De la Guerra de Monedas a la Guerra Comercial: proteccionismo a la vista.

La FED acaba de anunciar que liberará 600 mil millones de dólares al mercado. El país dueño de la “máquina” de emisión de dólares, hará uso de su monopolio para financiar las políticas de reactivación económica. En otras palabras, el Banco Central le presta dinero al gobierno para que gaste y así estimule la demanda, la producción y el empleo en Estados Unidos. Hasta ahí todo va bien.

Pero, la economía es global. Nada que suceda en Estados Unidos va a pasar desapercibido en el resto del planeta. Lo que hace Estados Unidos no es otra cosa que reactivar el círculo vicioso acción-reacción que, en últimas, retrasará la recuperación económica global. Veamos esquemáticamente a qué nos referimos:

Estados Unidos crea dinero (dólares), en consecuencia, por la alta oferta de liquidez, se mantienen bajas las tasas de interés en Estados Unidos.  Los inversores buscan otros mercados de capitales de renta fija que tengan tasas de interés más altas: Europa, Japón y los mercados emergentes reciben más dólares.

Consecuencia cambiaria: la sobreoferta de dólares hace que se revalúen el Yen, el Euro y las monedas de los mercados emergentes (incluido Colombia). El Yuan de la china no se revalúa porque está anclado al dólar

Consecuencia Comercial: se abaratan más los productos norteamericanos y chinos y se encarecen los productos del resto del mundo.

Medidas de ajuste: ante la medida tomada por Estados Unidos, los demás países reaccionan con medidas que buscan contrarrestar los efectos de la política monetaria norteamericana. Las medidas pueden ser:

1. Los bancos centrales bajan sus tasas de interés de referencia (todos tratan de hacer esto),

2.  Los gobiernos gravan las entradas de capitales de corto plazo o establecen barreras administrativas como por ejemplo, limitar los plazos de permanencia de los capitales especulativos (Brasil).

3. Los gobiernos esterilizan sus propios ingresos de divisas (el gobierno colombiano no monetizará en el corto plazo un porcentaje de sus rentas petroleras, las dejará temporalmente en el exterior)

4. Los gobiernos hacen sacrificios fiscales (reducir déficit) para no presionar las tasas de interés con el endeudamiento público (algunos gobiernos de Europa, tal vez).

Hasta acá, la punta del iceberg. Si esta guerra de monedas no se resuelve prontamente con un “pacto de caballeros” del G-20 (qué, a propósito, se reune esta semana), entonces vendrá la artillería pesada: Proteccionismo comercial. En otras palabras, restricciones a las importaciones recíprocas entre los tres grandes centros de la economía mundial y los Mercados Emergentes puede ser el paso siguiente de esta crisis. Aranceles más altos, contingentes de importaciones y exigencias de restricciones voluntarias de exportaciones, estarán a la orden del día en la mesa de negociación geo-económica mundial.

En los actuales momentos, donde el Sistema Multilateral de Comercio, regido por la OMC, no ha logrado cerrar satisfactoriamente la Ronda de Doha que comenzó hace 10 años, nada puede ser más nocivo que una guerra comercial.  Esta puede ser peor que la actual guerra de monedas, y arrastraría a la economía mundial a una segunda recesión en menos de tres años.

¡¡¡¡A subir el dólar!!!!!

El gobierno acaba de anunciar dos medidas fundamentales para frenar la revaluación del peso. ¿De qué estamos hablando?

En septiembre de 1999, el dólar por primera vez superó la barrera de los dos mil pesos,hoy, 11 años después, la divisa alcanza mínimos históricos. Veamos la TRM en un día de septiembre de los últimos once años:

99 00 01 02 03 04
2013 2216 2328 2828 2879 2600
05 06 07 08 09 10
2290 2399 2013 2105 1951 1801

El dólar tiene un valor nominal (o sea, medido en pesos, no en poder adquisitivo o capacidad de compra) equivalente al que teníamos a comienzos de 1999, más o menos. De hecho, la divisa norteamericana ha estado en cotizaciones más altas, como lo muestra la tabla. Su crecimiento sostenido llegó a 2360 pesos y la zozobra política, asociada a la especulación, la llegó a colocar cerca de los tres mil pesos (año electoral 2002).

