Prospectiva. Internet y las TIC transforman la economía y la sociedad.

Giovanny Cardona Montoya, febrero 16 de 2020.

 

La Prospectiva es una disciplina que se ocupa del futuro. En sus múltiples vertientes, ésta se origina en el futuro para tratar de direccionar nuestro accionar en el presente.

¿Cómo es eso de que viene desde el futuro para direccionar el presente? El análisis de factores de cambio (tendencias, potencialidades y rupturas) ayuda a entender las variables o categorías “tractoras” que impulsan los cambios hacia el futuro. Las tendencias son, por ejemplo, fenómenos que se vienen dando históricamente pero que, por sus características, están provocando cambios en la dinámica social, política, económica, cultural, etc., los cuales continuarán en el futuro.

Así, por ejemplo, la participación de la mujer en la vida social (estudiar, trabajar, votar, comprar, publicar, etc.) ha venido creciendo a lo largo de las décadas y esto lo ha venido cambiando todo (universidades con guarderías, mujeres conductoras, mujeres gobernantes, crece el mercado por el doble salario en el hogar, mujeres “influencers“, etc.). Así que, su participación creciente en la vida social, política y económica de un territorio, es una tendencia que delineará en parte el tipo de futuro que tendremos. La pregunta a responder entonces, es

¿Qué cariz tomará el futuro ante el hecho que la mujer será cada vez más independiente en su visión y desempeño social y político, más autónoma en lo económico, más educada en lo científico y tecnológico y más hábil en los escenarios laborales?

Entonces, las tendencias tienen historia (la participación de la mujer en la sociedad), las potencialidades son hechos en ciernes -fenómenos recientes-, pero contundentes (si apareciera hoy un extraterrestre, por ejemplo, cambiaría muchas cosas) y las rupturas son categorías que detienen a las tendencias (por ejemplo, el Brexit es un retroceso en la tendencia de la integración europea).

 

¿Por qué el uso de TIC y el auge de Internete se puede ver como una tendencia?

1. La evidencia histórica

Usuarios de Internet, celular y teléfono fijoEste gráfico muestra que, entre 1995 y 2010, el número de usuarios de líneas fijas de teléfono sólo creció en 1.7 veces, mientras que los de celular lo hicieron en 51 veces. De igual manera, los internautas pasaron de 40 millones a 2.044 millones de personas en el mismo período de tiempo.

Para demostrar que la tendencia no se detiene, veamos los siguientes datos:

usuarios de internet, celular y redes en 2020Con una población de 7,750 millones de habitantes en el planeta, en 2020 se estima que los usuarios de teléfonos celulares llegan al 67%, los de Internet al  59% y los de redes sociales ya casi alcanzan la mitad de la población mundial. En síntesis, es indiscutible que Internet y las TIC vienen expandiendo su influencia de manera acelerada por el planeta. Esta es la base (evidencia histórica) de una tendencia.

Sin embargo, las tendencias no son lineales, o sea, no avanzan a la misma velocidad en todas las regiones. Así que vamos a señalar una Ruptura, o sea, una variable que desacelera la evolución de la tendencia. ¿Qué puede hacer que Internet y las redes sociales no se expandan rápidamente? Como respuesta a esta pregunta, encontramos que el retraso económico (bajos ingresos) y particularmente el analfabetismo, son variables que alejan a la población de estas tendencias.

analfabetismo 2009

Este mapa (2009) muestra que son naciones africanas y algunas otras de la península indochina, además de Papua Nueva Guinea, las que presentan las mayores tasas de analfabetismo en el planeta. Dicho analfabetismo supera incluso el 70% en Burkina Faso o en Malí.

Si cruzamos este mapa con otro que distribuye los usuarios de Internet por el mundo (2012), encontremos que hay una clara correlación entre alto analfabetismo y baja cobertura de Internet:

internautas 2012No es coincidencia que los países con alto analfabetismo (africanos, península indochina) tengan color amarillo con una cobertura de Internet igual o inferior al 17% en el año 2012.

