Paz en Colombia y estabilidad política en Venezuela: un buen negocio.

Traductor (translator): Andrés Cardona Montoya

See english version: http://www.elcolombiano.com/blogs/lacajaregistradora/?author=2

 

Colombia y Venezuela viven procesos políticos trascendentales. El primero incursiona en un nuevo intento por culminar el legendario conflicto armado entre el Estado y la guerrilla de las FARC. Al otro lado de la frontera, los venezolanos van a las urnas para decidir si continuan con el proyecto político denominado “socialismo del siglo XXI” o si dan un giro de 180* y le permiten a la oposición presentar una alternativa a los casi tres lustros de gobierno chavista.

Tanto el tema de la guerra y la paz, como el del clima político venezolano son fenómenos de vital importancia para la estabilidad, el crecimiento y el desarrollo de la economía colombiana.

El fin de la guerra: motor para un campo próspero y unas urbes más viables.

Las primeras conclusiones que se han planteado frente al conflicto armado se pueden sintetizar en tres: el gasto militar no se reducirá, la paz implicará un un incremento del gasto público -por décadas- para compensar a las víctimas pero, a la vez, aportará entre 1% y 3% al crecimiento del PIB. La no reducción del gasto militar se explica en parte porque perviven otros factores desestabilizadores como las BACRIM y el narcotráfico.

Si bien, el aporte al PIB (de 1 a 3%) se puede considerar un argumento bastante sólido para apostarle a la negociación, se hace necesario revisar un poco más para darnos cuenta que los efectos posibles tienen que ver no sólo con el crecimiento sino, especialmente con el desarrollo socio-económico. La guerra ha traido muchos males y uno de ellos, trascendental por la estructura demográfica nuestra, ha sido el de la migración del campo a la ciudad. Esta situación ha conllevado el deterioro de nuestra economía rural y el surgimiento y desarrollo de cordones de miseria en las ciudades.

El fin de la guerra deberá detener esta ola migratoria, elevando el potencial del campo como sector económico, mejorando el abastecimiento de alimentos, impulsando nuevos sectores para incursionar en mercados internacionales y mejorando, en consecuencia, la calidad de vida en las ciudades, con planeamientos urbanos más adecuados y financieramente sostenibles.

Incluso, el país en los últimos años ha logrado ser un imán que atrae capitales extranjeros, pero éstos se han dirigido especialmente hacia el sector minero y hacia la industria de servicios financieros y de telecomunicaciones. El fin del conflicto podría reducir el nivel de riesgo, mejorar la calificación de nuestro país, creando un nuevo polo de atracción para el capital extranjero que financie la producción de alimentos, de materias primas de origen vegetal y animal y de biocombustibles. Las ventajas comparativas de buen clima, buena tierra y mano de obra laboriosa, podrían ser el germen para crear ventajas competitivas a partir de un campo que se modernice, que se tecnifique y que de paso a una agroindustria con vocación exportadora.

Venezuela: (potencial) socio estratégico.

En materia económica, por décadas, Venezuela ha sido fundamental para la economía colombiana. La crisis de relaciones comerciales que vivimos actualmente ha sido un duro golpe para el desarrollo económico de nuestro país. A pesar de que las exportaciones al mundo han crecido, incluso desde la salida de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), cualitativamente hablando, el daño no ha sido compensado.

¿Por qué decimos que no ha sido compensado el daño? porque Venezuela era el mayor importador de manufacturas colombianas -productos con valor agregado-, mientras que el crecimiento de las exportaciones al resto del mundo ha sido fundamentalmente de commidities de origen minero. No olvidemos que antes de que Venezuela abandonara la CAN, este país importaba el 80% de los vehículos que nuestro país vendía al exterior -equivalente al 20% de las importaciones de Venezuela a Colombia-, y el 50% de las confecciones que exportábamos al mundo -16%del total de sus compras a Colombia-.

En esta tabla se evidencia la importancia de la CAN como mercado para nuestras manufacturas. Para el resto del mundo, Colombia es un productor de café, flores, bananos y productos de origen minero.

Venezuela era nuestro segundo socio comercial como país -desagregando a la UE-; de hecho, para los departamentos fronterizos -Santander, Norte de Santander y Arauca, era fundamental en muchos frentes económicos -no sólo comerciales-  y era motor de empleo industrial para otras regiones como el Valle de Aburrá.

