El puente aéreo humanitario de Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, fue interrumpido de nuevo a causa de disparos contra los aviones de las Naciones Unidas. Las fuerzas bosnias gubernamentales parecen preparar una nueva ofensiva a la ciudad, lo que ha provocado inquietud en la ONU. El aeropuerto entró en alerta roja, una medida que impide el aterrizaje de cualquier tipo de avión.
Tras 23 meses de asedio, dos ancianos fueron los primeros en cruzar el puente Fraternidad-Unidad que separa el Sarajevo controlado por los musulmanes de los barrios en posesión de los serbios, marcando así el fin relativo del sitio de Sarajevo, capital de Bosnia. El puente fue uno de los puntos de combate más encarnizados. Miles de personas que no habían visto a sus familiares en meses pudieron reunirse con ellos.
En un acto de protesta contra el reajuste del transporte urbano de pasajeros y el alza en artículos de primera necesidad, estudiantes y ciudadanos promovieron violentas pedreas y saqueos de almacenes en Cali. Los hechos dejan tres millones de pesos en pérdidas, 47 heridos y 400 detenidos. La Policía trató de contener a los manifestantes extremistas, ubicados en las principales vías de la ciudad.
Aunque el teatro de la capital de Bosnia, Sarajevo, fue destruido durante los combates entre musulmanes y croatas, los músicos de la orquesta de esa ciudad tocan sus notas sobre sus escombros. Entre tanto, disidentes de las fuerzas del presidente bosnio, Alija Izetbegovic, declararon provincia autónoma a la región de Bihac.
Mientras los presidentes de Croacia y de Bosnia, Franjo Tudjman y Alia Izetbegovic, respectivamente, firmaban en Bosnia-Herzegovina un acuerdo para el cese inmediato de las hostilidades entre las fuerzas croatas y musulmanas, en Sarajevo se disfrutaba un período de calma que ha hecho que la población pueda gozar de maravillas como tomar un café en la Avenida de los Francotiradores, llamar por teléfono o contar con algunas horas de electricidad. En la foto, tres militares dejan por un tiempo los fusiles.
El director del hospital en el centro de Sarajevo, en Bosnia Herzegovina, afirmó que entre un 30 y 50% de los 380 mil habitantes de la ciudad sufre de algún síndrome mental ocasionado por estrés postraumático. Muchos de ellos comenzaron a sufrir pesadillas tras presenciar las dantescas escenas de la guerra, masacres y francotiradores. Los síntomas recuerdan la agonía de los veteranos norteamericanos de la guerra del Vietnam que no pudieron readaptarse a la vida cotidiana cuando regresaron de la guerra. Alrededor de 8.500 personas han muerto en Sarajevo desde que fue sitiada por los serbios y 50 mil han resultado heridas. El 70% de ellas son civiles. Miles de serbios todavía viven en la ciudad y esquivan las balas de sus compatriotas rebeldes.
