El caso Saludcoop, enfermedad de un bebé que nació sin defensas: La Seguridad Social en Colombia.

El descubrimiento de mafias que se habrían encriptado en el Sistema de Salud en Colombia, tendiendo una maraña que enreda a diversos niveles e instituciones, incluido el mismísimo Ministerio de Seguridad Social, y la reciente intervención en Saludcoop, son virus fuertes que atacan a un organismo con un débil sistema inmune: La Seguridad Social en Colombia.

Según Rofman y Lucceti, en las sociedades tradicionales las familias se hacían cargo de los mayores y los desvalidos. Pero, con el desarrollo del mercado laboral, la reducción del tamaño de las familias y el envejecimiento de la población surgió la necesidad de una propuesta alternativa para este problema. Una definición clásica W. Beveridge) asume la Seguridad Social como la abolición del estado de necesidad de los individuos, asegurando a cada ciudadano en todo tiempo, una entrada suficiente para hacer frente a sus necesidades.

En los modelos de economía de mercado regulados por el Estado (como los que existen, con diferencia de grado, en casi todos los países del mundo) el salario de los empleados es el principal garante de la Seguridad Social y es complementado con los ahorros para jubilaciones, desempleo (cesantías) y salud.

Salud y Pensiones: análisis comparativo entre Colombia y el mundo

Mientras en los países industrializados la cobertura de seguridad social es cercana al 100% en los Países Menos Avanzados –PMA- ésta no llega al 10% y, en promedio, en el mundo sólo el 25% de la población está protegida.

Las reformas realizadas en América Latina, a partir de la apertura económica, y que en Colombia se comenzaron a materializar con la ley 50 (cesantías) y la ley 100 (salud), han tenido un objetivo fundamental: priorizar la seguridad social de los colombianos a partir de la universalización de la cobertura.

Sin embargo, América Latina es un pésimo ejemplo de equidad en materia de acceso a salud. Según la OPS casi una cuarta parte de los latinoamericanos no tiene acceso a ningún servicio de salud y sólo el 50% cuenta con algún seguro de salud. Para la CEPAL, en Guatemala o Ecuador, el 30% de los gastos en salud van dirigidos a la población de mayores ingresos y sólo el 12% a los más pobres.

Según un estudio realizado por la U de A, la Procuraduría General de la Nación, la UIS y Colciencias, la cobertura en salud ha crecido significativamente en Colombia, pero el hecho de que las personas tengan un carnet (cotizante, beneficiario o SISBEN) no garantiza que obtengan atención de calidad. Las empresas prestadoras de servicios colocan barreras para controlar los costos en un sistema que no tiene al ser humano como centro, tal y como lo exige la Constitución.

El tema pensional es el otro gran pilar del Sistema y el comportamiento demográfico del mundo acrecienta las dificultades. En materia de pensiones Colombia ofrece uno de los peores indicadores de la región. Según el estudio de Lucceti y Rofman, los colombianos mayores de 65 años que gozan de un beneficio pensional no llegarían al 20% (para el año 2005) pero se reconoce que el indicador ha mejorado desde los años 90s. Sin embargo, en Argentina, Brasil o Uruguay, la cobertura de beneficiarios adultos rodea el 80%. Aunque en Argentina la tendencia es negativa, contrario a lo que pasa en el resto de la región.

Las fuentes del problema:

Según Rofman y Lucceti, en la última década del siglo XX, sólo 41% de los asalariados colombianos estaban aportando a la seguridad social y para 2005, este indicador aún no llegaría al 45%. Si medimos el dato en términos de Población Económicamente Activa, PEA, o sea, en edad de trabajar y que necesita empleo,  apenas el 20% de la PEA estaría cotizando. Lo más crítico, desde la  óptica de financiación del sistema, es que el número de personas ocupadas y de PEA que cotizan al sistema, en lugar de aumentar ha disminuido.