Igualmente, la salida de Venezuela de la CAN ha debilitado al bloque. El mayor eje comercial de este ambicioso acuerdo de integración era el intercambio colombo-venezolano, seguido del colombo-ecuatoriano. Perú tiene sus mirada puesta en los mercados mundiales de productos mineros y Bolivia tiene mucha dependencia del Mercosur.

Tal vez la CAN no sea un gran acuerdo de integración económica, a pesar de que ambiciona crear una Unión Aduanera. Pero muchas naciones del mundo hoy consolidan su posición en los mercados a través de los bloques a los que pertenecen. Mantenernos aislados nos debilita en la capacidad de negociación en foros como el de la OMC. Allí, se ha gestado, por ejemplo, un G-20 agropecuario para enfrentar los intereses rurales de Estados Unidos  y la Unión Europea, y en ese grupo no está Colombia.

Las cosas con Venezuela, desde la perspectiva económica, no andan por su mejor rumbo. Pero este vecino es un socio estratégico que debemos recuperar. Independiente de los resultados de los comicios del próximo 7 de octubre, a nuestra economía le conviene una estabilidad social y política en el vecino país. Retomar el camino de las buenas relaciones es una estrategia fundamental para el desarrollo social y económico de Colombia.

La historia nos cuenta que en otras épocas los colombianos migraron a Venezuela buscando “el dorado” ante la falta de oportunidades en nuestra tierra. Si bien, en el largo plazo las migraciones enriquecen las culturas, en el corto y mediano afectan la solidez del desarrollo de las ciudades y a veces traen problemas de inseguridad. Una crisis social en Venezuela podría traducirse en una ola migratoria inversa, para la cual no estamos preparados, ya que nuestro crecimiento actual se fundamenta en sectores poco intensivos en trabajo y en el auge del subempleo; a la vez que podría descompensar el equilibrio demográfico que se comience a generar si llega la paz al campo colombiano.

Lupa Empresarial: Integración y Cooperación Internacional

Acaba de ver la luz, el  número 14 de la Revista Lupa Empresarial de CEIPA. En esta oportunidad, la publicación presenta varios artículos que reflexionan sobre diversas experiencias relacionadas con la internacionalización de las empresas y con la dinámica de los organismos internacionales que se han gestado en la dinámica de la globalización.

Llaman la atención los artículos presentados por las analistas Pamela Curvale y Cynthia Cabrol, quienes desnudan algunos de los mayores retos que enfrentan los procesos de integración y cooperación de las naciones en vía de desarrollo y, particularmente, en América Latina.

De un lado, la llamada Cooperación Sur-Sur debe superar grandes barreras asociadas a la debilidad institucional, la falta de experiencia y la ausencia de una tradición fuerte en integración entre países subdesarrollados. Por otra parte, se muestran las debilidades del Mercosur, ya que sus integrantres son renuentes a abrir camino a niveles de supranacionalidad.

De otro lado, aparecen dos artículos de corte jurídico: sobre Propiedad Intelectual y Derechos de Autor. La Dra. Rocío González estudia la importancia del tema en las pymes, a la vez que la licenciada argentina Lina Hartel presenta un análisis sobre los retos que enfrenta el sistema multilateral que se ocupa de los ADPIC, cuando el objeto de negociación tiene que ver con la cobertura global en salud pública y el acceso a los medicamentos.

Por último, se presenta una reseña literaria del libro de Antoine Van Agtmael, “El siglo de los mercados emergentes”, el cual hace una revisión integral de los factores que podrían explicar el éxito de empresas que nacieron en países en vía de desarrollo exitosos, como los BRIC, Argentina, Corea, Suráfrica o México, entre otros.

 

Higher Education Reform in Colombia: What is at stake?

Versión en español:  http://www.elcolombiano.com/blogs/lacajaregistradora/?p=811

Traductor: Andrés Fernando Cardona Ramírez.

 

Colombia is a country that occupies unremarkable places in of the two indicators measuring global Welfare: Competitiveness and Income Distribution.

When referring to competitiveness, our country is noted weaknesses in infrastructure, innovation and legal environment. Regarding income distribution, Labor Minister, Rafael Pardo, pointed out that 14 million Colombians do not have a decent job. In addition to this, the Colombian minimum wage is among the lowest in South America and education coverage is far from the average level of developing countries like ours.

