La decisión más difícil, de Nick Cassavetes

Amor filial y muerte

Por: Oswaldo Osorio

Las películas con enfermos de cáncer en su argumento inevitablemente despiertan sospechas. No se puede negar que el tema casi siempre se ha prestado para sensiblerías, cargados melodramas y golpes de efecto argumentales.  Pero ocurre que el director de esta película tiene un apellido con abolengo, que si bien esto no siempre es garantía de calidad, con frecuencia tiene algún significado, sobre todo si se trata del hijo de la principal figura de la historia del cine independiente norteamericano: John Cassavetes.

Sin embargo, Nick no sólo tiene apellido, si bien su obra está muy lejos del gran legado que su padre dejó al cine, ha sido realizada con entereza, aún bajo las reglas de Hollywood, y es dueño, al menos, de una pequeña joya de cine: She’s so lovely (1997). Esta nueva cinta parecía otra más de las que ha hecho adscritas a un género, en este caso al subgénero court room movie, o película de estrados judiciales: La niña que demanda a sus padres y todas las discusiones éticas y emocionales que este planteamiento y su esquema conllevan.

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