O el cine infantilizado
Por: Oswaldo Osorio
Hubo un tiempo en que el cine comercial, en Hollywood especialmente, era el que ahora consideramos como el cine clásico. Los grandes estudios y los directores con talento no diferenciaban mucho entre una película comercial y una con altas cualidades cinematográficas, aunque sí distinguían el cine para adultos del que era hecho pensando en los niños. Tal situación, probablemente desde los primeros éxitos de Lucas y Spielberg, ha cambiado radicalmente, y esta nueva película de los hermanos Wachowski es la mejor prueba de ello.
Los mismos realizadores que se atrevieron a darle un giro al cine negro haciendo que lo protagonizara una pareja de lesbianas (Bound, 1996) y que cambiaron el cine de acción reciente con la saga de Matrix, ahora crean un producto, que si bien parece tener esas mismas intenciones de llevar el cine a un nivel inédito en el aspecto visual y cinemático, en su argumento y concepción de fondo es una película que hunde aún más a la industria del cine en un desconcertante proceso de infantilización.