Según el DNP para el año 2006, 16 millones de colombianos contribuían al régimen de salud y 70% de los no contribuyentes gozaban del servicio subsidiado. Para el 2010, la meta del gobierno nacional era llegar a 100% de cobertura subsidiada (23 millones de personas, aproximadamente), contra 17 millones de contribuyentes.

También es destacable que incluso en el sector público se presenten elementos de informalidad. En casos como Argentina o Colombia, cerca del 20% de los trabajadores aparecen como no cotizantes. Eso evidencia que incluso el Estado incrementa los contratos de prestación de servicios y proveedores, en lugar de empleados vinculados laboralmente.

Contrario a lo que pasa en Colombia, en Chile y Costa Rica -referentes ideales de la región- cerca del 60% de la PEA está cotizando y, en el caso de trabajadores asalariados, el dato se aproxima al 80%.

Empleo Formal: eje de la solución.

Se pueden aplicar correctivos que se justifiquen matemáticamente como son el incremento en la edad de pensión, el alza en el valor del aporte por parte de trabajadores y/o empleadores, el establecimiento de copagos a los servicios o la reducción del monto de las mesadas. Incluso, es necesario luchar contra la corrupción en el sector para optimizar los recursos, pero un hecho es contundente: con la tendencia a un desempleo estructural superior al 10% y la informalización del empleo -ya sea por el subempleo, la masificación de contratos por prestación de servicios o a través de empresas de temporales-, el Sistema de Seguridad Social que nos soñamos con la Constitución del 91 nunca será una realidad.

El problema principal de los Sistemas de Seguridad Social es la relación inversa entre la cantidad de empleos bien remunerados y el número de personas que requieren de sus servicios. No es viable un Sistema de Seguridad Social que dice centrarse en el ser humano si, mientras la expectativa de vida de la población aumenta, no se estimula la creación de empleos formales y bien remunerados.

El régimen de Seguridad Social Colombiano es relativamente joven, aún  no cumple 20 años, pero hace parte de un sistema más complejo: el productivo. Si la economía no crece, (pero no nos referimos a las exportaciones de commodities de la minería, sino a la industria, a los servicios, a la agricultura diversa); y, en consecuencia, si no aumentan los empleos y los salarios altos, derivados de más productividad y competitividad de nuestras empresas, el Sistema de Seguridad Social de cobertura universal y justo nunca llegará a ser adulto.

¿Es éste el inicio del reinado de los Mercados Emergentes?

Se ha vuelto lugar común hablar de los Mercados Emergentes, de los BRIC y otras siglas que recogen la erupción de una nueva fuerza económica. Fuerza económica que se hace más visible con la crisis financiera que ha debilitado a los tres grandes centros del mercado mundial: Europa Occidental, Estados Unidos y Japón. Los referentes del crecimiento son China, India, Brasil y otros países que emergen como locomotoras de la economía mundial.

Veamos a continuación, una reseña que he escrito para la Universidad Nacional de Rosario sobre el libro de Antoine Van Agtmale “El Siglo de los Mercados Emergentes”, el cual se insinúa como una guía para inversionistas quienes aún no ven oportunidades de negocio más allá de los tres grandes centros de la economía mundial. Con este objetivo, Van Agtmael envía varios mensajes aclaradores que buscan descubrir el potencial que representan los países del Sur para la economía global.

Reseña Bibliográfica del Libro: VAN AGTMAEL, Antoine (2007). El Siglo de los Mercados Emergentes. Cómo una nueva clase de empresas de talla mundial se está tomando el mundo. Norma, Bogotá, 489 páginas.

Resumen de la Reseña:

– Aunque su autor a veces cae en el reduccionismo al pretender sobrevalorar los actos voluntaristas de gerentes de empresas exitosas que, otrora, fueron insignificantes, la verdad es que esta obra realiza una minuciosa “arqueología” de datos para explicar cómo un cierto número de países, y particularmente algunas de sus empresas, han entrado al “hall de la fama” de la economía global.

– El libro es una reflexión prospectiva que abre la puerta a nuevos estudios sobre el futuro de la economía mundial. Aunque insuficientes, los datos contundentes que presenta el libro dan clara idea de tendencias (factores de cambio) de los mercados mundiales, que desplazarían sus líneas de demanda del Norte hacia el Sur.

