Junio 23 de 2008. La ciudad del cine de verano. Exterior. Día.
LA cartelera está hecha un asco, puro cine de vacaciones, el cine de verano gringo. Spielberg sigue ordeñando a Indiana Jones, Narnia es la peli fantástica diseñada para hipnotizar con crispetas y efectos especiales a los infantes y adultos infantilizados del mundo, mientras Sex and the City y el Agente 86 son la prueba de que Hollywood, cada vez más, tiene que recurrir a refritar lo que ya se ha quemado en la TV.
De todas formas, voy de mala gana al cine, aunque sea a ver al vejete de Harrison Ford hacer de duro y a la cara de caballo de Sara Jessica Parker (como le dijeron en Ed Wood) a dárselas de sexy. Yo sé que es pura basura de Hollywood. Pero me traiciona mi espíritu vagabundo y reciclador. Algo bueno puede salir de tal bazofia, suele suceder, porque de eso está lleno el cine de aquel vano imperio, de polvo de estrellas que se hace pantano o de basura que, bien mezclada, termina contribuyendo a esa mitología que tanto nos gusta y que nos pone a escribir diarios en blogs donde no nos pagan nada.