However, competitiveness and income distribution are not always compatible. In other words, they may not be under certain ideologically conceived points of view. These will take part in the discussion that will re-start in the country about the future of higher education.

If we talk about competitiveness, there is a variable that has a fundamental weight: entrepreneurship. The success of many of the emerging markets leading the locomotive of the world economy today is due in large part to the emergence and consolidation of new industries: new firms in knowledge-intensive sectors, companies that add value to their processes, goods and services as a central strategy for success.

In terms of entrepreneurship, the Universities are doing a lot, but achieving little. Venture has become a commonplace word in colloquial university talk, especially with the powers of administration and the like. It abounds classes of entrepreneurship, teaching how to formulate business plans and contests that reward the best formulated plans. But, at the same time, we do less and less to deepen the foundations of entrepreneurship: innovation.

The number of new engineering students is declining, which is a discouragement to deepen in mathematics, physics, chemistry and biology.  It’s not that we should all be biologists or mathematicians. But a country that wants to be competitive, or a company that claims to be innovative, requires massive think tank to patent new products, design new processes, model new products or services and register software that solves societal needs. And that is not achieved without these sciences. Even a country like Colombia, that has great power in agriculture, agribusiness and natural resources, has few resources dedicated to research, development and study in careers that deal with the rural world and the environment.

If we look at the bulk of business plans that are developed in universities, we find they are based on ideas that have to do with business or traditional industries, marketing, couture, food processing or restaurants and other venues for trade in mass consumption goods. This is not bad, but the reality is that this situation shows how narrow the entrepreneurial universe of our university students truly is, and, more critically, most of these enterprises are not based on structured processes of innovation and the proposed aggregate value tends to be superfluous.

Colombia is a country that does not invest in research and technology. We don’t excel in patents and licenses. Those who go at the head of the pack in competitiveness do: Germany, Korea, Japan, China. In fact, if we look at the research groups that COLCIENCIAS classifies, few stand out for patents, registrations of new software or products or even spin offs. It’s not bad to have books or articles published in indexed journals, fortunately some thrive on this front, but there is an imbalance in the distribution of the few resources devoted to research and innovation.

But the university is not a machine that produces skilled labor. The University is the setting in which the future of a country is outlined. And we are at a turning point in world, and national history: industrialized society, follower of a strong consumerist philosophy, is in crisis, the country is in the midst of a pivotal moment paying dues for what has been one of its biggest karmas of the past half century: armed conflict, also, after 20 years, the Colombian political system, like that of our South American neighbors, seems to be undergoing a great transition. What is the response of the Universities to address these challenges? What type of country will we build for the challenges in Human Rights, Political Participation, Environment, Competitiveness and Culture, for example?

I bring up the last point so I can ask about the ethical, aesthetic, political and humanistic formation of our collegians. The university is called to form well rounded citizens and in its core, ensure openness to diverse speech, to metaphors and political reflections. In the past 20 years, university education systems seem to have fallen into the realm of realist paradigm: individualistic pragmatism and inflexible, lacking social commitment, oblivious to the political concerns, and closed to reading alternative views.

So, if we are to reform the education system to raise our competitiveness and improve income distribution in an environment that shapes humans with faculties of grownup quality as Kant says, not just laborers, the question is how are you going to finance it?

Universal coverage on quality education is not a minor undertaking. In Colombia out of every 100 students who enter college, only 50 graduate. And out of 100 young people that complete high school, only 35 enter college. And let’s not go back any further, because even on the road between high school and elementary school, are just as many broken dreams along the way. In other words, the investment that needs to be made for this purpose is of comparable magnitude to the reform of the social security system or the law of reparation for victims of armed conflict. Because the problems facing higher education do not begin there … but take off in early childhood and pre-school.

It was not for our benefit that the U.S., during the FTA negotiations, put on the table the requirement that the Universities be profit organizations…  our partners point out a huge potential business. Although Colombia did not accept said requirement, the fact that Santos’s government, in the initial proposal, included private investments to fund the future of education, shapes an idea of ​​who have been the instigators of the reform.

Young students: back to reading Keynes, Prebisch, Marx, Ricardo and Friedman so you can participate in the debate.

2013: year of global recession?

Texto en Español: 2013: ¿año de la recesión global?