– Evidentemente la solidez de tal argumentación reboza las expectativas del libro. En una combinación entre desarrollo tecnológico y transformación demográfica del mapa mundial, se funde una nueva categoría: mano de obra barata, en acelerado proceso de cualificación y guiada por empresarios y gobernantes emprendedores.

– El impulso inicial que dieron autoridades nacionales y/o regionales para promover cierto tipo de industrias, aunados a los bajos costos de mano de obra, son sólo el comienzo de un sistema de estrategias que privilegian la inversión en investigación, tecnología e innovación; una actitud emprendedora por parte de los directivos de las florecientes empresas, y la valoración de las marcas.

– Pero, no todos los casos son iguales, cada experiencia tiene sus particularidades derivadas del momento histórico, del país y del tipo de industria.

– La segunda parte del libro, que se extiende a través de diez capítulos, es una reseña detallada, compleja y profunda de 25 casos de exitosas empresas de mercados emergentes.

– Aunque el posicionamiento de la marca es muy relevante en todos los casos, ya que es una categoría fundamental para ser empresa de talla mundial, el libro destaca cómo para Lenovo, Samsung y Concha y Toro este tema fue fundamental, con la particularidad que no en todos los casos se recurrió a la misma estrategia para lograr el éxito.

– Por último esta segunda parte del libro culmina con una detallada reseña de un mercado que se ha visto principalmente como un ícono de la gran industria occidental: el cine y la televisión. La expansión del cine chino y de Taiwán, la consolidación de Televisa en el mercado de las telenovelas en todo el mundo y, especialmente, la creciente producción cinematográfica de la India, dan muestras de que algo está cambiando en el mundo de los medios de comunicación, particularmente en el nicho del entretenimiento.

Para terminar la obra, el autor presenta en un anexo final el perfil financiero de cada una de las 25 empresas analizadas. Seguramente de una juiciosa revisión se podrán extraer nuevas conclusiones que motiven mayores discusiones e investigaciones sobre el futuro de la economía mundial y particularmente sobre los cambios en su cúpula. En otras palabras ¿será el siglo XXI, el de las economías emergentes?, ¿será el Sur el nuevo “norte” de la economía mundial?

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[ 1 ]. Reseña elaborada por Giovanny Cardona Montoya, economista de la Universidad Estatal de Kiev (Ucrania), Magister en Política y Economía Internacional de la Universidad Externado de Colombia y Maestrante de la Universidad Nacional de Rosario. Docente – Investigador del CEIPA, Colombia.

Érase una vez Chernobyl

Hace 30 años, por esta misma época primaveral del hemisferio Norte, me encontraba yo en Kiev. Todo parecía normal, el año académico estaba en su última etapa, comenzaba a florecer la ciudad y se acercaba el puente festivo del 1º de mayo. Lejos estábamos de imaginarnos que un riesgo mortal se incubaba a unos 100 kilómetros de la ciudad. El accidente en el 4º reactor de la estación nuclear de Chernobyl pendía como espada de Damocles sobre la vida de millones de europeos de la otrora Unión Soviética y algunos de sus países vecinos. De hecho, nos enteramos de la catástrofe cuando el Kremlin tuvo el deber de dar respuesta a las inquietudes que desde Suecia se presentaban con respecto a un incremento inusitado de niveles de radiación en aquel país escandinavo.

Años después, la crisis de Fukushima, al conmemorar las “bodas de plata” de Chernobyl, debe hacer pensar nuevamente a los políticos, a los empresarios y a los expertos sobre las implicaciones ambientales y planetarias del consumo ilimitado y de la búsqueda acelerada y “salvaje” de fuentes alternativas de energía.

