50 Festival Internacional de Cine de Cartagena

Pálidas bodas de oro

Por: Oswaldo Osorio

Medio siglo de vida es un período muy significativo como para ser condescendientes con el festival más prestigioso del país. Es cierto que sigue siendo el principal punto de encuentro del cine nacional, también que su conjunción de actividades lo hace el más completo e importante y que en los últimos años ha mejorado sustancialmente, pero lo que deberían ser cincuenta años de experiencia acumulada no se vieron de forma cabal en esta última versión.

Son muy grandes sus dos principales problemas como para no empezar por ellos. El primero es la calidad de las proyecciones. Las películas son la razón de ser de un festival, pero el público que las vio y los cineastas que las mostraron muy pocas veces salieron satisfechos de las funciones. En la sala sede, el Teatro Heredia, su capacidad es limitada y, sobre todo, no es un lugar apto para proyectar cine iberoamericano, por las deficiencias de su sistema de sonido.

Mientras que en las salas de Cine Colombia, el festival nunca supervisó las funciones, a cargo, al parecer, de los peores proyeccionistas del país, pues sistemáticamente hubo problemas de sonido, enfoque, formato, cuadro y hasta una película fue proyectada de cabezas.

El segundo problema tiene que ver con la organización. Esperar el primer día tres horas por la escarapela de acreditación ya era un mal augurio. La queja permanente de muchos invitados especiales e internacionales fue la invisibilidad de los organizadores y la falta de acompañamiento por parte del festival. Pero en general se trata de una inexplicable discontinuidad con la experiencia del pasado, como si cada nueva versión fuera realizada por un equipo de trabajo diferente, repitiendo de forma sistemática los errores del pasado.

A pesar de las fallas en las proyecciones, lo mejor del festival, sin duda, fue el cine que se pudo ver. Parece una afirmación obvia, pero no lo es, porque hasta hace unos años la presencia de las películas en el festival no era garantía de su calidad. No obstante, en esta nueva versión pocas fueron las decepciones, tanto los títulos en competencia como las distintas muestras sostuvieron en general el nivel de un festival de calidad.

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