Si no lo  miramos nominalmente, sino en términos de poder adquisitivo, entonces, tenemos un panorama mucho más impactante: nunca un dólar había tenido tan poca capacidad de compra en Colombia. En otras palabras, hace once años, cuando un dólar tenía una tasa de cambio similar a la actual, su poder adquisitivo era mayor, o sea, un exportador con dos mil pesos, hace once años compraba muchos más bienes y servicios que en la actualidad –¿cuánto ha subido la inflación en este tiempo?-. En síntesis, el dólar no sólo está muy barato nominalmente, sino, especialmente en términos reales, o sea de su capacidad de compra.

Si miro este tema desde la medición de nuestra riqueza, podemos decir que el salario mínimo colombiano ha crecido en dólares. En la década de 1980, el salario mínimo de un colombiano era equivalente a 100 dólares más o menos, hoy está cercano a los 300. El ingreso total y el per-capita de los colombianos han subido comparativamente, si se les mide en dólares.

Por eso hoy los colombianos podemos viajar al exterior con una mayor capacidad adquisitiva o comprar productos importados más baratos, con nuestros mismos salarios. Pero, si lo miramos desde la orilla del empresario, sus costos han subido. Hoy los salarios que paga, en dólares son más altos, y sus costos de producción, medidos en la divisa americana, han subido. En otras palabras somos más caros, menos competitivos.

El dilema es, ¿cómo desestimular la entrada de dólares a una economía que todavía tiene muchos problemas sociales que resolver?. Para ello, el gobierno colombiano ha anunciado dos sabias medidas:

Frenar la entrada de  parte de sus ingresos por exportaciones de petróleo, o sea no monetizar a pesos, parte de las divisas que obtiene por regalías de exportaciones de petróleo.

Menguar el déficit fiscal. Para ello, acelerará la desaparición de una exención del impuesto de renta.

Sabias medidas, correctas medidas. Pero no por ello, menos dolorosas. Bajar el déficit fiscal reduce las presiones inflacionarias que genera el Estado y estimula la tasa de interés hacia abajo –el gobierno pide menos dinero prestado-. Pero, aquellos que se beneficiaban de las exenciones tributarias ahora asumirán la carga plena de sus impuestos. Unas son de cal y otras son de arena. Esperemos que esto logre frenar la caída del dólar que, aunque es una tendencia global, está pegando especialmente fuerte en Colombia.

Amigo lector: ¿qué opinas? ¿vamos bien así?, ¿se debe hacer algo más?

Los Mercados Emergentes: ¡Ha muerto el rey, qué viva el rey!

Se ha vuelto lugar común decir que Estados Unidos está en proceso de decadencia como potencia económica mundial y que China será el próximo rey. No sería extraño, pues, antes fue Inglaterra la potencia y previamente lo había sido el Reino de España.

Los cambios silenciosos que vive el mundo desde las últimas décadas parece que empiezan a hacerse notorios. La consolidación económica de los tigres asiáticos, el fortalecimiento de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), el cada vez más evidente éxito de China y la consolidación mundial de ciertas empresas de Chile, Suráfrica, México y Argentina, dan una idea de que algo está pasando en el ajedrez geo-económico mundial: del Sur están emergiendo las nuevas potencias de la economía mundial.

Veamos con datos esta nueva realidad: Según la Dirección de Estadísticas del FMI, las exportaciones desde países industrializados hacia los mercados emergentes se incrementaron en un 376% durante el período 1985- 2005. Esto da una idea no sólo del hecho que los tigres asiáticos y los BRIC están produciendo y exportando hacia el resto del mundo sino que, ellos mismos, fruto de su contundente éxito, se están convirtiendo en mercados muy atractivos para los productores del resto del mundo.

Según Goldman Sachs, citado por Antoine Van Agtmael en su libro El siglo de los mercados emergentes, los BRIC (ver gráfico) tendrán, para el año 2040, un PIB superior al del G-7.  Incluso,  para el 2030, quince países emergentes ya habrán superado al este club de las siete potencias mundiales.