Las preguntas que surgen en la actualidad no sólo tienen que ver con la producción de energía o el desarrollo de alternativas diferentes a los combustibles fósiles. Adicionalmente hay que destacar:

1. Los accidentes producidos en reactores nucleares (de los cuales, Chernobyl y Fukushima son los más conocidos pero no los únicos) demuestran que la tecnología moderna aún no es capaz de controlar los monumentales daños que aquellos pueden producir. Según la OMS, los afectados por la radiación de Chernobyl superan los 5 millones y, aunque fuentes oficiales rusas y ucranianas hablan de 10.000 muertos, Greanpeace asegura que el número de fallecidos supera los 100.000. Pero, lo destacable es que la magnitud de los daños es monumental a pesar de que la energía nuclear sigue siendo una fuente menor.

2. El creciente consumo frente a la capacidad limitada del planeta. Los economistas y los hacedores de políticas públicas hemos permitido que por décadas, tal vez siglos, se deje al crecimiento del PIB como eje del Desarrollo Económico -significativo ejemplo es el de la expansión de los llamados mercados emergentes-. Pero, los problemas ambientales del presente muestran que el ilimitado Crecimiento Económico es un verdadero riesgo para la sostenibilidad del Desarrollo: ¡vivimos en un planeta de recursos limitados!

3. La búsqueda permanente por el control de las fuentes de energía, particularmente las fósiles, explica en gran medida la dinámica de las mayores crisis geopolíticas del mundo. No es casual que en el último siglo, los mayores conflictos bélicos focalizados se hayan realizado en el Medio Oriente y Norte de Africa, o que a Rusia y Estados Unidos les preocupe tanto la situación política del Caucaso. Estas son dos de las regiones que poseen las mayores reservas de petróleo y gas del mundo.

4. ¿Se da suficiente importancia a la búsqueda de nuevas fuentes de energía que sean ambientalmente limpias? La producción de energía limpia implica grandes inversiones con retornos en el largo plazo. El tema aún está en los niveles de la ciencia (innovación) y de la tecnología (implementación). Hay hallazgos económicamente inviables y hay temas aún sin explorar. En el caso de la viabilidad económica estamos encontrando externalidades gigántescas: de un lado, la producción de biocombustibles de primera generación reduce la frontera agrícola de alimentos y, del otro, se hace necesario mantener el precio de los combustibles fósiles en niveles elevados, para hacer viable la inversión en energías limpias.

Sean, este momento conmemorativo, 30 años de Chernobyl, y la actual crisis ambiental y económica de Japón, escenarios propicios para una gran reflexión económica: la economía de mercado no puede seguir de espaldas a la realidad ambiental. Más que continuar con la línea de crecimientos ilimitados, la política económica debe moverse en dos direcciones pertinentes: mejorar la capacidad de distribución de la riqueza y asegurar la sostenibilidad del desarrollo.

TLC Estados Unidos-Colombia: ¿panacea o quimera?

Comencemos este ensayo contestando a la pregunta planteada en el título: el TLC con Estados Unidos no es una panacea para el crecimiento de la economía colombiana, pero tampoco se puede negar que hay sectores ganadores que se beneficiarían significativamente con  su ratificación.

Pero, todo debe tener su verdadera medida. El TLC tiene implicaciones “ofensivas” y “defensivas”. Las ofensivas tienen que ver con los sectores exportadores que ingresarán al mercado norteamericano sin el pago de aranceles. En este grupo se encuentran principalmente los rubros que durante dos décadas se han beneficiado del ATPA y ATPDEA. O sea, para estos sectores, dentro de los que se destacan los de la cadena textil-confección, el TLC es la garantía de poder entrar permanentemente al mercado norteamericano con franquicia arancelaria, y no tener que estar “mendigando” periódicamente la preferencia, como sucede actualmente con el ATPDEA. Aunque poco se puede hablar de diversificación de exportaciones, gracias a la preferencia.

Adicionalmente, esas preferencias de largo plazo tienen un costo: los sectores colombianos que pueden salir afectados por la competencia de productos norteamericanos en el mercado nacional. Tal es el caso de productos agrícolas como carne de pollo, maíz, arroz, entre otros. En este caso hay dos atenuantes de importancia: los subsidios del agro norteamericano que pueden generar competencia desleal pero, de otro lado, la gradualidad con la que se liberarán estos sectores, lo que le da tiempo a los productores colombianos para prepararse.