Translator: Andres Fernando Cardona Ramírez

The world economy is closing one of the worst epochs in its history. Since 2008 there has been no noticeable trend of sustained economic recovery. What began as the real estate debacle of the U.S. (the subprime bubble), became a financial crisis in North America and Europe, which has not allowed the world to leave behind the recession that began in the last quarter of 2007. Five years after the world economic cycle began its downturn, it appears that we will continue moving downhill.

For countries like Colombia, as well as other emerging markets in Latin America and East Asia, which came quickly from the crisis and have had satisfactory performance in the last three years, this information is relevant because the signs show that the deterioration of the economy of the industrialized countries will inevitably slow down the entire planet.
This is the engine that drives us into a global recession:

1. Europe’s stalled recovery. The crisis in Greece, Spain and Italy and the low growth in France has become the priority of economic policy in the Eurozone. Consequently, like an orchestra that responds to the direction of the Germans, these countries are in an adjustment process that seeks to reduce the fiscal deficit and the cost of public debt, which means public spending is reduced, with the usual recessive effects.

While increasing the heterodox speech requires that adjustments be accompanied by expansionary Community policies, such as issuing Eurobonds to face the market that has retained the premium debt of these countries at unacceptable levels, the reality is that the orthodoxy, led by Angela Merkel, continues to gain momentum by imposing an inflexible model of contractionary measures that seek to reduce the deficit at all costs.

 2. United States does not sustain its economic recovery. The U.S. economy has shown some positive signs but these are unstable. While the unemployment rate has lowered in this country, and there are indications that Americans are turning less and less to social security to seek help for unemployment, the confidence of consumers and investors is not stable, indicating that economic recovery is not solid in the short term.

Now, the fact that this is an election year and that Obama does not have majorities in both chambers (Senate and House of Representatives), implies that the structural measures that must be implemented are to be delayed until next year. In other words, the U.S. economy needs the gears of growth to be greased, but the political environment does not allow immediate action.

3. The slowdown in China. The engine of global growth, despite the crisis in Europe and North America, has been the Asian colossus. China has achieved sustained growth rates close to 9% during these years, which, accompanied by a greater stability of Latin American and Asian countries, has buoyed the economy in the world. But the fuel is running out for emerging markets. A sustainable global growth is not possible without the participation of countries with the highest income level in the world, the industrialized nations.

The world economy is a system in which Europe, Japan and North America remain the leaders in brand management, innovation, engineering design and management of marketing, but now, large multinational firms have made a “world trade of tasks” , where parts and component production is delegated to the emerging markets and the assembly of industrial goods to China. In this process, India deals with service tasks, especially after sales. But the Chinese market is not growing at the speed required, therefore, as long as Europe and America do not recover, the Chinese locomotive has to cool its engines or there will be an insufficient global market to sell everything that is processed. If not, the overheating of its economy will be inevitable.

4. The fall prices of commodities. Many Latin American countries- mainly Argentina, Colombia, Peru, Ecuador, Bolivia and Venezuela-, have built growth around exports of raw materials. Increased and sustained demand from China and other emerging markets for commodities have ensured a trade surplus in our economies, which has become an engine for attracting foreign investment, mainly focused on the mining sector. But the slowdown of China’s economy will inevitably cool the raw material prices, which will significantly affect our growth.
Moral: we were not shielded from the 2008 crisis, we are not shielded from the looming recession and cannot be shielded for any other crisis, because the global economy is a system where we all affect each other. But a consistent counter-cyclical macroeconomic policy, accompanied by a model of development that reduces dependence on the extractive economy, encouraging industries that are intensive in science, technology and innovation, and promoting the expansion of the domestic market, would make our ship more resistant to global market turbulence.

2013: ¿recesión global?

English translation: 2013: ¿year of global recession?

Traductor: Andrés Fernando Cardona Ramírez.

 

La economía mundial está cerrando uno de los peores lustros de su historia. Desde 2008 no se percibe una tendencia sostenida de recuperación económica. Lo que inició como la debacle del sector inmobiliario en Estados Unidos (la burbuja de las subprime), pasó a ser una crisis del sector financiero en Norteamérica y Europa, hecho que no permitió que el mundo abandonara la recesión que se inició en el último trimestre de 2007. Cinco años después de que el ciclo económico mundial comenzara su fase recesiva, todo indica que seguiremos moviéndonos cuesta abajo.