 

2 ¿Qué está cambiando con las TIC, redes sociales, Internet y telefonía móvil?

La velocidad del cambio hace que olvidemos pronto el pasado cercano. En la década de 1990 la máquina de escribir, los archivos físicos (carpetas, gavetas y bodegas repletas de cajas de cartón) el teléfono fijo y el correo impreso, aún hacian parte de la cotidianidad en casi todo el planeta. Conceptos como “correo electrónico” o redes sociales globales eran casi inexistentes.

En consecuencia, en los últimos 25 años han cambiado muchas cosas:

– La estructura y tamaño de las oficinas ha cambiado totalmente, a tal punto que ya hay muchas empresas que funcionan de manera móvil: un teléfono celular, un plan de datos y puedes ofrecer tus servicios desde el vehículo, la casa, la oficina propia o en co-working.

– Archivar documentos, facturar (pagar facturas) o responder correspondencia son actividades empresariales o personales que han cambiado totalmente. No tenemos carpetas repletas de documentos digitados y no necesitamos desplazarnos a ningún lugar para realizar estas actividades (operaciones en línea). Tampoco tenemos la música almacenada en discos de vinilo o compactos, no guardamos películas en caseteras o cualquier otro contenedor físico. Sencillamente se utiliza la memoria de un computador, de un disco duro externo o de un dispositivo móvil. Mejor aún, guardamos toda nuestra nformación en la nube. Espacio físico  para documentos u otra fuente de información (sonora o de video) es una categoría anacrónica. ¿Quieres ver una película a la carta? prende tu tv o tu dispositivo móvil.

– En consecuencia de lo anterior, la lectura se hace cada vez más digital. Por ello se repiensan los periódicos, las editoriales, las otrora casas disqueras, hasta las universidades. La lectura crece, pero no en formatos físicos. Incluso, ahora todos podemos ser autores; tan sólo prende tu computador y publica.

– El comercio electrónico vino para quedarse. Según fuentes mexicanas, éste crece 15 veces más rápido que la economía y según estudios europeos, el e-commerce representará el 17% del comercio mundial al detal.

– La educación virtual crece por el mundo, en Colombia instituciones como CEIPA Business School, tienen más de la mitad de sus estudiantes en modalidad virtual.

Y esta corta reseña sólo habla de cambios en la vida laboral y económica. Si pensamos en los impactos sociales (Facebook cuenta con más de 2300 millones de suscriptores, lo que equivale casi al 30% de la población mundial), políticos (a Internet se le endilgan responsabilidades en el referendo del Brexit, la elección de Donald Trump en Estados Unidos o el plebiscito del Acuerdo de Paz en Colombia), culturales (Netflix, conciertos via streaming), etc.; éticos (la formación de valores sociales y políticos, para bien o para mal, se está dando en un aula global, sin control sobre quién es el maestro y quiénes los alumnos -incluso, menores de edad-).nos dariamos cuenta que el mundo ha venido cambiando con estas transformaciones tecnológicas.

En síntesis, es evidente que Internet, la informática, la telefonía móvil y las redes sociales vienen cambiando al planeta. La pregunta de futuro, para poder hablar de una tendencia prospectiva es:

3. ¿Qué cariz tomarán la economía, la sociedad, la política y la cultura como consecuencia de la evolución de las TIC e Internet?

La industria 4.0, (big data, analytics, información en la nube, Internet of Thinks) hacen que cualquier dispositivo lanzado al mercado pueda conectarse a la red, integrando todo tipo de servicios que permitan a las personas hacer uso inmediato de toda la información recopilada, incluso, realidad aumentada en un ambiente de alta ciberseguridad. Y aquí estamos hablando de un futuro cercano -una década-.

