la apoya un plan de estudios, con liderazgo de profesores y participación activa de estudiantes.

Me explico. Las clases no tienen que ser en el aula de clases, y las prácticas no tienen que ser en el escritorio de una oficina. Un estudiante aprende viviendo la realidad, y una práctica es efectiva en tanto resuelve problemas empresariales. No hay que medir el aprendizaje en horas: lo importante es amalgamar los objetivos de estudio con los retos empresariales. En otras palabras, que el estudiante resuelva el problema empresarial y que logre los objetivos de aprendizaje, esos son los indicadores reales de una verdadera educación teórico-práctica.

Un profesor ya no necesita “dictar clase”, o sea, transmitir información. Para eso está Internet. Lo que se necesita es que el docente guíe al estudiante para que haga uso de la información existente y la convierta en conocimiento, en aprendizaje significativo. En ese mismo orden de ideas, el empresario no necesita un estudiante sentado en su empresa todo el día. Lo que la empresa necesita es que el estudiante, guiado por su docente, le mejore su estructura de costos, le vigile los mercados, le sugiera nuevos procesos organizacionales, le diagnostique el entorno, etc.

Fuente: Diseño de Laura Patiño.
Según Vigotsky, todos tenemos una capacidad de aprendizaje autónomo. Capacidad que es limitada pero que se puede pontenciar si un tutor “coloca andamiajes” para que avancemos. La labor del docente no es “dictar clases”, es “poner andamiajes” para que el estudiante se eleve en su proceso de formación. El docente-tutor y el empresario, juntos, pueden y deben guiar el trabajo práctico que los estudiantes hacen en las empresas.

 

¡Qué no nos dé miedo intentarlo!

Sí, el principal problema es cultural. Nos da miedo renunciar al modelo tradicional. El profe cree que tiene que dictar clase, el estudiante asume que no sabe nada y que tiene que tomar nota, la empresa piensa que los universitarios somos muy teóricos y los académicos creeemos que los empresarios son muy empíricos. Todo eso es verdad, pero todo eso también es mentira. ¿Por qué hacer magistral lo que el estudiante puede leer en Internet? ¿por qué creer que el estudiante no ha aprendido a lo largo de su vida?, de hecho, muchos estudiantes de carreras administrativas, trabajan en empresas o son emprendedores.

Rompamos los muros de las aulas, extendamos el aula de clases por toda la ciudad y llevemos el currículo a la calle. ¡Qué el profesor, el empresario y el estudiante construyan conocimiento juntos!, partiendo de los problemas empresariales y de los objetivos de aprendizaje definidos en los currículos bien pensados desde las universidades

NOTA: éste es el link para que puedan consultar el libro http:

//es.calameo.com/read/000852534a90be2931966