BRIC: Brasil, Rusia, India y China, están llamadas a ser las economías más poderosas del presente siglo.

La explicación es relativamente sencilla. En la actualidad el mundo desarrollado (Europa Occidental, Norteamérica, Australia y Japón) tiene 15% de la población  global pero, en cambio, es propietario de casi el 75% del PIB mundial. Sin embargo, en las últimas décadas, China e India, los países más densamente poblados del mundo (aproximadamente 35% de la población mundial) están creciendo sus economías a tasas cercanas al 10%., lo que se traduce en aumento de sus exportaciones hacia el resto del mundo, especialmente  Europa, Norteamérica y Japón, lo que se traduce en un crecimiento de su riqueza y, por lo tanto, en un aumento de la capacidad adquisitiva de su población.

En otras palabras, con las maravillosas tasas de crecimiento de China y la India, la acelerada expansión económica de los tigres asiáticos y Chile, el repunte de Brasil (que tal vez crecerá más de 7% este año) y los excelentes precios de los combustibles (que benefician a Rusia, México y  Nigeria), los países emergentes (ver mapa) se convertirán en los mercados más importantes de la economía mundial en las próximas décadas.

Mapa de Mercados Emergentes: estos países, con China, India, Corea y Brasil a la cabeza, son las economías de mejor crecimiento económico en las últimas décadas.

Solamente imaginemos al 85% de la población mundial (países emergentes) teniendo un sostenido crecimiento de su ingreso per-cápita. He allí los compradores del futuro…cercano.

Colombia internacional: ¿mito o realidad?

Hace dos décadas Colombia dio inicio a su “Apertura Económica”. Después de 20 años, hay suficientes argumentos para preguntarnos hacia dónde nos ha llevado esta “internacionalización” de la economía colombiana.

Hay razones para preocuparse. La apuesta de nuestra internacionalización se apoya en doctrinas que predican: apertura de nuevos mercados, generación de valor agregado, innovación y desarrollo. Pero hoy, la economía colombiana sigue enfrentando retos fundamentales que fueron planteados a finales del siglo pasado. Veamos:

  1. Diversificación de oferta exportadora.

Según estas cifras de DANE y DIAN, citadas por el Ministerio de Hacienda, las exportaciones manufactureras colombianas han tenido un mal desempeño desde mediados de 2008. Según estos datos, sólo en el primer semestre de 2010, las exportaciones manufactureras habrían caído casi 8%. Y la explicación es  muy simple: caída en las exportaciones a Venezuela.

                                       Gráfico diseñado por Minhacienda

En otras palabras, exceptuando el mercado venezolano, Colombia le exporta al mundo, fundamentalmente, materias primas. O sea, que en 20 años no hemos logrado una verdadera diversificación de nuestra oferta exportadora y, por ello, una crisis binacional se traduce en caídas tan representativas.

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¿Qué hacer para que el dólar suba?

Foto Cortesía

A comienzos de 2002, el precio del dólar superaba los 2.300 pesos; con la coyuntura electoral del momento, la incertidumbre por el proceso de paz con las Farc y un creciente mercado especulativo de divisas, el precio de la moneda norteamericana llegó a alcanzar los 2960 pesos en el segundo semestre del mismo año.

Sin embargo, superada la zozobra del caldeado ambiente político, la divisa comenzó un vertiginoso descenso que la coloca en la actualidad por debajo de los 2000 pesos. En consecuencia hoy hablamos de una crisis de revaluación que afecta a los exportadores, al turismo receptivo y al productor nacional que enfrenta una fuerte competencia extranjera, al aprovecharse de la fortaleza de nuestra moneda.

Esta situación, que se ha vuelto crónica (8 años de ininterrumpida revaluación) genera varias preguntas que amerita discutir:

¿Debe el Banco de la República tomar medidas más agresivas para frenar la revaluación o esperar y permitir la autorregulación del mercado?

¿Sería sano para la economía colombiana que se colocaran barreras a las entradas de capitales de corto plazo (los llamados capitales golondrina)?

¿Se debe tomar alguna otra medida?