Alone, de John Hyams (2020)

El monstruo detrás del hombre

 “Reconozco el miedo cuando lo veo, la gente cree que puede ocultarlo, pero no de mí”. 

 

Mario Fernando Castaño

La presente crítica hace parte de una serie de reseñas recopiladas en el libro Carretera al Infierno y que pertenece a la vez a la cuarta edición del Festival de Cine Fantástico y de Terror de Fantasmagoría que se presentó en el mes de octubre de 2022 en diferentes salas de cine de la ciudad de Medellín, un evento que cada vez toma más fuerza y presencia a nivel no solo nacional, sino latinoamericano, apoyando a directores y nuevas promesas que apuestan sus esfuerzos creativos y su pasión al séptimo arte con sus películas y cortometrajes enfocados en el género del terror.

Y ya entrando en la ruta arrancaré diciendo que ya hace mucho tiempo Charles Perrault advirtió a modo de moraleja en su Caperucita Roja (1697) acerca de los peligros de salir solo en el bosque a merced de todo lo malo que esto conlleva, la amenaza constante de lo que acecha en la oscuridad y lo que resulta en el riesgo de confundir la valentía y la autosuficiencia con el exceso de confianza. El monstruo caracterizado en un lobo, oso o león en diferentes culturas en donde se adaptó este relato, no era otra cosa más que disfrazar la maldad humana. La fila de acosadores, psicópatas y trastornados en la literatura y en el séptimo arte es larga y esto ha generado que se presenten diferentes clichés que logran que el mensaje principal se desdibuje. Se necesitaba entonces y hasta sin pedirlo una cinta que refrescara estas tramas, que dejara en el público la sabia y antigua advertencia de no enfrentarse solo a lo desconocido, haciendo uso de una ingeniosa mezcla entre lo predecible y lo inesperado, esta cinta es Alone de John Hyams.

Este director estadounidense ha estado al frente de diferentes producciones, no muy renombradas pero que tuvieron un fuerte eco recientemente con la serie Black Summer (2019), una historia que ha tenido una muy buena aceptación por dar un giro fresco y diferente al género zombie, en la que él no solo dirige, sino que también es su creador, en donde su fortaleza es encontrar el punto exacto en el que el espectador se identifica con sus personajes  en un ambiente que, aunque ficticio, roza la realidad de una manera muy convincente. Y esto es lo que precisamente sucede con Alone, estrenada en 2020, narrando un survival que no solo se intuye como una trama repetida, sino que además es un remake de la película sueca, Gone (2011).

Primera recomendación, no ver el trailer, es un inmenso spoiler alert. La historia se desarrolla en un ambiente que podría ser una road movie de terror, pero que cambia de tiempos en cuatro escenarios que parten la narración de forma dinámica, comenzando con el bosque y el camino que como un puente nos lleva hacia él, un sitio que puede ser nuestro aliado y enemigo, un hermoso y a la vez amenazante  paraje que como metáfora de la vida nos muestra que todo lo bueno y lo malo puede suceder en ese lugar. Y es ahí donde el personaje de Jessica (Jules Wilcox) interpreta a una recién viuda que escapa de su pasado y hasta de las personas más cercanas para enfrentar un destino incierto con una actitud entre coraje, esperanza y desesperación. No es spoiler decir que el lobo no tarda en aparecer,  representado por el actor Marc Menchaca una mezcla extraña entre Flanders de los Simpsons y un Kiefer Sutherland desquiciado sacado de la película Freeway (1996), que se percibe como una persona aparentemente normal y corriente encerrando al temible monstruo humano que podría cruzarse con nosotros en nuestra cotidianidad.

La química entre estos dos personajes logra que el espectador no solo logre identificarse con las reacciones del protagonista, sino también con las del villano, esto imprime una dosis de credibilidad pocas veces vista. La lógica y la sencillez del desarrollo de la trama y sus inesperados giros apoyan el realismo, nos hace pensar en el qué haríamos en una situación similar, qué decisiones tomaríamos en un punto crítico, hasta dónde nos llevaría la locura y la valentía, todo por vivir un día más. Alone es el  resultado de mezclar con inteligencia y experiencia maravillosas películas que abrazan estas temáticas como pueden ser Duel (1972), The Hitcher (1986), Road Games (1981) o Breakdown (1997), pero esta vez el molde es roto con escenas de acción intensas y una trama atrapante, asegurando una satisfactoria sustentación al título del filme y hasta provocando una nueva moraleja, si ya no hay más remedio que evitar las adversidades, entonces enfréntalas con garras y dientes…hasta el último suspiro.

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