El futuro de Internet permitirá conexión con otras tecnologías -fibra óptica y satelital- a velocidades muy superiores a las actualmente disponibles, permitiendo conexiones desde cualquier lugar del planeta. Según Google, el desarrollo del futuro implicará:

– Internet móvil que proporcione conexiones a todos los dispositivos;

– Red que asegure acceso en todo el planeta;

– Navegación de alta velocidad con grandes anchos de banda;

– Internet en la nube todo el tiempo disponible

– Comercio electrónico y personalización del comercio (acorde a cada perfil individual de los clientes)

– Disponibilidad de todos los servicios en la web; y

– Evolución hacia las redes sociales inteligentes.

Pero muy seguramente esta tendencia seguirá creciendo de manera desequilibrada entre diferentes grupos sociales y territorios, a la vez que enfrentará los inevitables cuestionamientos sobre la falta de control a los contenidos, los riesgos de ciberataques, el peligro en el que podrían ponerse los valores locales o tradicionales, a la vez que se pueda fortalecer el resurgimiento de doctrinas que han sido cuestionadas a nivel global (fascismo, racismo, neo-nazis, etc.)

¿Sociedad del conocimiento o conocimiento para el bien de la sociedad?

Estoy leyendo a George Friedman, un osado prospectólogo que se atreve a delinear escenarios de futuro para los próximos 100 años. ¡Y nosotros apenas tratando de pronosticar el precio del petróleo para el primer trimestre de 2018!

La lección que tomo de este tipo de autores generalmente me lleva a conclusiones parecidas: hay que mirar el mediano y el largo plazo. Por ello, quisiera reflexionar sobre algunos determinantes de los cambios en el mediano plazo, los cuales deberían ser tenidos en cuenta para planear el destino de nuestras empresas y de nuestra vida familiar y personal.

Sociedad del Conocimiento e Inteligencia Artificial.

Cada cierto tiempo (décadas), la tecnología da saltos que, gradual o aceleradamente, transforman nuestras formas de producir, de intercambiar y de consumir. El petróleo y los autos, hace un siglo ya, cambiaron al mundo -para bien o para mal-: se abandonó al carbón, se crearon las ciudades y nos volvimos sedentarios.

En la década de 1930, la televisión llegó a los hogares de Inglaterra y Estados Unidos, a partir de ese momento, la vida no fue la misma. No sólo se desplazó a la radio, sino que la cotidianidad adquirió nuevas dimensiones. La educación y la diversión fueron empacadas en esa pequeña caja, haciendo más sedentaria aún nuestra vida y proyectando valores desde diferentes puntos del planeta.

Con la informática, la llegada del Internet y la telefonía móvil -hasta los Smartphone-, el mundo se ha encogido. Especialmente desde la década de 1990, cuando los dispositivos y el Internet se masificaron en los hogares, estamos viviendo cambios acelerados que aún no logramos procesar.

Lo primero que ha sucedido es que la forma de trabajar cambió radicalmente. Todo lo hacemos en línea, somos inútiles si no tenemos Internet, no sabemos trabajar sin un dispositivo y, además, ahora trabajamos 7/24 porque llevamos nuestra oficina en el bolsillo. Nos guste o no nos guste, esa es la realidad.

binario mundo

Pero esos cambios son sólo la punta del iceberg. El bosque de cambios que estamos sembrando apenas ha dado pequeños frutos. La cosecha que nos espera es enorme:

Los vehículos sin conductor son una realidad del presente que se expandirá aceleradamente en el futuro. Este fenómeno va a cambiar no solamente la movilidad (menos accidentes y más velocidad promedio gracias a la ausencia del factor humano) sino que también alterará el mercado laboral: el transporte público no requerirá de conductores, por ejemplo.

Analytics, minería de datos, Inteligencia Artificial. Estos son vocablos ya comunes en la academia y en el mundo empresarial. La capacidad tecnológica de recoger datos, acumularlos, procesarlos, analizarlos y deducir respuestas (propuestas, diagnósticos, recetas, etc.) alrededor de aquellos, transformará radicalmente nuestra forma de vivir y trabajar. Qué todos nuestros dispositivos se conecten entre sí, qué el refrigerador reporte cuando un producto se agota (Internet de las cosas), qué tu proveedor de películas y otros programas de diversión te haga sugerencias “a la medida” no será ciencia ficción. Es una realidad del presente.