Para países como Colombia, al igual que otros mercados emergentes de América Latina y el este asiático, los cuales salieron rápidamente de la crisis y han tenido un desempeño satisfactorio en los últimos cuatro años, esta información es relevante porque las señales muestran que el deterioro de la economía de los países industrializados inevitablemente desacelerará a todo el planeta.

Esta es la locomotora que nos empuja hacia una recesión global:

1. Europa no se recupera. La crisis de Grecia, España e Italia y el bajo crecimiento de Francia, se han convertido en la prioridad de las políticas económicas de la Eurozona. En consecuencia, como una orquesta que responde a la batuta de los alemanes, estos países se hallan en un proceso de ajuste que busca reducir el déficit fiscal y el costo del endeudamiento público, para lo cual se reduce el gasto público, con los consabidos efectos recesivos.

 Si bien se expande el discurso heterodoxo que exige que los ajustes se acompañen de políticas comunitarias contracíclicas, como la emisión de eurobonos, para enfrentar al mercado que ha colocado la prima de deuda de estos países en niveles inaceptables, la realidad es que la ortodoxia, liderada por Angela Merkel, sigue ganando el pulso, imponiendo un modelo inflexible de medidas contraccionistas que buscan reducir el déficit a cualquier precio.

2. Estados Unidos no sostiene su recuperación económica.  La economía norteamericana ha enviado algunas señales positivas pero éstas son inestables. Aunque el desempleo ha cedido en este país, y hay indicios de que cada vez menos norteamericanos acuden a la seguridad social para buscar ayuda por cesantía laboral, la confianza de consumidores y de inversionistas no es estable, lo que indica que la recuperación económica no es sólida en el corto plazo.

Ahora, el hecho de que este sea un año electoral y que Obama ya no cuente con mayorías en las dos cámaras (senado y cámara de representantes), conlleva que las medidas estructurales que se deban implementar se aplacen hasta el próximo año. En otras palabras, la economía norteamericana necesita que se aceiten las locomotoras del crecimiento, pero el ambiente político no permite que se tomen medidas inmediatas.

3. La desaceleración de China. El motor del crecimiento mundial, a pesar de la crisis en Europa y Norteamérica, ha sido el coloso asiático. China ha logrado sostener tasas de crecimiento cercanas al 9% durante estos años, lo que, acompañado por una mayor estabilidad de los países latinoamericanos y asiáticos, ha mantenido a flote a la economía del mundo. Pero el combustible se le acaba a los mercados emergentes. No es sostenible un crecimiento global sin la participación de los países que tienen el nivel de ingresos más alto del mundo: las naciones industrializadas.

La economía mundial es un sistema en el cual Europa, Japón y Norteamérica siguen siendo los líderes en el manejo de marcas, innovaciones, diseños de ingeniería y gestión de marketing, pero ahora, las grandes firmas multinacionales han desplegado un “comercio mundial de tareas”, donde se delega a los mercados emergentes la producción de partes y componentes y a China el ensamblaje de bienes industriales. En este proceso, India cumple tareas de servicio, especialmente postventa.  Pero, el mercado chino no crece a la velocidad requerida, en consecuencia, mientras Europa y Norteamérica no se recuperen, la locomotora china tiene que enfriar un pocos sus motores porque no hay suficiente mercado mundial para vender todo lo que se procesa. De no hacerlo, el recalentamiento de su economía sería inevitable.

4. La caída de los precios mundiales de commodities. Muchos países latinoamericanos -Argentina, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia y Venezuela, principalmente-, han fincado su crecimiento en las exportaciones de materias primas. La creciente y sostenida demanda por parte de China y otros mercados emergentes de commodities, han garantizado un superávit comercial en nuestras economías, el cual se ha convertido en motor para atraer inversiones extranjeras, focalizadas principalmente en el sector minero. Pero, la desaceleración de la economía china inevitablemente enfriará los precios de las materias primas, lo que afectará sensiblemente nuestro crecimiento.

Moraleja: no estábamos blindados en la crisis de 2008, no estamos blindados para la recesión que se avecina y no es posible estar blindados para ninguna otra crisis, porque la economía global es un sistema donde todos nos afectamos recíprocamente. Pero, una política macroeconómica consistente y anticíclica, acompañada de un modelo de desarrollo que reduzca la dependencia de la economía extractiva, incentivando a sectores que sean intensivos en ciencia, tecnología e innovación, y promoviendo la expansión del mercado doméstico, haría de nuestra barca una nave más resistente a las turbulencias del mercado global.