Sherlock Holmes, de Guy Ritchie

Una película nada elemental

Por: Oswaldo Osorio

El cine de Guy Ritchie siempre ha sido chicle mental y narrativo. Sólo se disfruta mientras se saborea, mientras está en la pantalla. Pero su falta de profundidad y seriedad la compensa con un gran talento narrativo, una ingeniosa concepción visual y una cínica y divertida manera de crear personajes e historias. En otras palabras, se trata de un cine que ofrece entretenimiento de calidad, con un refinado manejo del lenguaje del cine –muy efectista, eso sí- y con un estilo propio e inconfundible.

Del personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle se han realizado un centenar de versiones, entre seriales y películas, tanto para cine como para televisión. Pero ciertamente Sherlock Holmes es un personaje sólo para fanáticos fieles, porque ya él por sí solo es una fórmula repetida hasta el cansancio y gastada desde hace décadas. Por eso una nueva versión necesitaba ser una puesta al día y con un enfoque diferente. Y efectivamente, Guy Ritchie hizo lo necesario para conseguirlo.

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