Pero, seguramente lo más impactante será el hecho que la Inteligencia Artificial destruirá millones de empleos. Esto suena catastrófico, pero es una realidad. Así como la máquina de escribir dejó sin trabajo a los caligrafistas, el campero a los arrieros o la talanquera electrónica a los porteros de parqueaderos, todo indica que muchas funciones que hoy realizan profesionales serán ejecutadas por la Inteligencia Artificial. Todo aquello que adquiere algún nivel de rutina, es absorvido por estas “máquinas inteligentes” que procesan y analizan datos. Los diagnósticos de la medicina general, los asientos contables, la docencia magistral, la operación bancaria, el ensamblaje de bienes, hasta el acarreo urbano (drones en lugar de mensajeros) no requerirán de talento humano. La lista es más larga.

qualcomm

¿Qué hacer?

Esta pregunta se la tienen que hacer los políticos, los empresarios, los educadores y cada individuo con respecto a su vida personal y familiar.

Los políticos y los empresarios tienen que resolver el dilema que da vida a la contradicción fundamental del capitalismo, tal  y como lo explicaba Marx: el choque entre los intereses del capital y los del trabajo. Esto significa que cada empresario en particular sería muy feliz al no tener que contratar más trabajadores (menores costos laborales) pero que las agremiaciones empresariales no sabrían qué hacer ante el hecho que millones de personas pierdan su capacidad de comprar bienes y servicios. En otras palabras: ¿producir para quién? Como lo dice un clásico maestro de la economía “un robot puede producir un coche, pero no puede comprarlo“.

Los educadores tenemos que preguntarnos ¿qué debe aprender el hombre del futuro? ¿para qué los estamos formando? Como señalaba Martí, la labor de la educación es formar para la vida. Hace rato se viene cuestionando a los centros de educación por poner su foco sólo en las necesidades laborales: formar para el trabajo, no para la vida. Sin embargo, ya sea para la vida en sentido estrecho (trabajo) o en sentido amplio (el trabajo, la familia, los sueños, la estética, la ética, etc.), los currículos deben revisarse a fondo. No podemos seguir preparando personas para que aprendar a hacer lo que harán las máquinas y mucho menos para que sean espectadores pasivos del cambio (bueno o malo): ¿cómo proteger el planeta? ¿cuáles son los mayores retos de la humanidad, las prioridades? ¿qué sentido darle a la vida? Son muchas preguntas que no se deberían  delegar a las máquinas. Estos nuevos retos conllevan darle al estudiante un rol más protagónico desde el diseño mismo de los planes de estudio hasta los procesos evaluativos.

¿Y los ciudadanos? En el plano laboral la tarea es “hacerse imprescindibles” ¿Esto qué significa? es nuestra capacidad de análisis, nuestro sentido de pertenencia con la Misión y la Visión, nuestra iniciativa, creatividad y espíritu emprendedor, lo que hará que sea pertinente nuestra presencia en una organización. ¿Lo demás? para eso nos apoyaremos en las máquinas inteligentes.

procesos mecanicos

Pero ¿y nuestra vida personal y familiar? Esa es la gran pregunta. La inteligencia artificial, si no lo reflexionamos a fondo, también puede hacer artificial nuestra vida. No deseo con este último comentario desdeñar los aportes de la tecnología a la calidad de vida (salud, educación, transporte, etc.) sino que busco dejar la inquietud sobre la importancia de reflexionar los nuevos retos axiológicos de la humanidad en esta sociedad del conocimiento: revalorar la convivencia y solidaridad, dar definición al respeto a la diferencia (tolerancia), potenciar la preocupación por el deterioro de la naturaleza (agua, aire, bosques, otras especies animales).