Adicionalmente, así como el ATPDEA no transformó nuestro país, el TLC no será una panacea. Incluso, México que lleva más de 15 años en el NAFTA es un ejemplo de lo que estamos planteando. Verdaderamente las exportaciones mexicanas se han disparado y Estados Unidos se ha consolidado como el gran mercado de los productos “manitos”. Pero, el desarrollo mexicano aún deja mucho que desear, este país se ha convertido en un gran exportador de mano de obra barata, lo que se traduce en empleos crecientes pero no muy bien remunerados.

Por lo tanto, si bien el TLC con Estados Unidos impactará de manera importante al comercio exterior colombiano, nuestros empresarios y el gobierno deben valorar también otras opciones que tenemos en la actualidad:

TLC con la Unión Europea. Europa es nuestro segundo mercado a nivel mundial y haber firmado este tratado nos coloca en igualdad de condiciones con respecto a competidores de Africa, Asia y  América Latina que ya gozaban de esta preferencia.

Acuerdo CAN-Mercosur. Latinoamérica es un mercado muy importante para el mundo. En el caso colombiano, Venezuela y Ecuador han tenido históricamente mucho peso en nuestra balanza comercial. Brasil y Argentina son dos de los mercados emergentes más atractivos del mundo y, por último, Chile es un país que tiene grandes intereses comerciales en la región. Digamos que Suramérica es el segundo mercado más importante del país austral…por algo será.

Tratados comerciales con China y demás países asiáticos: este es el coloso que más crece en el mundo. Hay que mirar hacia el Asia, que hoy maneja más del 50% del comercio mundial. Colombia debe priorizar su salida al pacífico. No sólo se trata de ingresar al APEC, en lo que está empeñado el gobierno colombiano, sino que hay que revisar nuestro plan de desarrollo con respecto al puerto de Buenaventura, al departamento del Chocó y al Darién: vías de acceso al Pacífico e infraestructura portuaria, Carretera Panamericana y Canal Interoceánico.

Para cerrar, es importante decir que el tema CAN-Mercosur debería ser mirado con mayor profundidad. La posibilidad de crear una Unión Aduanera suramericana tiene muchas implicaciones políticas y económicas. Pero, de avanzarse en esa dirección, estaremos creando un bloque suramericano con una gran capacidad de competir en los mercados mundiales. Pero, para ello, debemos mirar geopolíticamente y geoeconómicamente a nuestra región, este no es sólo un tema comercial.

Commodities: nueva perspectiva para países no industrializados

Introducción:

El comercio mundial de mercancías se puede dividir en dos tipos de productos exportables: commodities y manufacturas. Los primeros son materias primas, o sea productos sin procesar  –minerales, vegetales, carnes, etc.-, los segundos son el resultado de su transformación: confecciones, calzado, electrodomésticos, etc.

La realidad histórica y las teorías sobre ventajas competitivas han demostrado que los países que salen del subdesarrollo y logran mejores estándares de vida son aquellos que agregan valor a sus mercancías y no los que ofrecen commodities. Sin embargo, en la actualidad, el tema ha adquirido connotaciones particulares que llevan a nuevas y significativas reflexiones.

1.       Producción de combustibles fósiles.

Los países productores de petróleo, gas y sustitutos fósiles han visto como, en la primera década del presente siglo, sus ingresos por conceptos de exportaciones se han incrementado de manera significativa.

Producción, Consumo y Balance del Petróleo Año 2001
En miles de barriles diarios
EEUU
Medio Oriente
Europa
Producción
7.717
22.233
6.808
Consumo
19.633
4.306
16.093
Superávit-Déficit
-11.916
17.927
-9.285
Este gráfico muestra que Europa y Norteamérica, a comienzos del siglo, cuando el precio del combustible aún oscilaba por debajo de los 40 dólares el barril, ya evidenciaban ser altamente dependientes de la importación del combustible fósil. Datos tomados de http://rcci.net/globalizacion/2003/fg323.htm

Ya es conocida la historia de esta primera década del siglo XXI: el mercado infló una burbuja que colocó barriles de petróleo por encima de la barrera de los 145 dólares. Aunque aquella estalló, el crudo nunca retomó los precios de la década pasada. Para mediados de enero de 2011, el Brent del Mar del Norte -petróleo de referencia para Europa, rondó los 100 dólares por barril.  En el mismo sentido, el West Texas -referencia para este hemisferio- superó los 90 dólares a comienzos del presente año -según datos de http://www.paisminero.com.-

La respuesta natural a esta dinámica ha sido diversa: aumento de la producción doméstica en Norteamérica y Europa, incremento de exploraciones y explotaciones en otras regiones del mundo y acelerado dinamismo de la producción de biocombustibles. Sin embargo, la OPEP sigue siendo propietaria de la mayor parte de las reservas mundiales de petróleo:

En esta dinámica, países como Rusia, Irán o Venezuela se han convertido en fundamentales actores de la geoeconomía global. la sigla BRIC, recurrentemente citada en nuestro blog, vincula a  4 mercados emergentes que tienen un gran dinamismo y que son mirados con interés como referentes del crecimiento de la economía mundial. Sin embargo, mientras China e India son grandes consumidores del combustible debido a su extraordinario crecimiento industrial, Rusia se hace visible es precisamente por el beneficio de los altos precios del petróleo y el gas, ya que este país euro-asiático es uno de los poseedores de mayores reservas mundiales.

Esta situación pone sobre el tapete una realidad que desdice parcial y temporalmente de la desvalorización que la teoría de las ventajas competitivas ha hecho de las economías especializadas en la producción de commodities. Es un hecho que el mercado de combustibles tiene un inusitado crecimiento y que las economías exportadoras gozan de una bonanza de mediano plazo que les permite financiar sus programas de desarrollo.

Sin embargo, es claro que la industria de extracción no genera los suficientes empleos y que su futuro se reduce a algunas décadas, aunque nadie se atreva a precisar una fecha para el agotamiento de las reservas del planeta. O sea, las posibilidades de desarrollo sostenible están sujetas al aprovechamiento que se haga de esta bonanza en materia de programas y proyectos de diversificación económica y desarrollo de  nuevas capacidades instaladas (recurso humano e infraestructura, principalmente).

2. Producción de bio-combustibles.

Los commodities se han revalorizado por la ecuación producción de alimentos – producción de biocombustibles. Si hasta hace algunas décadas a los países especializados en el agro se les podía asociar claramente con subdesarrollo, la realidad de la economía mundial parece mostrar otro panorama: el agotamiento de combustibles fósiles y la relativa escasez de tierras cultivables han creado una nueva economía rural. Hoy los precios de los commodities agrícolas tienen unos vigorosos precios y las tierras aptas para producir biocombustibles se aprecian de manera importante.

El tema no es ajeno a controversias. Según la UNESCO -Portal del agua-, en la actualidad, para producir un litro de biocombustible se requieren 2500 litros de agua. Esto no sería problema si no fuera porque la producción de biocombustibles apenas cubre un pequeño porcentaje del consumo mundial de combustibles. En cambio, la implementación de los planes existentes para la expansión de su producción y consumo, requieren de varias decenas de millones de hectáreas cultivables.

Comentario Final:

Es un hecho que los países reconocen en la producción de biocombustibles una seria alternativa al agotamiento de petróleo y gas. Esta realidad no sólo incide sobre el mercado mundial de combustibles, sino que está afectando de manera importante al de productos del campo. En la medida que la frontera agrícola se desplaza hacia combustibles, en lugar de alimentos, los precios mundiales de los commodities agrícolas mantendrán una tendencia al alza.

Sobre este tema no está dicha la última palabra, pero los países ricos en minerales y con potencial agrícola tienen una oportunidad de oro para impulsar su desarrollo y elevar los niveles de bienestar de la población.